El excapellán del Highlands ya suma ocho denuncias de alumnas, con una nueva este viernes
La directora del centro ha comunicado a las familias este nuevo caso y asegura que lo ha puesto en conocimiento de la policía


Marcelino de Andrés, el excapellán del colegio Highlands El Encinar, ubicado en Madrid, suma una nueva denuncia de una alumna por agresión sexual. Es la octava que se conoce desde que fue detenido el 6 de marzo después de que una familia acudiera a la policía alarmada por el testimonio de su hija. En apenas 24 horas se sumaron cuatro más y en estos dos meses se han añadido otras tres. La última, este viernes.
“Es muy doloroso dirigirme de nuevo a todos para comunicaros que ha emergido en el día de hoy el caso de una nueva alumna de Primaria que afirma haber sufrido agresión sexual por parte del excapellán del colegio. He notificado esta nueva información a las autoridades policiales que investigan el caso, y he hablado con la familia de nuestra alumna, con la que estamos en estrecha comunicación para poner a su disposición todo el acompañamiento que requieran”, ha escrito la directora, Marilú Álvarez, en un comunicado que ha enviado a las familias y la comunidad educativa del centro.
Álvarez sostiene que los dos últimos casos han emergido como consecuencia de un taller de prevención del abuso que el colegio ofreció esta semana, de carácter voluntario, y en el que se pretendía dar a los alumnos herramientas con las que identificar la violencia sexual.
Los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM), tomaron declaración a las familias denunciantes y analizaron las cámaras del centro. Estas grabaciones captaron al religioso dirigiéndose con algunas de las menores a una zona del patio sin cámaras, que las niñas habían identificado como un “lugar secreto” entre ellas y el capellán. Varias de las alumnas prestarán declaración la semana que viene, en una estancia adaptada para víctimas vulnerables.
De Andrés fue muy cercano al fundador y reconocido pederasta de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, hasta el punto de ser su secretario personal en sus últimos años antes de morir, cuando ya había sido expulsado de la Iglesia.
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