Ir al contenido
_
_
_
_

Cómo comprar una casa en Dubái desde un hotel de lujo en Madrid: “allí se vende una cada tres minutos”

Ricos y no tan ricos estudian sus compras de viviendas en el extranjero sin salir de la capital española, en eventos como los organizados en el Ritz Mandarin Oriental sobre el emirato del golfo

Fernando Peinado

El encuentro es un viernes en horario laborable en uno de los nuevos hotelazos de superlujo de Madrid, el Mandarin Oriental Ritz. Los interesados comienzan a entrar a las 10.00 en una sala con alfombra gruesa y paredes cubiertas de madera: un chico bangladesí con una camiseta del Real Madrid, un joven español que trabaja para un fondo de inversión pero también hace sus compras personales o una rusa con tacones afincada en la capital española que llama a Dubái “su segunda casa”. Suena música techno y se sirven café y pastelitos. Se forman corros en los que pronto queda claro que Madrid se le ha quedado pequeño a estos inversores. Se habla de que Polonia es un buen sitio para comprar porque “va como un tiro”, pero al poco se acercan los "brokers" (agentes inmobiliarios) para poner orden en esta partida de Monopoly. Aquí toca hablar de Dubái.

―¿En qué os puedo ayudar chicos?, dice Álvaro Raya, un empleado de la empresa organizadora, Imobiliare Dubai. -A mí me vais a poder tener aquí en Madrid para firmar contratos y responder a vuestras dudas.

―¿Cuál es el dinero con el que se puede empezar a invertir?, pregunta el chico con la camiseta del Real Madrid.

―Pues mira, a partir de 240.000 o 260.000 euros empieza a haber una rentabilidad buena. Pero tienes que tener en cuenta que algunos proyectos se venden en 48 horas y que competimos con otros países que ya saben a lo que van. Rumanos, rusos, asiáticos, americanos, europeos... Los españoles realmente no somos muchos.

Imobilare Dubai es una compañía fundada por un libanés y un rumano que ha reclutado a un equipo de españoles para captar clientela en España y Latinoamérica. Organizan giras promocionales a las que llaman road shows porque es más fácil animar a los compradores cuando se ven con ellos “cara a cara”. En Madrid han alquilado una sala del Ritz los viernes 19 y 26 de septiembre, y en el Mandarin Oriental de Barcelona los sábados 20 y 27. Su idea es “evangelizar” al público local sobre esta “ciudad del futuro” que se ha puesto de moda en un mercado de la vivienda globalizado al alcance de un público con posibles. Muchos madrileños suspiran ante los escaparates de la inmobiliaria del barrio, pero unos pocos salen por el mundo a comprar casas.

Esta no es la única inmobiliaria de ese emirato del golfo Pérsico que ha puesto España en su diana. En Dubái operan algo más de 30.000 agentes inmobiliarios y muchos se publicitan por redes en español. Algunos organizan road shows, y otros se limitan a dar asesoramiento a distancia. Los agentes aseguran que hay gente que compra sin salir de Madrid y no pisa Dubái en la vida, pero lo normal es hacer al menos una visita. Por eso se suelen organizar viajes de tres o cuatro días para grupos reducidos.

La rusa que llama a Dubái “segunda casa” es Diana Berezovskaya, cuya familia comenzó a invertir en viviendas de ese emirato hace 30 años. Además de comprar propiedades, hace de intermediaria para clientes poderosos. Cuenta que en sus reuniones sociales en la capital de España es normal que uno de los temas de conversación sean los pros y los contras de cada destino. “Hay gente que se especializa en un hub (centro de operaciones), por ejemplo Turquía, Kazajstán, México, República Dominicana... ¡Ya nadie invierte en Madrid!“.

Lo llaman “diversificar”, es decir repartir los huevos en distintas cestas para evitar una desgracia. La idea de tener tantas viviendas, obviamente, es ponerlas en alquiler turístico o de larga duración, aunque también hay quienes las usan por temporadas.

Ella advierte de que este es un negocio de mucho riesgo. Uno se puede hacer rico mucho más rápido que en España, explica, pero también puede encontrarse con guerras, cambios políticos, problemas legales, o burbujas que revientan. En 2009, hubo constructoras en Dubái que se fueron a pique y dejaron colgados a inversores internacionales que habían comprado apartamentos sobre plano, cuenta ella. “Esto es como un casino. Te toca lo que te toca”.

El maestro de ceremonias es un madrileño de 53 años y aspecto atlético que viste chaqueta oscura y zapatillas deportivas de un blanco impoluto. Es Óscar López Moreno, el jefe de Imobiliare Dubai en Madrid. En su juventud fue campeón de bicis BMX y luego se dedicó a montar empresas sanitarias o medios de comunicación digitales. Hace un año, fue a un evento de esta inmobiliaria en Madrid y conoció al agente de la empresa enviado para la ocasión desde Dubái, Alex Grecu, a quien propuso trabajar para la compañía de forma permanente desde la capital española. Antes de este trabajo nunca se había dedicado al sector inmobiliario, pero pensó que podría aprovechar sus contactos en Latinoamérica y España para conseguir clientela. Grecu y él viajaron juntos a Dubái y los dos CEO le dieron luz verde. Es un apasionado de la mentalidad competitiva dubaití: “Allí se dice, ‘corre que es tarde’”.

López Moreno arranca su presentación con un vídeo promocional sobre una gala inmobiliaria en la que fueron premiados. En un lujoso salón se ve a hombres vestidos de túnica blanca de una constructora entregando el galardón. Los agentes inmobiliarios en Dubái, responsables de buena parte de la prosperidad del emirato, son tratados casi como estrellas de Hollywood.

Luego, hace una exposición con diapositivas en las que destaca los bajos impuestos y las rentabilidades de “hasta el 16% anual”. “Creo que estamos un poco cansados de la situación que vivimos de presión fiscal y sobre todo también política”, le dice a una treinta de asistentes que escuchan atentos, sentados en sillas y sofás. “Es importante que la gente se empieza a preguntar qué hacer con nuestro dinero”.

El Financial Times acaba de publicar que Dubái muestra señales de burbuja inmobiliaria tras cinco años de “sorprendentes” subidas. Pero en la presentación él asegura que este mercado no se va a ir a la quiebra porque el emir, Mohammed bin Rashid Al Maktoum, tiene un plan para pasar de los cuatro millones de habitantes actuales a ocho millones en 2040, y por tanto habrá que dar un techo a toda esa gente.

“El mejor momento para invertir en Dubái fue ayer”, les apremia. “Allí se vende una propiedad cada tres minutos”.

En una conversación posterior, cuenta que al evento acudieron “inversores muy potentes” llegados de otras provincias de España. Pero añade que esto no es un negocio reservado a millonarios: “Dubái no es solo para ricos”. Dice que “cuatro amigos con 100.000 euros cada uno” pueden comprar una propiedad bien ubicada, haciendo “crowdfunding”.

El viernes pasado volvieron a celebrar su evento en el Ritz madrileño. Un asistente era José Alberto Peinado, un pequeño inversor de Guadalajara de 47 años que en julio se fue “con lo puesto” a Dubái y compartió un piso con seis españoles veinteañeros, muchos de ellos nómadas digitales. “Me explotó la cabeza”, cuenta sobre la prosperidad del emirato este padre de dos hijos que antes de inversor trabajó como cámara de televisión y montó una pequeña empresa de drones. “Allí nos dan mil vueltas”. Se comprometió a una entrada de 52.700 euros para un estudio con un precio final de 235.000 euros en un edificio futurista con forma de u que está siendo levantado en Ras al Jaima, un emirato cercano. Era una oportunidad, dice, “irresistible”.

“La gente hoy tiene el dinero por el mundo trabajando para ellos”, dice López Moreno durante la presentación. “No es como antiguamente que lo metían todo en el banco. Tienes que hacer que el dinero trabaje para ti y no tú para él”.

Cuando acaba la sesión pregunta: “¿Del una al diez qué sensación de que queréis invertir tenéis?"

Y varios espectadores responden con entusiasmo.

―¡Diez!

―¡Doce!

―¡Veinte!

¿Tiene algo que contar? Escriba al autor a fpeinado@elpais.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_