El grito por una Europa libre de jaulas resuena ante los leones del Congreso
El colectivo End The Cage Age protesta por los 86 millones de animales que crecen entre rejas en España anualmente, la cifra más alta de la UE


Los colosales leones de bronce que custodian la entrada del Congreso de los Diputados en Madrid han perdido protagonismo en la mañana de este miércoles frente a otros animales más comunes. Imágenes de gran tamaño de aves, cerdos, vacas y conejos han sido exhibidos frente a la fachada del legislativo por un grupo de 60 personas del colectivo End The Cage Age, en protesta contra los 86 millones de animales de consumo que crecen “cautivos” en España cada año, según Compassion in World Farming (CIWF), la cifra más alta de la UE. El compromiso de Los Veintisiete sobre una legislación comunitaria contra las jaulas es una deuda pendiente desde 2023.
Más del 87% de los animales criados para el consumo en España se desarrollan “en condiciones de confinamiento extremo, privados de espacio vital y de la posibilidad de expresar sus comportamientos naturales más básicos”, en palabras de Annamaria Pisapia, portavoz de End The Cage Age en el evento. El país encierra a un cuarto de la totalidad de animales en la Unión Europea, donde aproximadamente 300 millones de animales son criados en cautiverio anualmente.
La manifestación en Madrid ha servido para recordar el compromiso incumplido de la Unión Europea, que fijó el 2023 como fecha máxima para presentar una propuesta legislativa “para eliminar progresivamente y, en última instancia, prohibir el uso de jaulas”. No ha sucedido, a pesar de que la UE lo anunció en 2021, después de que End The Cage entregará en Bruselas 1,4 millones de firmas verificadas de ciudadanos europeos que respaldaron la iniciativa. El incumplimiento del bloque comunitario llegó en 2024 al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), tras una denuncia de la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE).
Los asistentes a la manifestación han comenzado a llegar antes de las 11.00. Algunos llevaban bolsas de tela y pines con eslóganes animalistas y logos de entidades como Igualdad Animal o el Observatorio de Bienestar Animal (OBA). Los organizadores han comenzado a repartir carteles con la frase “el futuro es libre de jaulas” y retratos animales de diferentes tamaños. Una mujer arrastraba una bocina rodante del tamaño de un niño, que finalmente no fue necesaria.
Cuando cada quien tomó una figura y los representantes políticos llegaron al sitio, la masa se trasladó a las escaleras de la entrada del Congreso para dar inicio al plantón. Pisapia ha sido elegida para leer el manifiesto. La oradora ha recordado que la concentración coincide con el inicio de lo que llamó un “un nuevo ciclo legislativo”, después de que la Comisión Europea abriera el 18 de junio un call for evidence (convocatoria de evidencia) para que ciudadanos, expertos y organizaciones aporten información y posturas con vista a la revisión de la legislación sobre bienestar animal que realizará la UE en 2026. Los interesados podrán participar hasta el 16 de julio de 2025. Bruselas quiere “dar seguimiento al compromiso de eliminar progresivamente las jaulas para ciertas categorías de animales”, ha explicado la comisión en la convocatoria.
Enmarcada por las columnatas romanas, Pisapia ha dicho en mitad del discurso: “En respuesta a una pregunta parlamentaria, el Gobierno de España ha mostrado una postura débil y vaga, que parece más atenta a los intereses de la ganadería intensiva que al bienestar animal y la voluntad ciudadana”.
Los manifestantes han pedido al Ejecutivo central “el respaldo y apoyo activo de España a la propuesta legislativa de la Comisión Europea para acabar con las jaulas”, según el manifiesto. Blanca Ponce Siljeström (36 años, Sevilla) mánager de relaciones instituciones del OBA, ha explicado a EL PAÍS que España se han convertido en principal productor de animales enjaulados debido a “un modelo basado en una producción intensiva y orientado a las exportaciones” que provoca “que la industria ganadera se centre mucho en la productividad y deje de lado las consideraciones sobre la libertad de los animales”.
Además, continúa Ponce, España se ha reusado a seguir la estela de países como Alemania, Francia, Italia, Suecia o Dinamarca que han avanzado en la prohibición del uso de jaulas, especialmente en la crianza de aves. La portavoz animalista teme que “cuando llegue la legislación europea a países como España, que no han empezado esa transición, va a ser más difícil de aplicar”. El Gobierno alemán cuenta con planes de financiación para ayudar a los productores a convertir sus granjas en lugares sin jaulas, un proceso “cuesta mucho tiempo y dinero”, ha señalado Ponce.
End The Cage Age ha añadido a sus requerimientos más “transparencia y trazabilidad en la cadena alimentaria”, principalmente en el etiquetado, de tal manera que la ciudadanía pueda “tomar decisiones informadas y éticas”. Sobre este último punto, Ponce ha explicado que la idea es replicar en la industria de la carne lo que ya se hace con los huevos, cuyas etiquetas brindan información sobre el estado en el que han sido criadas las gallinas.
Un 89% de los europeos considera que los animales de granja no deberían permanecer enjaulados y un 94% cree que es importante que tengan suficiente espacio para moverse, tumbarse y levantarse, según el Eurobarómetro 2023, en el que participaron 26.376 personas de los veintisiete Estados de la UE. “Es hora de que nuestros legisladores escuchen y actúen en consecuencia”, ha lanzado Pisapia desde la madrileña Calle de los Jerónimos.
Además del respaldo popular, End The Cage Age se ampara en la evidencia científica para engrosar el argumentario en favor de una industria alimentaria libre de rejas. El equipo científico de la Autoridad Europea de seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido al menos siete dictámenes desde 2022, en contra del uso de jaulas por el maltrato que significa para los animales.
La EFSA también ha advertido del aumento en el uso de antibiótico en los animales entre rejas, dado que aumenta el riesgo de proliferación de enfermedades por altos niveles de estrés y el debilitamiento del sistema inmunológico, una tesis respaldada por diversas investigaciones académicas y organismos como la OMS.
Cuestión de humanidad

El evento animalista ha atraído a representantes políticos de las bancadas progresistas como PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu o Podemos, que han preferido no dar declaraciones “para no restar protagonismo” a los convocantes, en palabras de Ione Belarra.
Estos congresistas integran la Asociación Parlamentaria por la Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA), creada en 2007 “con el objetivo de promover iniciativas legislativas a favor de los derechos de los animales”, según su acta de constitución.
Ponce ha defendido que la transición a una industria cárnica libre de jaulas debería ser un debate “sin ideologías políticas”. “Es como la esclavitud en siglo XIX, una cuestión de sentido común, de humanidad”. La relacionista pública del OBA, encargada del diálogo con los distintos partidos políticos, ha identificado en el legislativo “mucha presión de la industria ganadera”. “Los partidos políticos tienen que hacer un equilibrio que siempre se decanta del lado de la industria a la hora de avanzar, o no, en las leyes de bienestar animal”.
Los activistas se quedaron unos minutos en silencio y con las imágenes en alto en la puerta del Congreso, mientras la prensa aprovechaba para retratar a los asistentes. Después, los congresistas subieron la cuesta de la Calle de los Jerónimos hacia la entrada del Congreso y los manifestantes se movieron una calle más abajo. Allí, prolongaron el acto unos minutos más. Dentro del hemiciclo, se acercaba la hora de la comida.
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