La lucha contra el tiempo para salvar en Madrid el escudo con el que los Reyes Católicos honraron a Colón
EL PAÍS accede al expediente de protección de este pergamino de 1493, que incluye la primera imagen heráldica de América y se subastó sin éxito por un millón


Se cena muselina de besugo con vol-au-vent, arroz salvaje con almendras, o suprema de patito. Se bebe un Saint Michel, un Charles Krug o un Schramsberg. Y así, entre plato y plato, el presidente de los EE UU, Gerald Ford, agasaja a los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía, en la Casa Blanca, donde probablemente comentan uno de los grandes eventos del día: la exposición Colón y su tiempo que ese 1976 corona en Washington el bicentenario de la independencia de EE UU con un pergamino que recoge el escudo de armas del descubridor como uno de sus elementos estrella. Data de 1493. Contiene la primera imagen heráldica de lo que hoy se sabe que es América, además de las firmas de los Reyes Católicos. Y al cabo de los años, España se arriesga a perderlo: en 2018 sale a subasta por más de un millón, lo que provoca que el Ministerio de Cultura lo declare inexportable, y que azuce al Gobierno de Madrid a protegerlo como Bien de Interés Cultural (BIC), ya que pertenece a una colección particular que está en su territorio, según documentación a la que accedió EL PAÍS. Así fue la operación para defender “una pieza de singular relevancia para el patrimonio histórico español”.
La voz de alarma suena ya en 2014. “El pergamino necesita una restauración urgente (...)”, se lee en un informe de la Comunidad de Madrid, que envía a sus expertos para examinar la Real provisión que concede el escudo de armas en la colección privada que lo acoge. “Se encuentra en un pésimo estado de conservación: presenta serios problemas de legibilidad debido a los pliegues y las manchas y también a que la tinta en algunas partes del documento está desvaída”, se añade. “Las rúbricas de los Reyes Católicos, debido a las malas condiciones en las que se encuentra el documento, apenas se pueden ver”, se amplía.
El documento es la huella de un momento de leyenda. El 15 de marzo de 1493, Colón desembarcaba en Palos y se dirige a Barcelona, de acuerdo con las instrucciones que los Reyes le han hecho llegar. Recibido en audiencia, relata su viaje. Que ha llegado a las Indias y ha vuelto para contarlo. Que hay grandes riquezas a ganar. E indígenas que habitan esos territorios. Un nuevo mundo empieza a ser descrito por Colón, y a través suyo aparece por primera vez representado como imagen en un escudo de armas policromado, el que le conceden entre mayo y junio los Reyes a través de esta provisión sobre pergamino de vitela de ovino de 275 x 435 milímetros con una plica de 43 milímetros de ancho.
Siglo XXI. Más de 500 años después, el documento se encuentra emparedado entre dos planchas de vidrio y enmarcado en unas humildes maderas para que pueda ser observado por los dos lados. Así la conservan los herederos del Almirante de la Mar Océana en 2014. No es lo ideal. “Estado de conservación: Malo”, concluyen los expertos de la Dirección General de Patrimonio regional.

Es imperativo proteger el documento, así que se inicia el proceso para declararlo BIC. Pero pasa el tiempo y no ocurre nada. Inexplicablemente, Madrid deja caducar el expediente, sin que ahora un portavoz gubernamental aclare la razón. Y eso es un riesgo: el documento acaba a finales de 2018 en la caja fuerte de una casa de subastas.
Eso quiere decir que España puede perder el control de un documento de incalculable valor histórico. El Ministerio de Cultura reacciona declarando el bien inexportable, recalcando que el veto afecta a países de la Unión Europea. Tras quedar desierta la subasta, en el arranque de 2019 reclama a Madrid que reactive el proceso para convertir el documento en BIC. Vuelta a empezar. Nueva inspección. Y sorpresa: los expertos enviados por Madrid descubren que el pergamino ha sido restaurado antes de la declaración como BIC, que no llega hasta 2023.
“El pergamino se encuentra en mejores condiciones. Ya que se ha hidratado, se ha reintegrado soporte y los dobleces y las arrugas que presentaba están ahora menos marcadas debido al tratamiento al que se las ha sometido”, analizan. “Además, no se encuentra entre dos planchas de cristal y enmarcado, sino que está en una carpeta de cartón de PH neutro diseñada ad hoc adaptada a las características del documento”, añaden. “El pergamino se encuentra protegido en una carpeta con tapas abatibles que parece de cartón de conservación (probablemente con reserva alcalina)”, prosiguen. Dentro de la carpeta, el documento está montado dentro de un paspartú, sujeto con tiras de mylar (poliéster) y protegido por encima con una lámina de mylar".
De esta manera, el estado de conservación pasa de considerarse “malo” a “regular”. Es decir, los cuidados de los restauradores logran que el documento recupere parte de su antiguo esplendor. Y eso abre una ventana a un mundo que ya no existe.
En la parte central del texto de la provisión se reserva el espacio principal para el escudo de armas. Este se divide en cinco partes. En la superior derecha se sitúa un castillo en oro (por el reino de Castilla), y en la superior izquierda se sitúa un león (por el reino de León). En la inferior derecha están situadas una iconografía de las islas y una masa terrestre figurando las islas y tierra firme del Nuevo Mundo, en oro sobre ondas de mar. Mientras tanto, la parte inferior izquierda se parte en dos. En una parte superior se sitúan cinco anclas en oro por el Almirantazgo y abajo las armas representadas en rojo sobre fondo de oro con banda azul.
Es el escudo de armas de Colón, que desde su declaración como BIC se ha movido, por ejemplo, para participar en la exposición Cartas de Colón, que tuvo lugar en el Palacio de Liria hasta febrero de 2025.
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