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Los 205 aires acondicionados para las aulas que la Comunidad de Madrid licitó en abril siguen sin llegar

Las escuelas infantiles seguirán activas durante julio, pero los equipos no han sido instalados pese a que el Gobierno de Ayuso ha reconocido que el calor es “un riesgo para la salud”

Aire acondicionado colegios Madrid
Natalia Jiménez Segura

Parecía un avance. Parecía que la Comunidad de Madrid al fin tomaría acciones para que el verano no fuera la misma pesadilla de siempre en los centros educativos. El reconocimiento de la Administración de que el calor en las aulas representa “un riesgo para la salud” y el anuncio de la compra de 205 aires acondicionados para escuelas infantiles hacía pensar que en 2025 no ocurriría como en 2017, cuando el consejero de Educación recomendó a los alumnos y profesores que combatieran con abanicos el calor del arranque del verano.

Pero, al parecer, sí pasará ―y está pasando ya― como en 2017, y como en 2018, 2019, 2020... y como hasta ahora. El calor no se ha ido de las aulas y esos aires prometidos todavía no se han instalado. ”El señor (alcalde José Luis Martínez) Almeida va a ser padre en breve, ¿le gustaría a él que su hijo viva una situación así?“, ha dicho indignada y frustrada una madre de una escuela infantil, que recoge a su hija de la escuela todos los días ”bañada en sudor".

La Comunidad de Madrid reconoció en abril que esto era un “riesgo para la salud” de los estudiantes y profesores, en la memoria de justificación de un contrato que fue adelantado por EL PAÍS. “Es sabido que, durante el periodo estival, la temperatura ambiente en los centros docentes aumenta considerablemente con el consiguiente riesgo para la salud para alumnos y docentes, lo que dificulta mantener unas condiciones óptimas de trabajo y estancia”, decía ese documento que acompañaba a la licitación, subida al portal de contratación el 24 de abril. Pero más de dos meses después, la compra no ha sido adjudicada, a pesar de que este fin de semana llega la primera ola de calor del verano.

La compra de los aires beneficia únicamente a escuelas infantiles que se mantienen en clase durante todo julio, y está destinado a estancias de 30 metros cuadrados. En ese momento se planteaba la necesidad de que los equipos fueran portátiles para rotar entre las distintas salas del centro, según las necesidades del día a día.

¿Cuándo llegarán? La Comunidad de Madrid ha dicho a este diario que “el contrato para la compra de las Unidades de Refrigeración Adiabática o Evaporativa previstas ya está adjudicado y se repartirán en breve en 77 centros educativos de 24 municipios”.

La licitación para comprar los aparatos se publicó el 24 de abril, hace dos meses, y no ha sido hasta este viernes, tras la consulta de este diario, cuando se ha visto reflejada esa adjudicación en el Portal de Contratación Pública de la Comunidad de Madrid. El suministro se le ha encargado a la empresa Infiniton World Electronic SL, por 64.493 euros.

¿Por qué han tardado tanto para algo que representa “un riesgo para la salud”? Responde un portavoz de la Consejería de Educación: ”La tramitación de este contrato se ha agilizado todo lo posible, dentro del estricto cumplimiento de lo establecido en la Ley de Contratos del Sector Público. En este caso no se puede aplicar la contratación de emergencia, ya que este supuesto está reservado para situaciones extremas como, por ejemplo, las derivadas de catástrofes naturales como la dana o la pandemia”.

Con todo, estos 205 aparatos se antojan insuficientes para refrescar los edificios educativos sostenidos con fondos públicos por la Comunidad, que son más de 2.000. No se ha dado a conocer un mapeo de la situación en esos centros, pero fuentes del sector indican que el aire acondicionado es un recurso muy extraordinario, y en algunas ocasiones ha sido financiado por los propios padres.

Pesadilla diaria

Mientras la burocracia hace de las suyas, la realidad en los colegios es cada vez más difícil, más aún cuando ha llegado la primera ola de calor del verano y los pequeños siguen yendo a la escuela, muchos en horario de 7.00 a 17.30.

En la Escuela de Educación Infantil Pradolongo, en Usera, los niños lo están pasando “muy mal” y, a pesar de eso, dicen no haber recibido ninguna ayuda. “No hay aire acondicionado, y si la dirección lo pide les dicen todo el rato que no”, comenta Alba Pérez, de 25 años, madre de una niña de 2 y presidenta de la asociación de madres y padres, la AMPA. “Algunos papás hemos tenido que buscarnos la vida, hemos hecho rifas y donaciones para comprar ‘pingüinos’, pero no tienen suficiente potencia. Algo alivian, pero poco”. Los pequeños pasan el tiempo en pañales o ropa interior para aliviar levemente las altas temperaturas.

La Escuela Infantil Marqués de Suanzes, en el distrito San Blas-Canillejas empezó a funcionar hace muy poco, en 2023, dentro de un colegio público en el que ya se encontraba segundo ciclo de infantil y primaria. Desde el inicio, careció de aparatos de climatización para el espacio que usan los nuevos alumnos, los niños de 0 a 3 años. Ni ahí ni en ningún espacio del centro hay aire acondicionado.

Vanessa García, una madre, dice que el año pasado la dirección colocó algunos ventiladores de pared ―uno de ellos donado por una madre―, que no sirvieron de mucho porque las aulas “seguían estando a 30 grados”. A inicios de este mes, los padres solicitaron otras medidas como “pingüinos” o aires acondicionados, pero la respuesta fue negativa. Recogieron 183 firmas para exigir medidas, y consiguieron que la semana pasada se instalaran algunos ventiladores más, pero no han notado gran diferencia. “Los peques salen sudados a pesar de que estén en pañal o en ropa interior”, dice. “Salen con heriditas de rascarse por el calor”. Además, en el patio “hay nula sombra”.

Son unos 30 niños que tendrán clase hasta el 31 de julio, pero, además, el centro albergará dos campamentos de verano, uno para niños con necesidades especiales. Ellos tampoco tendrán climatización. “Los ventiladores tradicionales no son suficientes para bajar la temperatura del aula”, insiste.

Hay más historias así. En la Escuela Infantil Margarita Salas, ubicada en el distrito Retiro y de carácter municipal, la situación tampoco es buena para los 26 niños. En mayo de 2024 se estropeó el aire acondicionado de la sala de bebés, por lo que les pusieron un “pingüino”. Este curso, en mayo, el aire acondicionado se dañó de manera generalizada, y en junio les enviaron “pingüinos” para todas las aulas de la primera planta, sin miras a otra solución. La segunda planta, donde están varias aulas especiales y la sala de profesores, está completamente deshabitada por el calor.

“Funcionan, pero con las altas temperaturas. No climatizan”, protesta María Fuertes-Escribano, de 46 años, una madre. “Yo afortunadamente puedo ir a recoger a mi hija antes de su hora de salida, pero pienso en otras familias que provienen de situaciones de exclusión social, para las que la escuela es un soporte fundamental”. Asegura que en el centro los conflictos se han duplicado desde que los chicos tienen calor: “La irritabilidad de los niños es altísima, porque los niños tan pequeños, además de gestionar muy mal las emociones, expresan biológicamente lo que les pasa y como no saben cómo expresarse, lo hacen a través del lloro y la queja”.

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