José María Ángel, un veterano político obligado a dimitir por un título falso
El excomisionado del Gobierno se forjó como alcalde durante 18 años, pasó por el Ministerio de Interior y estuvo al frente de Emergencias de la Generalitat durante la dana de 2019

José María Ángel Batalla (Valencia, 68 años) ha tocado todos los palos de la política desde las filas socialistas, en las que se enroló siendo muy joven. El ya excomisionado del Gobierno para la dana ha pasado por todas las instancias de la Administración en España en su dilatada carrera durante más de 40 años: la nacional, la autonómica y la local. Ha sido un corredor de fondo en la política y en esta práctica deportiva, a la que se aficionó en los años en que el running se llamaba footing.
Ahora, Ángel Batalla se ha visto obligado a frenar su carrera tras el escándalo generado por la investigación de Anticorrupción sobre una presunta falsificación del título con el que accedió a la función pública, que le facilitó la dedicación a la política a lo largo de su trayectoria.
Cuando el pasado martes Ángel Batalla se mantuvo callado hasta las ocho de la tarde, tras conocerse desde primera hora la investigación de la Agencia Valenciana Antifraude sobre su acceso a la Diputación de Valencia y la existencia de un título de diplomado “presumiblemente falso”, adelantada por El Mundo, todo hacía presagiar su caída. La Moncloa había demorado su respuesta y no daba por cerrado el caso, a pesar de las explicaciones que finalmente dio y en las que negaba cualquier irregularidad.
Curtido en mil batallas políticas, fue sopesando la decisión, mientras las peticiones de dimisión se multiplicaban en las filas del PP y de la Generalitat y desde la Diputación de Valencia, presidida por los populares, se filtraba que también había abierto una segunda investigación interna, esta vez, sobre el acceso de su mujer, la exdiputada autonómica socialista Carmen Ninet, a la subdirección del Museo Valenciano de Ilustración y la Modernidad (Muvim), propiedad de la corporación provincial. Esta madrugada ha hecho público su escrito de renuncia. Su capital político no le ha servido esta vez para dar unas explicaciones convincentes sobre la existencia de ese polémico título que dice ignorar y que la Universitat de València no reconoce.
Funcionario desde 1982, casado y con un hijo abogado, Ángel Batalla fue alcalde durante 18 años de l’Eliana (1997-2015), una localidad residencial a 20 kilómetros de Valencia, con una de las mayores rentas per cápita de la Comunidad Valenciana, donde supo compatibilizar los intereses de la población del núcleo histórico con los de los vecinos chaleteros. Allí se instaló con su familia y se labró su fama de gestor resuelto y dinámico, al tiempo que se consolidaba en la siempre complicada vida interna del PSOE que reinaba en las instituciones más relevantes de España y de la Comunidad Valenciana en una época, las postrimerías de la Transición, en la que los procedimientos y controles para entrar en algunas Administraciones eran mucho más laxos que en la actualidad.
Ángel hizo un paréntesis en su carrera como cargo público local entre 1993 y 1995 con una primera incursión en la política nacional de la mano del entonces ministro del Interior, el valenciano Antonio Asunción, al que conocía bien por haber presidido la Diputación de Valencia entre 1983 y 1988. Felipe González, entonces presidente de Gobierno, nombró a Asunción titular de la cartera en noviembre de 1993 tras la dimisión de Luis Corcuera, y Ángel se marchó con él a Madrid como jefe de gabinete. La aventura duró poco porque el ministro valenciano dimitió solo cinco meses después, a finales de abril de 1994, por la huida del entonces director de la Guardia Civil, Luis Roldán. Ángel se mantuvo unos meses más como asesor de Interior antes de volver a su tierra y con la bagaje de atesorar secretos y una nutrida red de contactos.
En el plano orgánico, el político ocupó varios cargos en el PSPV-PSOE primero en su comarca, el Camp de Turia, hasta llegar presidir el partido de los socialistas valencianos, responsabilidad de la que también ha dimitido al hilo de las investigaciones abiertas por la Fiscalía Anticorrupción a partir del informe de Antifraude.
Fue elegido para este cargo del partido, importante por su simbolismo, tras su solvente desempeño como secretario autonómico de Emergencias en el gobierno de la Generalitat presidido por el socialista Ximo Puig. De hecho, también se mantuvo cuatro meses en estas funciones tras el triunfo del PP en mayo de 2023 y el primer gobierno en coalición con Vox, presidido por Carlos Mazón. A la ultraderecha se le asignó la consejería de Interior, pero carecía de cantera y se avecinaba el verano con el elevado riesgo de los incendios forestales que comporta. Se le mantuvo en el mantuvo en el puesto hasta que pasado el estío, Ángel Batalla sugirió que ya era hora de que lo relevaran en el cargo.
El primer gobierno del Botànic, que formaron socialistas, Compromís y Unides Podem presidido por Puig, lo había recuperado para la política autonómica en 2015 como responsable de gestionar las Emergencias, tras pasar cuatro años en el Senado. En 2019, destacó en la gestión de la dana que afectó a la Vega Baja de Alicante y causó seis muertes. El Cecopi, el órgano de coordinación de la emergencia, se activó 48 horas antes de la gota fría, a diferencia de lo sucedido el pasado 29 de octubre, cuando se convocó a las cinco de la tarde con pueblos ya inundados, en la fatídica jornada en la que murieron 228 personas.
De carácter campechano, accesible, resolutivo, dispuesto tanto a dar una rápida réplica como a mantener buenas relaciones con sus adversarios políticos, Ángel Batalla y el vicepresidente para la dana de la Generalitat, el teniente general retirado Francisco José Gan Pampols, nombrado por el PP, se lanzaron mutuos elogios como servidores públicos. Pero la buena relación no fructificó en el cese de hostilidades entre el Consell y el Gobierno a cuenta de la gestión de la dana. “Me siento particularmente dolido”, ha dicho el exmilitar este jueves sobre la dimisión de Ángel.
Lector ávido de periódicos, aficionado a los toros y detallista con muchos, por lo que se ganaba la simpatía de unos y las reticencias de otros, Ángel Batalla se incorporó al equipo de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, tras salir de la Generalitat y un breve paso por la Diputación de Valencia, ocupando la plaza de “técnico A1/A2, incardinado al grupo socialista”. Y en diciembre de 2024 el Gobierno de España anunció su nombramiento como comisionado especial del Gobierno para la reconstrucción y reparación de los daños provocados por la dana, cargo del que ha dimitido a poco más de un año de su jubilación en la diputación.
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