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Una testigo del ‘caso Errejón’, en unos audios que mandó a Mouliaá: “No me contaste nada malo, simplemente que ese tío era un baboso”

La filtración de las conversaciones, que acaba de incorporar el juez a la causa por agresión sexual contra el expolítico de Sumar, muestra las debilidades de la supuesta víctima

Patricia Ortega Dolz

La causa contra el exportavoz de Sumar Íñigo Errejón por una presunta agresión sexual contra la presentadora de televisión Elisa Mouliaá sigue un curso incierto en el juzgado número 47 de Plaza de Castilla de Madrid, entre declaraciones de testigos, peritos y alegaciones de las partes. Este mismo lunes el juez Adolfo Carretero ha emitido una providencia en la que aporta a la causa el resultado de la indagación policial sobre el móvil de Elisa Mouliaá. De este modo ya obran en el procedimiento los mensajes y los audios de conversaciones de la presunta víctima con algunos de los testigos. Algunas de ellas, fueron adelantadas por El Confidencial este lunes. Se trata de las correspondientes a una conversación mantenida entre la actriz y una testigo, concretamente la propietaria de la casa en la que se presentó la denunciante con Errejón para participar en una fiesta de amigos en septiembre de 2021. Mouliaá reconoce que denunció por “una obligación moral” al conocer por televisión que existían múltiples denuncias anónimas contra Errejón por abusos sexuales y que sobre ellas pesaba una presunta falsedad.

Los cuatro mensajes de audio, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, muestran las debilidades de la víctima y sus inseguridades en el procedimiento, al igual que evidencian el enfado de quien era su amiga, que ahora se ve inmersa en un proceso judicial y que tiene una sensibilidad y una percepción distinta a la de la supuesta víctima respecto de los mismos hechos.

En la conversación entre las dos mujeres se escucha a Mouliaá pidiéndole a la testigo, antes de su declaración ante el juez, que diga lo que pasó: “Facilitando la movida, y que si se archiva, que se archive por falta de rotundidad ante lo que la Justicia requiera, pero no por denuncia falsa, porque falsa no es mi denuncia, y lo único que te estoy pidiendo es que no digas cosas que puedan ir en mi contra, que cuentes lo que viviste, que no te diste cuenta, que yo no mostré malestar, que pensabais que era mi ligue, no hay que maquillar la realidad”.

En las conversaciones, mantenidas entre el 8 y el 11 de octubre de 2024, según fuentes del caso, Mouliaá no teme manifestar sus dudas: “Yo tampoco creo que sea un delito, pero yo tuve que contar lo que a mí me hizo porque todo explotó por un montón de denuncias anónimas contra este tío, y él dimitió reconociendo que podía haber tenido comportamientos machistas”, le explica Mouliaá a la testigo. “Entonces ya se decía que [esas denuncias] podían ser falsas porque eran anónimas, y yo recordé lo que a mí me hizo. Recordé que fue un tío que sin hablar prácticamente, sin tontear, sin hacer nada, solo por ser quien es y haber quedado con él, me encerró en una puta habitación y luego me llevó a su casa y me volvió a entrar a saco, fue asqueroso”, asegura. “Y yo en ese momento no lo consideraba un delito, ni igual ahora tampoco, porque estamos demasiado acostumbradas a los babosos, lo que pasa es que este tío ha hecho abuso de poder, se aprovechó de la situación en la que estaba”, insiste Mouliaá. “Vosotros no entendéis la sucesión de hechos. A mí no me ha dado por denunciar a este tío así porque sí, de repente. Yo denuncié porque puse la tele y vi que había muchas denuncias contra él, y ya se decía que podían ser falsas, y yo dije, no, no, no, esto no es falso, este tío es así, pero hasta que no vi todo lo que le había hecho a las demás, no consideré importante hablar de lo que a mí me había hecho. Y yo tengo la obligación moral de contar lo que pasó ese día y ya está, no hay nada que inventar”, concluye.

“Te has metido tu sola en esta movida”

Sin embargo, la respuesta de quien era supuestamente su amiga está muy lejos de la complicidad y de su interpretación de lo sucedido: “Me estás haciendo pasar un calvario que no te puedes ni imaginar, te has metido tú en esta movida, por una cosa que te pasó, de la que yo no me enteré, que yo no vi, ni viví, ni se me contó en ese momento así”, le responde a testigo. “Yo tengo la obligación de contar la verdad y es lo que voy a hacer”, anuncia. “Efectivamente, nada más llegar a casa yo te pregunté y me contestaste que te había besado en el ascensor, y yo no iba pedo, estaba muy bien, me acuerdo de todo, tía, y de las conversaciones del día siguiente, y quedamos más veces, y en ningún momento me contaste nada malo simplemente que fue un tipo que te entró a saco y que era un baboso”, insiste. “Pero en ningún momento se pensó en ninguna otra cosa, y la realidad es que tú estás a punto de poner a un tipo en la cárcel por algo que no ha hecho”. La testigo, además, le dice que no quiere saber nada de “lo que le haya hecho a otras pibas” en este contexto, porque a ella por lo que le preguntan es por este caso.

Y remata: “Tú eres la que nos has metido en todo esto, la que has decidido tirar con esto para adelante y que tenías pruebas de todo. Pues parece ser que no y me estás diciendo a mí lo que tengo que decir y chantajeándome con que eres madre soltera y que tienes hija... ¿Cómo tienes esa poca vergüenza? ¿Qué te has creído?“, termina.

Mouliaá, en uno de esos audios, trata de explicarse y le confiesa el porqué de sus reclamos y de sus temores: “Yo lo que no quiero es que me sienten en un banquillo y que me acusen de denuncia falsa y todo lo que tenga que pagar, que no tengo”.

Íñigo Errejón dimitió tras confesar sus comportamientos machistas en octubre de 2024.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".
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