Detenido en un taller en Portugal un hombre fugado hace dos años, cuando fue condenado por asfixiar a su mujer en Collado Villalba

David Arellano fue condenado dos veces por el asesinato de su mujer, Valentina Chirac. Una, en septiembre de 2020. Culpable. Un veredicto que fue anulado porque un jurado confesó que había votado lo que decía la mayoría para irse a casa antes. El juicio se repitió tres años después y el resultado fue el mismo, esta vez sin irregularidades. Unos días después de escuchar que el jurado lo encontraba responsable de asfixiar a su pareja, Arellano debía presentarse en la cárcel para cumplir su condena. Nunca lo hizo. Dos años después ha sido detenido en Portugal, tras una intensa búsqueda por parte de la Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional.

“Culpable y todos a casa”, exclamó el jurado a la salida de la Audiencia Provincial aquel septiembre de 2020 justo después de que el portavoz del jurado leyera el veredicto de culpabilidad del acusado. Otro miembro lo oyó y decidió denunciar el hecho, por considerar que aquel jurado había actuado con la responsabilidad necesaria como para meter a un hombre en la cárcel. La Audiencia Provincial declaró nulo el veredicto y ordenó repetir todo el juicio. En ese tiempo, Arellano quedó en libertad al haberse agotado el tiempo de la prisión provisional, así que a la segunda vista oral acudió cada día por su propio pie desde su casa.

Según la sentencia que lo condenó a 22 años de prisión, David y Valentina salieron de cena con los compañeros de trabajo del taller del que eran dueños ambos una noche de 2017. Después de tomar unas copas regresaron a casa, un chalet en Collado Villalba (Madrid). Al día siguiente, Arellano avisó a los servicios de emergencias alertando de que había encontrado a su mujer muerta en el dormitorio. Según su versión, unos hombre habían entrado a robar en la casa mientras él había ido a hacer un circuito de motos esa mañana y habían acabado con la vida de Valentina.

La versión de la Fiscalía es que Arellano agredió sexualmente a su pareja y después la mató para ocultar su delito, algo que está penado con la prisión permanente revisable. Sin embargo, el jurado no consideró privada la violación, solo el asesinato.

El día que constató por segunda vez que su futuro pasaba por la cárcel, se perdió su rastro. Desapareció de Collado Villalba como una sombra, no se presentó en prisión y los juzgados emitieron una orden de busca y captura. Durante estos dos años, Arellano ha usado identidades falsas y ha contado con la colaboración de un amigo en Portugal, compañero del sector del motor. Arellano es un especialista en motores tipo turbo y la Policía sabía que esa era una de las líneas de investigación que podían llevarles hasta su objetivo. De hecho, la detención se produjo cerca de Lisboa mientras trabajaba en un taller y cuando llevaba un mono de trabajo.

En este tiempo, Arellano ha adelgazado y su pelo ha acumulado canas, algo que, según los expertos, le suele suceder a muchos fugitivos fruto de la tensión y el estrés de saberse en busca y captura. El fugitivo fue detenido en colaboración con la Policía Judiciaria de Portugal y en los próximos días viajará a España para cumplir, por fin, la condena que recibió en dos ocasiones.