Veredicto exprés para la acusada de matar a un marino en Torrejón: “¿Qué puedo hacer para luchar por mi inocencia, magistrada?”
El jurado dictamina la culpabilidad de Maria José B. por asesinato y de Edward M. por encubrir el crimen de un hombre al que quemaron y desfiguraron


Maria José B. ha llorado, se ha exasperado, se ha cubierto la cara ante imágenes del cadáver del hombre al que mató, según dictaminó este jueves un jurado popular, se ha escondido detrás de una cortina para evitar ser captada por las cámaras y ha hablado con los testigos cuando decían algo con lo que no estaba de acuerdo. “Qué mala eres”, llegó a soltar a la investigadora de homicidios que dirigió el caso. Cuando los miembros del jurado emitieron este jueves su conclusión, que el 26 de agosto de 2021 mató al marino mercante Gabriel E., y después le arrancó los dientes y los dedos para dificultar su identificación, tampoco se quedó callada. “¿Qué puedo hacer para luchar por mi inocencia, magistrada?”, preguntó a la jueza. El jurado tomó su decisión en apenas horas, un veredicto muy rápido considerando que suelen tomarse al menos un día para alcanzar unas conclusiones.
Gabriel E. era un marino mercante de 62 años con problemas de adicciones y un embargo de la Tesorería de la Seguridad Social. Esto provocaba que tuviera que pedir a otras personas, casi siempre mujeres a las que conocía en locales de alterne, que ingresaran su sueldo en sus cuentas, para que a él no se lo quitara la administración. Cobraba unos 7.500 euros al mes y vivía seis meses al año en alta mar. Cuando desembarcaba en Madrid, lo fundía todo. Estos problemas provocaron la distancia con su entorno, a pesar de que mantenía buena relación con su exmujer, que declaró en el juicio que Gabriel no se fiaba de María José y que la usaba para “droga y dinero”.
María José era una de esas mujeres que cobraba su sueldo. El 26 de agosto de 2021, ella fue a buscarlo al aeropuerto y juntos fueron al centro de estética que ella tenía en Torrejón de Ardoz (Madrid). Gabriel no salió con vida de allí. Según los hechos probados, según la mayoría del jurado popular, la víctima recibió un golpe en la cabeza que lo dejó aturdido, después fue asfixiado, le arrancó los dientes y los dedos con alicates y cuchillas y dos días después Edward, un amigo de María José, la ayudó a trasladar el cadáver a un cerro en el Ensanche de Vallecas, donde le prendieron fuego.
El cuerpo fue hallado el 29 de agosto y los forenses aseguraron que, debido al estado del cuerpo, fue una de las exploraciones más difíciles a las que un especialista puede enfrentarse, incluso para determinar con exactitud una fecha concreta del fallecimiento.
En los días posteriores al 26 de agosto, personas cercanas a Gabriel, como su exmujer y otra amiga, recibieron mensajes del marino, que la policía cree que envió María José. “Me enamoré, me voy a Brasil tres meses”, escribió a la que fuera su esposa.
En una vehemente declaración, María José aseguró que el día del crimen, mientras estaban en el centro de estética, llegó Edward M. junto con una “mujer rubia”. Ella asegura que empezaron a discutir y después se fueron los tres juntos, tras lo que desconoce qué sucedió. Durante su testimonio, la mujer se dirigió hacia el otro acusado y proclamó: “Él es el que ha matado. Aunque me cueste la vida demostrarlo, estoy segura de que fue él”. También usó su derecho a la última palabra para insistir a los miembros del jurado: “Gabi merece justicia”.
María José ha buscado la mirada a menudo a Edward a lo largo de todo el juicio, mientras que él se ha mantenido impasible y solo se giró hacia ella cuando su abogada aseguró al jurado que el asesino era él y no su defendida. Tanto él como su letrado han sostenido una y otra vez durante la semana y media de vista oral que no hay pruebas en su contra, más allá de una reserva de hotel cerca del centro estético en los días cercanos a los hechos. Sin embargo, el jurado sí que ha creído consistente los indicios recopilados por la policía y presentados por la Fiscalía, y lo ha considerado encubridor del crimen.
La Fiscalía solicita 20 años para ella y tres para él. La sentencia se conocerá en unos días.
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