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El fuego alcanza el internado del King’s College: “Es como si se hubiera quemado mi casa”

El prestigioso colegio británico de Soto de Viñuelas, que acoge a estudiantes internacionales, ha sido afectado por el incendio que arrasó varias zonas del municipio madrileño

Daños en el Kings College por el incendio de Tres Cantos (Madrid), en una imagen cedida.Vídeo: EPV
Lucía Franco

Las llamas del incendio declarado el lunes en Tres Cantos llegaron al campus del King’s College de Soto de Viñuelas en cuestión de minutos, alrededor de las ocho de la tarde. El centro, uno de los colegios británicos más reconocidos de España y que ofrece internado para alumnos de entre 11 y 18 años, está parcialmente dañado, según datos del consejero de Medio Ambiente, Carlos Novillo, aunque todavía no hay información oficial sobre el alcance de los daños estructurales.

Durante toda la noche, un grupo de WhatsApp con 30 exalumnos permaneció activo. Las conversaciones oscilaban entre la inquietud por sus antiguos compañeros y la pregunta que todos se hacían: ¿se habrían perdido en minutos los recuerdos de su infancia? Lo primero fue confirmar que todos estaban a salvo. La frase más repetida era: “Menos mal que es agosto”. En la residencia no había estudiantes y en los establos no había caballos.

María García Mella, de 44 años, siguió el avance de las llamas con una doble preocupación: las casas de tres amigos que viven en Soto de Viñuelas y el futuro del colegio en el que estudió desde 1989 hasta su graduación en 1998. “Es el único colegio al que asistí, me recibió con los brazos abiertos cuando llegué de México. Para mí es como mi casa”, explica. Nacida en República Dominicana y criada entre varios países, asegura que en las imágenes aéreas el centro parece seguir en pie, aunque con daños. “No dejan entrar a la zona, pero los establos sí que están quemados y la entrada por la que entran los autobuses está afectada, por lo que se ve en los vídeos”, detalla.

El King’s College estaba vacío cuando comenzó el incendio. “Menos mal que es agosto, porque de otra manera habría sido un desastre”, subraya García Mella. El centro, describe, era un lugar “especial y prestigioso”, donde convivían hijos de diplomáticos, empresarios y trabajadores sin distinciones. “Éramos una pequeña gran familia. En mi promoción nos graduamos 25, los mismos compañeros con los que compartí casi una década de estudios”. Entre las zonas que ha visto afectadas en los vídeos menciona el campo de fútbol, situado junto a la línea de llamas, y teme que el fuego haya alcanzado algunas aulas.

Pese a haber vivido 21 años en Miami, esta psicoterapeuta y comentarista deportiva mantuvo siempre el vínculo con sus antiguos compañeros y profesores. Organiza reuniones, mantiene un grupo activo de WhatsApp y sigue en contacto con docentes que fueron clave en su formación. “Anoche estaba muy activo porque no sabíamos qué había pasado. Al final uno dijo que estaba bien; otro, que su casa había sido calcinada”, relata. Para ella, el King’s College “es parte de nuestra historia personal y de la identidad de Tres Cantos. Ojalá algo haya quedado en pie”.

En la zona también estaba Marta Rigabert, de 45 años. Volvía del trabajo por el área industrial de Tres Cantos cuando vio una columna de humo elevándose entre la parte nueva del municipio y Soto de Viñuelas. “Se veía como una línea de fuego por todo el campo”, recuerda. El viento impulsaba las llamas con tal fuerza que, en cuestión de minutos, el avance fue imparable. Se detuvo junto a otros conductores en un punto que más tarde se llenaría de bomberos, pero en ese momento no había llegado aún ningún servicio de emergencia. Desde allí llamó a sus padres, que viven en un chalet en Soto, para advertirles de lo que se avecinaba.

La evacuación fue inmediata. Sus padres salieron con lo imprescindible y pasaron la noche en casa de Rigabert, en una zona más alejada del fuego. “Mi padre volvió de madrugada para recoger un coche que había quedado en la finca, pero ya no le dejaron entrar”, relata. La familia se reunió con otros vecinos en un parque próximo a la valla de la finca de Viñuelas mientras las llamas se acercaban. Cuando el fuego avanzó, la policía los trasladó a un área segura cerca de la gasolinera de Tres Cantos.

Exalumna de la promoción de 1998, Rigabert siguió las noticias sobre el centro con preocupación. Aunque no ha podido ver de cerca el edificio, ha recibido imágenes y mensajes que apuntan a que la zona del internado se ha visto afectada. “He pasado toda mi vida allí, desde los cuatro años hasta que fui a la universidad. Es como si se hubiera quemado mi casa”, afirma. El centro, añade, “es un colegio de referencia en Tres Cantos y uno de los más prestigiosos de España”.

A lo largo del día, Rigabert ha intentado ayudar a otros vecinos y permanece en su oficina de seguros, a la espera de quienes necesiten asistencia por daños en sus viviendas. Entre la incertidumbre y la tristeza, describe la magnitud del incendio como “enorme” y teme que la pérdida en el King’s College sea considerable. “Aquí todo el mundo conoce el colegio. Espero que algo haya quedado en pie”, concluye.

Fundado en 1969 por Sir Roger Fry, el King’s College abrió sus puertas en el distrito madrileño de Chamartín con apenas 70 alumnos. Casi una década después, en 1978, se trasladó a su actual ubicación en Soto de Viñuelas, en un enclave natural de 12 hectáreas junto a la sierra de Guadarrama. El nuevo espacio permitió ampliar instalaciones y consolidar su reputación como uno de los colegios británicos de referencia en el país. “Llegó a España por accidente y, aunque no era profesor, pronto se dio cuenta de que podía hacer mucho por la educación en el país”, contó Nicholas Fry, hijo del fundador y vicepresidente de King’s Group, en un reportaje de EL PAÍS.

En esa entrevista, Fry explicó que su padre buscaba ampliar infraestructuras y “disponer de un terreno lo suficientemente grande como para albergar sus propias canchas de fútbol y baloncesto”. Así nació el campus de Soto de Viñuelas —el segundo colegio creado por Roger Fry—, que entonces quedaba muy alejado del centro de Madrid. “Sabía que este proyecto nos abriría muchas puertas”, añadió.

En 2011 se inauguró Tenbury House, la residencia para estudiantes internos, con capacidad para unos 60 o 70 alumnos. Las habitaciones cuentan con baño privado y calefacción por suelo radiante, además de zonas comunes como comedor, sala de estudios y espacios de ocio. La convivencia en el internado forma parte de un proyecto educativo que acoge a jóvenes de múltiples nacionalidades, muchos de ellos lejos de sus familias durante el curso.

En la actualidad, el colegio cuenta con más de 1.600 estudiantes, desde los 20 meses hasta los 18 años, y ofrece todas las etapas educativas siguiendo el currículo nacional inglés. Sus alumnos se preparan para exámenes internacionales como el IGCSE, los A-Levels o el Bachillerato Internacional (IB), con resultados que les abren las puertas de universidades como Oxford, Cambridge o Harvard. El King’s College forma parte del grupo educativo internacional King’s Group, integrado en la red Inspired, con presencia en varios países.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.
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