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El ministerio promete que todas las viviendas de la Operación Campamento serán asequibles durante 90 años

La directora general de Sepes señala que están estudiando mecanismos para que no se pueda especular con las nuevas promociones

Terrenos del ejército que serán destinados a construcción de viviendas en la Operación campamento.
Álvaro Sánchez-Martín

En el suroeste de Madrid, en el terreno de 211 hectáreas sobre el que se va a desarrollar la Operación Campamento, hay ahora maleza, flores silvestres y edificios abandonados tapados con grafitis. La zona estuvo llena de cuarteles militares, pero ahora solo quedan dos. El resto está abandonado. Si todo va bien, para principios de 2027 se llenará de grúas, excavadoras y poco a poco irán tomando forma algunas de las más de 10.700 nuevas viviendas que se construirán allí. Es la operación urbanística más ambiciosa en España hasta la fecha, fruto de la voluntad del Ayuntamiento de Madrid y del Ministerio de Vivienda por llegar a un acuerdo.

El proyecto llevaba guardado en un cajón desde 1989. Al menos el 60% de las nuevas casas que habrá allí serán viviendas con algún tipo de protección. El resto será vivienda libre, pero a un precio asequible. Es decir, que no suponga más del 30% de los ingresos de una familia. Como cada caso es particular y no se puede ir uno por uno, una de las alternativas que la Administración está planteándose es utilizar la renta media de los barrios de alrededor para calcular ese porcentaje.

Leire Iglesias, directora general de Sepes, la empresa pública dependiente del Ministerio de Vivienda que está desarrollando el proyecto, dice que están estudiando mecanismos para asegurar que no se especule con las viviendas de ese nuevo barrio una vez estén construidas. “Podemos garantizar que se venderá a un precio por debajo del de mercado porque está sobre un suelo público”, ha señalado Iglesias.

Interior de uno de los edificios de la zona de acuartelamiento que forma parte del terreno de la Operación campamento.

Lo que resulta más complicado de evitar es que el comprador de una vivienda libre allí no pueda revenderla inflando el precio. Según Iglesias, existen mecanismos para impedir que eso ocurra hasta que pasen 90 años de esa primera adquisición. Es una de las alternativas que Vivienda está sopesando para garantizar el acceso a las casas que no forman parte del porcentaje de vivienda protegida. Si no lo consigue “la titularidad de todas las viviendas seguirá siendo pública”, señala una portavoz de Sepes. “Solo se enajenarán inmuebles en el caso de que se pueda garantizar su protección permanente”.

El Ministerio de Vivienda ha organizado este martes una visita guiada para que los vecinos interesados vayan sobre el terreno y, con la explicación de los expertos que hay detrás del proyecto, se puedan hacer una idea clara de cómo quedará el barrio. Pero la actividad también estaba enfocada para que los ciudadanos pudieran expresar su opinión a la Administración. Hoy se ha cerrado el plazo para presentar alegaciones en el Ayuntamiento de Madrid, pero desde Ministerio prometen que abrirán canales de comunicación, como asambleas en el barrio, para que aquel que quiera pueda seguir haciendo propuesta.

Entre las preocupaciones de los allí presentes está la de las zonas verdes y las dotaciones deportivas que permitan articular la vida del barrio. El proyecto prevé dejar una franja boscosa al norte del terreno con un pequeño lago artificial que servirá también como reserva de agua de riego durante los periodos de sequía. Otra de las cosas que inquieta a los residentes es que los nuevos edificios no sean demasiado altos.

Terrenos del ejército que serán destinados a construcción de viviendas en la Operación campamento.

Para tomar esa decisión, se van a seguir los criterios que marque el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, que establece límites de altura y edificabilidad en función de la zona. En el caso concreto de la zona sobre la que se va a desarrollar la Operación Campamento, los edificios más altos no podrán tener más de 11 pisos. Serán los que están más próximos a la autovía A-5. Los que están más al suroeste tendrán que ser más bajos por su proximidad con el aeródromo de Cuatro Vientos.

Hugo Pérez, de 21 años, vive en la parte del barrio de Campamento que ya existe. Espera que entre las nuevas casas se desarrollen espacios públicos que sirvan como punto de encuentro para los residentes. Explica que ahora escasean los lugares de socialización y se usa el campo de fútbol de tierra del barrio para hacer eventos puntuales, como conciertos organizados por las asociaciones vecinales. “Ahora mismo la gente solo quiere ir al centro de la ciudad. El barrio necesita lugares que lo hagan atractivo y le den vida”, señala. Propone construir un espacio como Madrid Río o levantar museos que atraigan visitantes a la zona.

En cualquier caso, lo que ahora existe es un plano donde ser marcan las calles, las avenidas, las manzanas, los edificios, las zonas verdes y los espacios reservas para cada tipo de dotación. Luego será el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid los que compongan las piezas del puzle y decidan si en una parcela en concreto deben poner un hospital o una guardería y en otra decidan entre un museo y un centro cultural.

En cuanto al transporte, queda aún por definir como se abordará el asunto. Desde Sepes han reservado una parcela para construir allí un futuro intercambiador, pero que esto se haga o no dependerá de la decisión que tome el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid. Otra de las opciones será la de conectar la línea 10 de metro con una nueva estación en el barrio.

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