Ir al contenido
_
_
_
_

El presidente de la Diputación de Valencia se contradice ante la jueza de la dana para defender la versión de la Generalitat

Vicent Mompó, del PP, se corrige a sí mismo y asegura en el juzgado que se enteró del desbordamiento del barranco del Poyo a partir de las 19.00 horas

El presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, del PP, a su entrada a la Ciudad de la Justicia de Valencia, el pasado abril.
Joaquín Gil

El presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, del PP, ha defendido este jueves en el juzgado que investiga la dana —la catástrofe que dejó 228 muertos en Valencia el pasado octubre— que se enteró del desbordamiento del barranco del Poyo, detonante de la colosal inundación, a partir de las 19.00 horas del día de la tragedia, según indican a EL PAÍS fuentes presentes en su comparecencia.

En su declaración como testigo de más de siete horas ante Nuria Ruiz Tobarra, la magistrada de Catarroja (Valencia) que indaga penalmente la gota fría, Mompó se ha corregido a sí mismo respecto a las afirmaciones que hizo en el programa Salvados de La Sexta el pasado diciembre. En este espacio, dio a entender que fue consciente del desbordamiento del Poyo una hora antes.

La tesis invocada ante la instructora coincide en lo esencial con la línea de defensa de la Generalitat de Carlos Mazón y de sus dos exaltos cargos imputados: la exconsejera de Justicia e Interior durante la riada, Salomé Pradas, y quien fuera su segundo, Emilio Argüeso. Una sincronizada estrategia que culpa a organismos estatales como la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) o la Agencia Estatal de Meterología de la falta de información y, por tanto, del envío tardío del Es alert, el aviso que se remitió a los terminales a las 20.11 horas del 29 de octubre, cuando se amontonaban desaparecidos, fallecidos y personas atrapadas en plantas bajas y garajes. Y que se ha transformado en la piedra angular de las pesquisas. La instructora sostiene que, si la notificación se hubiera enviado antes, se habrían salvado vidas.

Según confesó Mompó en la entrevista televisiva, que está incorporada a la causa, el diputado provincial de Bomberos, Avelino Mascarell, le informó el 29 de octubre sobre las 18.00 horas de la situación extrema de la rambla. Y a este, a su vez, le advirtió de la gravedad Amparo Fort, alcaldesa de Chiva (17.245 habitantes), donde nace el barranco del Poyo. El desbordamiento de esta infraestructura arrancó a las 16.41 horas, tal y como revelan las llamadas de emergencias al 112, la centralita telefónica de la Generalitat que registró casi 20.000 comunicaciones de desesperación la jornada de la tromba desde municipios como Cheste (9.022 vecinos).

Entrevista “manipulada”

Ante la jueza y el fiscal, Mompó ha expuesto que la primera entrevista que concedió sobre la dana a La Sexta estuvo “manipulada”. Ha destacado que fue grabado durante una hora y cincuenta minutos y que solo se emitió una pequeña parte de su conversación. Y ha reconstruido el cruce de llamadas de voz por WhatsApp que mantuvo con Mazón la tarde de la crisis. Contactó por primera vez con el jefe del Consell a las 17.45 horas. “A las 17.46 horas le devuelvo la llamada. No me acuerdo de qué hablé con él [...]”, ha afirmado sin descender al detalle sobre dónde se encontraba el president, que pasó parte de la trágica tarde en el céntrico restaurante valenciano El Ventorro mientras se inundaba Valencia. Y del que se desconocen con precisión sus movimientos durante el cenit de la desgracia.

Ha afirmado Mompó que el pavor inicial de la tromba radicó en el eventual desbordamiento de la presa de Forata. La rotura de esta instalación pudo causar 20.000 muertos, según informes de la Generalitat. Y ha defendido que en el Cecopi –el organismo de emergencias que coordinó la crisis- no siguieron la televisión para justificar la falta de reacción ante el riesgo del Poyo. Cadenas como la pública valenciana À Punt reportaban en directo la situación extrema de esta rambla.

Sobre la génesis del envío de la alerta masiva a móviles, ha indicado que la exconsejera Pradas no intervino en la validación de este aviso y ha conectado esta gestión con el subdirector de Emergencias autonómico, Jorge Suárez. Una tesis que choca con las comparecencias de varios testigos, que han vinculado en el juzgado a Pradas –que fue destituida por Mazón junto a quien fue su segundo cuatro semanas después de la tragedia- con la notificación.

Durante la sesión, la instructora ha llegado a comparar la gestión de la emergencia del Cecopi –donde participaron 29 representantes de instituciones municipales, autonómicas y estatales- con la película surrealista de Luis Buñuel El ángel exterminador.

Sobre el papel de Mazón, Mompó ha admitido que no habló con el barón popular sobre la alerta durante la emergencia. Preguntado sobre cómo encaró la riada, el también alcalde de Gabarda (Valencia, 1.036 habitantes) ha reconocido que adoptó medidas de protección la víspera de la tragedia. Como ejemplo, ha recordado que la misma jornada de la inundación -cuando la Aemet emitió a las 7.36 horas un aviso rojo, el máximo en la escala- decidió cancelar las clases. “Sobre las 6.00 de la mañana ya estuve hablando con mi equipo y procedimos a suspender la agenda”, ha defendido. Una postura previsora que, de nuevo, se aleja del comportamiento de Mazón. La misma mañana de la tromba, el president calificó de “exagerada” la iniciativa de la Universitat de València de suspender las clases y pronosticó que la gota fría evolucionaría a la Serranía de Cuenca sobre las 18.00 horas, justo cuando los coletazos de la riada resultaron más severos.

En la línea que expuso la exconsejera Pradas el pasado abril en su declaración judicial, Mompó ha descargado en los técnicos la responsabilidad de tomar las decisiones relevantes del día más importante de su carrera política. Y ha comentado que mantiene una buena sintonía con Mazón. Una relación que no puede calificarse de amistad.

Pese a que este organismo autonómico de emergencias recibió datos sobre el riesgo del Poyo antes de las 19.00 horas a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), el presidente de la Diputación ha apuntado que estos avisos no desataron el temor. Llegaban, ha apuntado, a un correo electrónico que no se controló. “Nadie verbalizó ese contenido [el riesgo del Poyo]”, ha zanjado.

Ha recordado también haber mantenido a las 19.00 horas del día de la catástrofe una conversación con el presidente de la CHJ, Miguel Polo. La charla pudo tratar sobre la rotura de la presa de Forata, según el responsable provincial.

Aunque oficialmente no formaba parte del organigrama del Cecopi, Mompó ha explicado que no intervino en la decisión de retirar a los bomberos del Consorcio Provincial –que depende de la Diputación- del barranco del Poyo a las 15.00 horas del 29 de octubre. El entonces jefe de estos efectivos, José Miguel Basset, ya jubilado, justificó que estos profesionales se fueron anticipadamente “porque había ganas de comer”.

La tesis sobre la falta de información sobre la magnitud real de la dana ha sido desmontada por el propio Mompó en su declaración ante la instructora. Según ha explicado a la salida del juzgado, la tarde de la tragedia llamó a su hermana para avisarle del riesgo entre las 16.30 horas y las 17.15, tres horas antes del envío de la alerta a móviles. Le pidió que no cogiera el coche. El presidente provincial ha indicado, de nuevo, que no se acordaba de los términos exactos de la conversación con su familiar.

Al comparecer como testigo, Mompó estaba obligado a decir la verdad y a responder a todas las partes: jueza, fiscal, acusaciones populares y particulares y defensas. El dirigente ha evitado entrar en el jugado por la puerta principal de la Ciudad de la Justicia de Valencia, donde un centenar de bomberos del Consorcio Provincial —que depende del organismo provincial— desplegaba pancartas que pedían su dimisión. “No estamos preparados para una dana”, reivindicaban sus consignas. “¡No tenemos camiones, no tenemos equipos, tenemos un consorcio arruinado!”, gritaba un portavoz de estos efectivos micrófono en mano y ante el humo generado por un bote pirotécnico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_