Salva deja el suelo de Barajas por un trabajo y un techo en “el paraíso”, los Picos de Europa
“Si tienes trabajo, tienes vida. Si no lo tienes, eres una mierda”, asegura este madrileño de 28 años que lo perdió todo por la covid


El joven madrileño Salvador Méndez, de 28 años y que era productor musical y DJ antes de perderlo todo por culpa de la covid, ha salido el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde malvivía desde hace casi tres años, al lograr una oferta de trabajo como kelly ―camarero de piso― y alojamiento en un hotel en Asturias, en concreto, en los Picos de Europa, que describe como “un paraíso”.
Salva acudió el 20 de mayo a Espejo público de Antena 3, donde denunció las condiciones inhumanas de insalubridad y violencia que ha sufrido en el aeropuerto y pidió que no se tratara a los sin techo “como a bestias salvajes”. “Orines, basura, bichos, violencia. Hay vigilancia, pero también miedo. La gente de la calle tenemos miedo. Me han robado y he presenciado amenazas con cuchillos”, explicó en el programa, entre lágrimas. También contó que tiene estudios de grado medio en imagen y sonido, de grado superior en producción musical y experiencia laboral como jardinero y reponedor.
La oferta de trabajo que puede cambiarle la vida a Salva después de llevar 4 años viviendo en el aeropuerto:
— Espejo Público (@EspejoPublico) May 20, 2025
🗣"Yo sé lo que es pasarlas putas"https://t.co/U1wSXm3qBF
Un empresario de Asturias que conoció su drama le ofreció trabajo como camarero de piso y aceptó. Dejó el suelo del aeropuerto justo a tiempo: el día anterior al comienzo de los controles de acceso de 21.00 a 5.00, franja en la que AENA solo permite la entrada de viajeros, familiares y trabajadores para reducir el número de personas sin hogar que pernoctan en Barajas, que es de 412 según el censo elaborado por una entidad religiosa en la que está integrada Cáritas.
Después de meses de rifirrafe sobre quién debe solucionar el problema, el pasado 22 de mayo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el presidente de AENA, Maurici Lucena, pactaron realizar un censo oficial de las personas que duermen en el aeródromo y Almeida aseguró que el consistorio “está en condiciones de proporcionar una solución habitacional a todas las personas que están en el aeropuerto de Barajas”. De la situación de estas personas se hablará este martes en el pleno de Cibeles.
Pero este ya no es el problema de Salva, que empezó en su nuevo empleo el fin de semana pasado. Como ha contado a Efe, no conocía los Picos de Europa y está en proceso de adaptación a su horario laboral, de 8.00 a 16.00. “Si tienes trabajo, tienes vida. Si no lo tienes, eres una mierda”, asegura el joven, que se muestra “contento” con “el paisaje montañoso” que lo rodea, con los paisanos asturianos, que “son un amor”, y con la gastronomía de la región, especialmente con el cachopo y el arroz con leche.
La Voz de Asturias identifica al buen samaritano como Fernando Fernández. El joven prefiere no dar detalles de su localización porque asegura haber recibido “amenazas” de gente que vivía en el aeropuerto porque ellos se sienten “abandonados, decepcionados y acorralados”, mientras que él ha conseguido “salvarse y escapar”.
Tras sus primeros días fuera de la calle, Salva ha explicado al diario regional que siente que la atención que recibe es exagerada, pero espera que su caso ayude a cambiar la percepción qe tiene la gente sobre los sin techo. “Imagínate, de ser un muerto de hambre y un mierda, a que de repente todo el mundo te habla aquí como el Dios de los de la calle. No lo he hecho para eso, lo he hecho para que la gente sea coherente y entienda que hay ciertas circunstancias de la vida que son reales y la gente es tan estúpida que no lo quiere ver. ¡Están cegados!“.
Se fue a vivir a Barajas en 2022, cuando dejó de tener ingresos como productor musical y DJ a consecuencia del coronavirus. “Perdí mi trabajo, perdí mi casa, lo dejé con mi pareja y caí en un agujero negro en el que veía que la propia salida era muy difícil”, explica. En Barajas, se dedicó a “sobrevivir” y se dio cuenta de “las pocas oportunidades” que se les da a las personas sin hogar. “Sufrí abandono familiar, también de amigos. Lo he intentado todo. La única que me ha apoyado este tiempo es mi prima”, contó en el programa. También ha contado con el apoyo de su pareja, a la que conoció por Internet. “Gracias por darme de comer”, le dijo a su pareja en el programa.
En el tiempo en el que vivió en la Terminal 1 hizo “piña” con un hombre de 50 años y otros dos de 70, que todavía siguen allí y que ahora por la noche si salen a fumar ya no pueden volver a entrar al aeropuerto. “Nos apoyábamos día a día”, asegura. Solía pasar el día en el aeródromo, donde los trabajadores le echaban una mano y le daban comida, pero recuerda que era “decadente”. Tras salir en varios medios de comunicación entre las personas sin techo de Barajas, confiesa que su madre no le ha llamado “seguramente por vergüenza”.
A sus excompañeros de la T1, con los que sigue en contacto a través del móvil y a los que echa de menos, les ha sugerido “que luchen, que se animen a hablar, que no se queden callados y que hagan lo posible por buscar otra vida”. A su juicio, hay gente “irrecuperable”, mientras que muchas personas que necesitan una residencia o atención médica por una discapacidad, por problemas de salud, por enfermedades mentales o por alcoholismo.
Aunque él dormía en la Terminal 1 y asegura que allí no llegó a ver chinches, sí reconoce que en otras zonas la situación sanitaria es muy precaria. “No es un sitio para dormir. Pero tampoco se nos puede tratar como bestias salvajes. Ninguno lo somos. Son 40 conflictivos frente a 500 personas que solo buscamos un lugar donde estar”, denunció en el programa. También aseguró que ni siquiera se permite a las asociaciones repartir bocadillos dentro del aeropuerto: “Nos prohíben el único plato de comida que alguien te puede traer. Esto debería ser una cuestión de derechos humanos”. Ahora, todo esto ha quedado atrás. “Gracias por la oportunidad”, dijo Salva en el programa mirando a cámara.
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