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Extra Eventos

Una sociedad sobre los pilares de la inclusión

Los migrantes en España llegan a los nueve millones para aportar riqueza, pero aún falta talento joven

Miguel Ángel García Vega

Este relato empieza por un fracaso y por una esperanza. Hay que admitirlo, lanzó Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), no vamos a poder cumplir el cuarto ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecidos por la ONU): garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos).

Hubo sentido profundo de decepción en ese reconocimiento. Pero también un aire de esperanza con Elma Saiz Delgado, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España, cuando observó que “la migración ocupa un lugar esencial en el nuevo acuerdo social. La migración no es una amenaza. Es una realidad positiva, un amigo, un compañero de trabajo, un vecino o un consumidor”.

Desgraciadamente, no es un “juego” de suma cero. No se pueden compensar, pero sí es esa esperanza del comienzo. Y sobre todo el reconocimiento de que hace falta un nuevo acuerdo social, que esté compuesto por equidad, cohesión y un cambio en tiempos de oligarcas y multimillonarios, solo existe una prosperidad: la compartida.

Es bien conocido el reto demográfico que enfrenta el mundo: nos vamos envejeciendo. Incluso África o América Latina suman canas a nuestra particular existencia. En el caso español se acerca al drama. La ministra recurrió a los datos: si no se actúa, los procesos demográficos tardan décadas en revertirse; en 25 años se podrían perder hasta cuatro millones de personas para el mercado laboral de esta tierra de 17 comunidades autónomas.

El crecimiento, la riqueza caerían como plomo en un río; del 2% al 0,1%. ¿Cómo se financia el Estado del bienestar? Hay políticas de natalidad, de conciliación, pero no son suficientes. Para que España sea joven, hacen falta jóvenes. Y son migrantes. Hay que incorporarlos a la sociedad. Otra cifra. Ha aumentado un 120% el número de migrantes procedentes de países de América Latina. Y más de un 7% en áreas que sufren la despoblación como Galicia, Asturias o Castilla y León. Los migrantes son nueve millones de personas, afirmó la ministra; nacionalizados que “crean, a su vez, empleo”. Y los autónomos suponen el 6,8% de los emprendedores.

Falsos prejuicios

Frente a ciertos movimientos de ultraderecha, habría que recordarles lo que dice el Banco de España, cuyo presidente participó en las jornadas: la población de origen extranjero no altera los sueldos. Al contrario. Impulsa la productividad y el crecimiento. Ni el racismo ni la xenofobia tienen cabida en las sociedades actuales. Es más, esos comportamientos “cuestan” 17.000 millones de euros.

En esta narrativa Mariano Jabonero también detectó cierta fatiga democrática. Y un ascensor social que se detuvo. Infinidad de economistas defienden que cuentan más las familias en la que naces que el esfuerzo que dediques. El Nobel de Economía Daron Acemoglu ha trabajado durante años en esa idea y en por qué ocurre. Es la condena del código postal. Otro obstáculo, señaló Gina Magnolia Riaño, secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), es el desconocimiento del pasado.

“El mundo es una historia de emigración”. Pero la llegada a una tierra extraña suele empezar por la pobreza. Y las mujeres lo viven más difícil dentro de lo complejo. “Se ocupan de la familia, sin ninguna retribución”. Suena muy tristemente familiar.

Pero para que estos jóvenes puedan aportar, tal y como enseña el escritor Antonio Muñoz Molina, el “talento no es ser un genio en cualquier disciplina, sino saber aprovechar tus oportunidades”. ¿Cuántas se estarán desperdiciando sin saberlo?

Y Jabonero tiene razón cuando señaló la necesidad de que permanezcan el mayor tiempo posible en las aulas. La lucha contra el abandono escolar. “La clase es el primer lugar de comportamiento democrático”, indicó el experto. Y, además, tenemos unas tasas de abandono superiores de las mujeres a los hombres. A los 14 o 15 años se produce una fractura y atraerlas a ese mundo de las matemáticas, la ciencia o la tecnología es en América Latina demasiadas veces una quimera. Y los chicos pronto ven un atajo en la violencia.

Tampoco, adelantó Riaño, cumpliremos los ODS relativos a la igualdad de género y al trabajo decente. Los números 5 y 8. Los empleos informales (sumergidos, como se denominan en España) son la razón de levantarse de millones de latinoamericanos por las mañanas.

Si el relato vuelve al capítulo español y a las manoseadas preguntas, ¿quién pagará las pensiones de mañana? ¿Quién garantizará la sostenibilidad del modelo contributivo?, la respuesta es evidente. Población joven. Muchos de fuera. El país necesita incorporarlos con orden y lógica. Unos 300 millones de personas hablan español.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.
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