Morrissey y otros retos de Noches del Botánico: “Es vegetariano militante. Ese día algunos puestos tendrán que cerrar”

¿Cuántas veces has visto a alguien leer un libro bajo un árbol en un festival de música? En Noches del Botánico se puede. No solo porque sea más bien un ciclo, con tan solo un escenario y un concierto por día; también por su particular entorno. Los 30.000 metros cuadrados del Real Jardín Botánico Alfonso XIII que la Universidad Complutense de Madrid cede a este evento veraniego. La gente va horas antes no precisamente para pillar primera fila, algo no muy complicado en un recinto de 4.000 plazas, muchas de ellas sentadas. Lo hace para disfrutar de un poco de verde en un Madrid más bien gris. Cuando llega el primer concierto de Noches de Botánico empieza oficialmente el verano en la ciudad. [Este texto pertenece al boletín de EL PAÍS Madrid. Apúntate aquí para recibir cada viernes propuestas y curiosidades del ocio en la ciudad]

“El recinto es un elemento vivo en el que se trabaja todo el año”, cuenta este miércoles uno de sus fundadores, Ramón Martín, con todo ya prácticamente listo para recibir a Van Morrison este miércoles 4 de junio . “Como las cosas cambian de una edición a otra, hay que pactar con la Complutense, por ejemplo, si podemos subir o bajar la rama de un árbol que ha crecido”. De hecho, Morrison y el resto del cartel de esta edición van a tocar a muy pocos metros de una planta de la familia de las rosáceas, que se funde literalmente con el andamiaje posterior del escenario.

Tras nueve ediciones, el promotor musical comienza a saber tanto de botánica como de rock. Precisamente por ese entorno natural, el festival se monta muy poco a poco, con un solo tráiler, molestando lo menos posible. Este año, han comenzado a trabajar en ello el 10 de abril, con el jardín abierto al público hasta hace pocos días.

“La gente viene a a ver a su artista favorito, pero también a vivir su experiencia no todo el mundo tiene terraza o un jardincito en el que cenar o tomarse algo”, dice Martín. Conscientes de que su público no es una audiencia de botellón, este año están montando una vinoteca para que algunos espectadores puedan sentarse bajo un fraxinus ornus, dice la etiqueta del jardín de la Complutense: un fresno de flor.

Ramón Martín organiza el ciclo junto a Julio Martí, su socio, más centrado en la contratación de artistas. “No podemos competir a lo mejor en lo económico, pero el boca oreja también ocurre entre los músicos y algunos prefieren tocar aquí ante 4.000 personas en vez de en un festival gigantesco”, explica el promotor. El complejísimo tetris que supone montar el cartel hace que sus responsables todavía no se hayan animado a expandir el festival un mes más y que, además de junio y julio, se celebre también en un agosto madrileño cada vez menos vacío. Tal es el esfuerzo que ya están trabajando en el cartel del 2026. “Y del 2027”, advierte Martín.

Los retos para un Noches del Botánico son tantos como días tiene el ciclo. Morrissey, que actúa el día 12 de junio, siempre exige que no se sirva carne la noche en el que actúa. “Es vegetariano militante. Considera que la gente que viene a verle tiene que respetar esa decisión. Así que ese día tendremos ensaladas, hamburguesas de tofu, de alcachofa.... Bueno, no está mal, ¿eh? Nos va a obligar a ver la restauración que ofrecemos desde otro punto de vista. Aunque algunos puestos tendrán que cerrar ese día. Hay gente que se trae su propio bocadillo, y ese día vamos a estar más atentos para que no sea de salchichón”, dice Ramón Martín con ironía.

Van Morrison también les ha puesto en un dulce aprieto. Siempre contesta a última hora. Es “uno de esos artistas no se rigen por las reglas del mercado”. Generalmente les dice que no. Pero esta vez ha dicho que sí. Y además a dos fechas seguidas: 4 y 5 de junio. “Todavía es un misterio en cómo va hacerlo, porque nunca duerme en hoteles, no importa que le pongas un cinco estrellas, vuela a su casa después de cada concierto”, comenta el organizador.

Al tener el cartel de 2025 ya más que cerrado, los organizadores han decidido comenzar dos días antes de lo esperado para hacerle hueco y, de paso que inaugure la edición. Pero eso significa que, este año, Noches del Botánico ya no solo convive con las plantas del jardín. Durante esos días todavía se celebra la prueba de evaluación para el acceso a la Universidad (EBAU) en la Ciudad Universitaria, donde se celebra este ciclo. “Imagínate, estamos a 250 metros de la Facultad de Biológicas, Ciencias Biológicas y Ciencias Geológicas. Y detrás está Farmacia. Las pruebas de sonido son indispensables, pero esos días esto se llena de miles de chavales que vienen a examinarse. Gracias a que nuestra relación es muy estrecha con la Complutense, vamos a coordinarnos”, avanza. En otras palabras, que los estudiantes no van a escuchar a Morrison ensayar mientras están haciendo un examen.

Ambrossi y Portero suenan en la Feria del Libro

Este viernes 30 de mayo, a las 20:30, la SER iba a grabar en la Feria del Libro una nueva entrega de Esta noche libro, el podcast sobre literatura de Javier Ambrossi y Alana S. Portero. Las condiciones de extremo calor han llevado a la suspensión de la Feria del Libro en su primera tarde, así que la localización será en la sede de la Cadena Ser, en Gran Vía 32. La invitada es Irene Escolar y también participan María Barrier y Carmen Aumedes. El acceso es libre hasta completar aforo.

Cinéfilas LGTBI+

Cinéfilas, el ciclo de cine que se celebra en el Espacio de Igualdad Carme Chacón de Hortaleza (Calle de Matapozuelos, 2) se centra este mes de junio en contenido LGTBI+.

Cada lunes programan:

• Pride (2014). 2 de junio
• 120 pulsaciones por minuto (2017). 9 de junio
• Rara (2016). 16 de junio
• Luna en Brasil (2013). 23 de junio
• Moonlight (2016). 30 de junio

El Lazzaro de Alice Rohrwacher visita el reina Sofía

La italiana Alice Rohrwacher es uno de mis cineastas actuales favoritos. Y este sábado 31 de mayo a las 19.00 cierra el programa cinéfilo de la terraza del Museo Reina Sofía con la maravillosa Lazzaro felice (2018), una de sus fábulas visuales más estimulantes. Y además, sale en ella, como casi siempre, su hermana Alba Rohrwacher, uno de mis intérpretes actuales favoritos. La entrada es gratuita hasta completar el aforo.

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