‘Madring’: ¿de verdad no hay otro lugar en el que instalar un circuito de F1 en Madrid?
A la par que restringe los coches más contaminantes, el Ayuntamiento fomenta la competición automovilística por vías urbanas

Uno de los elementos que mejor define el mal ejercicio de gobierno es la incoherencia entre políticas propias. Un ejemplo de absoluta actualidad es el proyecto ―en ejecución― del circuito de Madrid, bautizado con el nombre de Madring. Se trata de un circuito urbano que albergará competiciones automovilísticas, principalmente el futuro Gran Premio de Madrid de Fórmula 1 entre 2026 y 2035.
El circuito estará instalado dentro de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE), concretamente de la denominada Madrid ZBE, que abarca el conjunto del municipio de Madrid y que está plenamente vigente desde el pasado 1 de enero de este año, tras un periodo transitorio iniciado en septiembre de 2021.
Así, el Ayuntamiento de Madrid, junto con el Gobierno de la Comunidad de Madrid y a través de Ifema, está haciendo política de promoción económica de la ciudad en contradicción y perjuicio de su propia Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, cuyo lema es Madrid, por fin, respira, estrategia cuya finalidad es el cumplimiento de la Normativa comunitaria (UE) de calidad del aire.
Para ello, el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha hecho uso de sus competencias en planificación urbanística, mediante la aprobación del Plan Especial de Definición de Redes en el recinto del parque ferial Juan Carlos I y su entorno, con el que se permite un aumento de edificabilidad y la celebración de eventos deportivos de automovilismo en esta zona urbana entre los distritos de Barajas y Hortaleza.
El propósito declarado de Madrid ZBE es “proteger la salud humana y el medio ambiente”. Así lo recoge la Ordenanza 10/2021 de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid en su artículo 21. Con tal fin, se prohíbe el acceso y circulación “en la totalidad de las vías públicas urbanas del término municipal de la ciudad de Madrid” de los vehículos con clasificación ambiental A; esto es, todos aquellos sin distintivo ambiental de la DGT y que, obviamente, son los que presentan un mayor consumo de combustible y producen mayores emisiones de carbono y contaminantes.
Se trata de vehículos de gasolina que cumplen solo hasta la norma europea de emisiones Euro 2, y vehículos diésel que cumplen solo hasta la norma Euro 3. En todos los accesos al viario urbano de Madrid, las señales municipales informan de la prohibición para estos vehículos. La aplicación de la ordenanza por el consistorio madrileño ha causado gran polémica, principalmente por las implicaciones lógicas para aquellos vecinos de Madrid propietarios de estos vehículos.
Sin embargo, a la par que se establece esta prohibición, se fomenta la competición automovilística por vías urbanas de Madrid. Los automóviles de Fórmula 1, aunque sean de última tecnología (motores V6 1.6 turbo híbrido), no son precisamente vehículos asimilables a las categorías que sí pueden acceder y circular por la capital: aquellos con distintivo ambiental B, C, ECO o 0 emisiones.
Evidentemente, un monoplaza de F1 no se rige por esta normativa, porque su propósito no es circular para satisfacer la necesidad de movilidad de su usuario, sino competir. No obstante, sí pueden establecerse comparaciones de su desempeño energético y ambiental con el de los vehículos sin distintivo que no pueden acceder ni circular por Madrid ZBE; bueno, hasta cierto punto, porque, debido a la confidencialidad de los datos propios que manejan los equipos de F1 y a la falta de regulación de emisiones específicas en competición, se desconocen los valores ciertos de los principales gases contaminantes como CO, NOₓ, HC, SOₓ y partículas en suspensión PM2,5 y PM10.
En cambio, los datos de consumo energético sí están disponibles en el propio documento de regulaciones técnicas de la F1, de modo que se sabe que un monoplaza de media puede consumir 110 Kg de combustible (unos 147 litros) por gran premio, durante el cual circula a una velocidad media de 250 Km/h. Este combustible actualmente es una mezcla de gasolina sin plomo (90%) y etanol (10%).
Aplicando los factores de emisión de CO2 de la U.S. Energy Information Administration (EIA), así como los factores de emisión del IPCC, Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, se puede estimar una emisión media de alrededor de 977 g/Km de CO2. En un gran premio, cuya distancia es al menos de 305 Km, cada monoplaza podría estar emitiendo entonces alrededor de 300 Kg de CO2 a la atmósfera en carrera. Aparte, habría que sumar los entrenamientos y el sistema de clasificación en tres etapas Q1, Q2 y Q3 que determina la composición de la parrilla de salida en el gran premio.
En cuanto a las emisiones medias de CO2 por parte de un automóvil sin distintivo ambiental se cifran, de acuerdo con los estudios existentes, a partir de datos de COPERT, en torno a los 160-185 g/Km (diésel hasta Euro 3) y los 190-210 g/Km (gasolina hasta Euro 2). De la comparación, se deduce fácilmente que los monoplazas de F1 son vehículos que no cumplen precisamente con los estándares ambientales requeridos en Madrid ZBE; de hecho, su incumplimiento sería mayor que el de los vehículos sin distintivo ambiental, no autorizados a acceder y circular.
Además, la combustión de los motores no es el único factor de emisiones a la atmósfera por parte de los F1. Según recoge el Informe de Impacto Ambiental del proyecto, en la competición, el 71% de las emisiones de partículas en suspensión procede del desgaste de los neumáticos provocado por el exigente uso de velocidad y agarre que hacen los monoplazas.
La situación es si cabe más grave, por cuanto el propio Informe de impacto de FIA - Formula 1 señala que únicamente el 0,7 % de la huella de carbono de un gran premio procede del combustible (fuel) consumido en pista. Entre el resto de conceptos, varios extienden su huella fuera del ámbito local del gran premio, comoes el caso de los viajes, la logística y la fabricación. Sin embargo, el conjunto de operaciones necesarias para la celebración del evento (event operations) tiene lugar en la sede que lo alberga y representa un 12% de la huella de carbono del gran premio, lo que supone más de 17 veces la aportación en CO2 del conjunto de monoplazas en competición. Dichas operaciones para la celebración del evento en el circuito de Madrid obviamente tendrían lugar en plena zona de bajas emisiones, comprometiendo claramente los principios de esta y, por extensión, de la estrategia medioambiental de Madrid 360.
Aparte del gran premio de F1, se prevé, para empezar, que también se celebren rondas de competición de la Fórmula 2 y la Fórmula 3 de la FIA, por lo que el uso del circuito para la competición no será cuestión de una sola ocasión al año.
Sumado al control de las emisiones a la atmósfera, entre los principios de acción en las Zonas de Bajas Emisiones, según recoge el Real Decreto 1052/2022, por el que se regulan las zonas de bajas emisiones en España, en desarrollo del artículo 14 de la Ley de cambio climático y transición energética, están el “impulsar una movilidad más sostenible e inclusiva con menor impacto en la calidad del medio ambiente sonoro, fomentando la movilidad activa y la recuperación del espacio público” (Art. 1.2), para lo cual, “las ZBE deberán incorporar los objetivos de calidad acústica que sean aplicables en las áreas en las que se encuentren” (Art. 9.1).
La celebración de campeonatos de automovilismo no favorece precisamente la calidad del medio ambiente sonoro, con el rugir de los motores y la congregación de decenas o centenas de millares de asistentes, como tampoco la recuperación del espacio público, al destinar la vía pública a un uso privativo, restringido y muy lucrativo.
En las últimas semanas, numerosa maquinaria de obra civil se emplea en transformar en circuito la gran parcela que posee Ifema al norte de la autovía M-11, como primera fase del proyecto, antes de proseguir con la adaptación para la competición del viario urbano incluido en el futuro circuito. Para acceder a esta zona, camino de los barrios de las Cárcavas, San Antonio y Valdebebas, de la Ciudad Deportiva del Real Madrid o del Parque Forestal de Valdebebas, las señales del Ayuntamiento de Madrid advierten de las prohibiciones y restricciones de Madrid ZBE.
Estas obras son resultado de la licencia otorgada con gran premura por el Ayuntamiento de Madrid a finales de abril. Al día siguiente del otorgamiento de la licencia, tuvo lugar el acto de colocación de la primera piedra por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid y del alcalde de la ciudad.
En sus discursos se aludió respectivamente a la manera en que este proyecto representa “la pujanza de la sociedad madrileña cuando piensa a lo grande y camina libre” y a la excepcionalidad de Madrid como “única gran capital de Europa que va a disponer de un premio de Fórmula 1”. Probablemente, las demás estén más preocupadas de proteger la salud de sus vecinos y su medio ambiente. ¿De verdad no hay otro lugar en el que instalar un circuito de F1 en Madrid? ¿Es necesario y coherente diferenciarse tanto de las demás capitales estatales de Europa?
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