Elsa Pataky: “Hay que hacer todo lo posible para ralentizar el paso del tiempo, pero no oponerse a ello”

Elsa Pataky (Madrid, 48 años) está de vuelta en España. Y no, no se trata de una visita esporádica o de unas vacaciones. La actriz vuelve a protagonizar una serie española después de dos décadas, tiempo en el que ha estado centrada en su familia y en otros proyectos internacionales. Es el primer día de verdadero calor en Madrid y todo el elenco de Matices, la producción de SkyShowtime que se estrena el próximo 5 de junio, se encuentra de promoción en el hotel Santo Mauro. Cada habitación de este oasis de lujo es un set de grabación que, conforme pasa la jornada y se van completando los compromisos publicitarios, va recuperando su imagen original. La última en irse es Pataky, que recibe a EL PAÍS con la ilusión de quien sabe que este es el comienzo de una nueva etapa en su vida: “Es una experiencia muy bonita volver a trabajar en España y en mi propia lengua”.

La intérprete protagoniza junto a Maxi Iglesias, Juana Acosta y Raúl Prieto, entre otros, este thriller psicológico de ocho capítulos que explora los traumas de seis pacientes que buscan una solución a lo que les ocurre con el tratamiento del psiquiatra Dr. Marlow (interpretado por Eusebio Poncela). Pataky da vida a Eviana Marlow, hija del doctor, una psiquiatra misteriosa que no deja indiferente al espectador. “Hemos tenido una experiencia muy bonita. Estuvimos en la hacienda viviendo, dormíamos ahí… Y obligaba a todos a entrenar”, explica sobre el rodaje que tuvo lugar el pasado verano.

Este es el gran proyecto con el que regresa a la actuación en su país natal y con el que abre las puertas a nuevas propuestas. “Me parece muy interesante el tema de la psiquiatría y el mundo psicológico de cada uno de los personajes. Todos tenemos ciertas heridas que no se han llegado a curar. El personaje de Eviana tiene algo especial, controla todas sus emociones y sabe manejar y leer a la gente enseguida. También tiene un trauma, que es la relación con su padre, de cómo lo que busca es simplemente su aprobación, la admiración y que se sienta orgulloso de ella”. Un papel que, reconoce, tiene pocas cosas en común con ella: “Quizá la fuerza de convicción. Cuando quiero algo soy muy cabezota”.

Pataky lleva casi tres décadas en el mundo de la actuación, tiempo en el que ha participado en producciones como Al salir de clase, Los Serrano y la saga de Fast & Furious, y que le han ayudado a crecer como actriz y como persona. “Los años te dan una experiencia de vida y una madurez que no tienes cuando eres jovencita. Cuando te haces mayor, maduras y has tenido experiencias de la vida que te ayudan a interpretar, crear personajes, indagar en sus sentimientos... te conoces y conoces más a las personas”, dice. Pero de lo que más ha aprendido es de los tropiezos: “Cada error que he cometido en la vida es un aprendizaje. Se aprende mucho más de los errores y de lo que hacemos mal. En el momento en el que pasas por un momento duro o piensas que no vas a salir de ahí, a la larga ves que tenías que pasar por eso, que tenías que tener esa experiencia y que al final ha sido un aprendizaje de vida”.

¿Se ha llegado a desencantar Elsa Pataky de la profesión? “No. Hay momentos más duros y más bonitos, pero nunca he querido decir ‘ya no más’. Es verdad que en el momento de ser madre me retiré un poco a hacer mi papel de madre, que era lo que me llenaba en ese momento y me distancié un poco. Pero siempre he estado ahí. He intentado seguir en contacto porque es algo que me llena y que es mi pasión”. La actriz está casada desde 2010 con el también actor Chris Hemsworth, con quien tiene tres hijos en común: India Rose, de 13 años, y los mellizos Tristan y Sasha, de 11. “Cuando tuve a mis hijos me parecía muy duro separarme de ellos y estar trabajando. Creé un sentimiento de inseguridad y de necesidad de estar ahí para ellos”, afirma.

Después de casarse con Hemsworth, Pataky decidió trasladar su vida a Byron Bay (Australia), un lugar del que se enamoró cuando lo visitó por primera vez. Es aquí donde ha encontrado un nuevo hogar. Pero también quiere que sus hijos pasen pequeñas temporadas en España: “Les encantan las tradiciones españolas. Por ejemplo, las uvas. Cuando lo cuentas parece un poco absurdo, pero a mis hijos les parece increíble. Quiero que ellos las vivan y las disfruten. Hablan un poco español, pero con acento australiano”.

Algo que todavía no ha conseguido con el actor, que después de 15 años de relación sigue sin aprender el idioma. “Me echo las manos a la cabeza. O soy una profesora de español malísima o es un cero patatero con los idiomas. Su intención cuando nos conocimos era aprender en un año español. Ahí quedó la promesa. Viene cada año y le digo: ‘Es que me da vergüenza, Chris. Solo dices las mismas frases’. O sea: ‘Un café con leche, por favor’ y ‘¿Dónde está la biblioteca?’. Que además no le sirve de nada”, confiesa. “Voy a empezar a poner carteles en casa para que sepa las palabras y las vaya aprendiendo. Hablo mucho español en casa, a mis hijos les hablo solo en español… pero él no tiene ningún tipo de interés en lo que les digo”.

Es ahora, precisamente, cuando ambos están afrontando una de las etapas más complicadas de la paternidad: la adolescencia. “Hay unos cambios de temperamentos... sobre todo, mi hija. De los 11 a los 12 fue duro. Tiene mucha personalidad y mucho carácter... no sé de dónde vendrá”, afirma entre risas. “Te ves a ti misma, es un espejo. Es el precio que pagamos las madres, que vemos en nuestros hijos muchas de las cosas que nosotros tenemos y a las que te tienes que enfrentar: el carácter, el genio, la pasión con la que hacemos todo, la cabezonería... Ahora está mucho más tranquila. Ha ganado en madurez y ya le ves esos atisbos de mujer que piensa, que es un ser un poco más racional y que no se deja llevar tanto por las emociones”, continúa Pataky sobre su hija, India Rose.

Mientras ella se encuentra de promoción en España, su marido e hijos están disfrutando de unas vacaciones —con surf incluido— en las islas Fiji. “La maternidad es el papel más difícil de todos los que me han planteado en mi carrera y en la vida. No sabes lo difícil que es y a todo lo que te enfrentas. Es lo más bonito del mundo, pero tiene muchos retos. Aprendes la paciencia, la que no has tenido en la vida, y también a controlar las emociones y a ser más relajada y tranquila. No puedes soltarles cualquier cosa. Todo lo absorben y te imitan”, afirma.

En 2010, una profesora les organizó una cita a ciegas para que Chris y ella se conociesen. En aquel entonces, Pataky se encontraba mejorando su inglés y él practicando el acento estadounidense. El resto es historia. Se casaron en una boda secreta en una playa de Indonesia y, después de década y media de relación, han aprendido la importancia de la comunicación: “Es un esfuerzo constante de pareja. Son tantos años... Cambias de alguna manera y tienes que seguir adaptándote a la otra persona, hacer un esfuerzo para entenderle y para entenderte a ti misma... Y no distanciarte, porque entre los niños, el trabajo... acabas distanciándote. Hay que saber volver a reencontrarte y tener esos momentos de descubrir cosas nuevas de la otra persona”. Y para ello, afirma que es importante saber dedicarle tiempo a la pareja: “Hay que buscar esos momentos en los que estéis solos y que puedas comunicarte”.

El 18 de julio de 2026, Pataky cumplirá 50 años. Un cambio de década que afronta con algo de temor. “A la hora de envejecer, lo que más miedo me da es el hecho del desgaste del cuerpo, de no poder hacer las cosas que te gustan porque tienes miedo de hacerte daño. Soy una persona muy activa”, cuenta. Pero ya ha encontrado el modo de combatirlo: “Lo que intentó es hacer más ejercicio para estar más en forma, poder mantenerme al mismo nivel, estar con ellos [sus hijos] y disfrutar. Ojalá hubiese una pastilla mágica para mantenernos como si tuviésemos 20 o 30 años, pero es parte de la vida y es mejor aceptarlo que lucharlo. Hay que hacer todo lo posible para ralentizar el paso del tiempo, pero no oponerse a ello”.

Después de tantos años en el foco, ya se ha acostumbrado a la exposición pública y a que se hable de ella y su familia. “Intentas que no te influya. Lo que es más doloroso son los comentarios de absolutamente todo lo que haces. Ahora se permite que cualquiera pueda hacer un comentario sin valor de decírtelo a la cara. Es muy cobarde. Con mi edad las cosas ya te resbalan porque no le das importancia. Pero me da pena por la gente joven, que está muy juzgada”, opina.

Llegar hasta aquí no ha sido fácil, pero admite que no le daría ningún consejo a su yo del pasado. “No me escucharía porque tienes que vivir las experiencias. Es como a tus hijos... Por mucho que les digas, tienen que hacerlo porque tienen que probarlo ellos, tienen que meter la pata y equivocarse para aprender. En la vida es necesario vivir cada momento”.

De momento, no tiene nuevos proyectos profesionales en el horizonte, pero tampoco los necesita.

— ¿Qué es para usted el éxito?

— El éxito es conseguir que lo que haces te haga feliz. Si llega un día cuando esté viejecita que recuerde todo lo que hecho y me sienta satisfecha y feliz, eso es lo que yo considero un éxito.