Un jefe de la Aemet denunció en el juzgado las “mentiras” y “desinformación” sobre la dana del Gobierno de Mazón

Falsedades, manipulación y omisión a la verdad. El jefe de Climatología de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en la Comunidad Valenciana, José Ángel Núñez, acusó en el juzgado a la Generalitat de “mentir” y “desinformar” sobre la riada que dejó 228 muertos y un reguero de destrucción el pasado 29 de octubre. Durante su declaración como testigo ante la jueza de Catarroja (Valencia) que investiga la dana, Nuria Ruiz Tobarra, el funcionario señaló a la número dos de Carlos Mazón, la vicepresidenta Susana Camarero, por relatar falsedades “de impacto” en ruedas de prensa. Se refería a la estrategia de defensa del Consell de culpar a organismos del Gobierno de Pedro Sánchez -como la Aemet- de no haber informado con antelación sobre la magnitud de la tragedia. Y ese presunto retraso habría precipitado la respuesta tardía de la Generalitat.

En su comparecencia judicial, a cuya transcripción íntegra ha tenido acceso EL PAÍS, Núñez destacó que Mazón le puso “en el punto de mira” tras la tromba durante una intervención el pasado noviembre. Y que, tras esta comparecencia, el testigo fue objeto de “ataques muy fuertes”. “Hay algo peor que decir mentiras, que es desinformar. Puedes coger un relato, dejar lo que te interesa, quitarlo,...”, expuso el funcionario ante la magistrada.

Junto al señalamiento de los dirigentes del Consell, el jefe de la Aemet se convirtió en la diana de una campaña en redes de agitadores de ultra derecha. “Soy un ciudadano sin ningún tipo de protección, vivo en un barrio popular de Valencia. No llevo escolta”, apuntó. Y, como ejemplo de falsedades, indicó que Mazón y su vicepresidenta Camarero aseguraron que la dana dejaría precipitaciones de 180 litros por metro cuadrado como máximo, cuando esa cantidad era el registro mínimo.

Núñez se mostró sorprendido de que la reunión del Cecopi –el órgano de la Generalitat que coordinó la crisis de la riada- no se convocara a las 11.00 horas del 29 de octubre, sino a las 17.00. Y que tampoco se alertara por la mañana a la población de la letal tromba.

La administración de Mazón envió el mensaje masivo a móviles a las 20.11 horas, cuando se acumulaban los fallecidos, desaparecidos y personas atrapadas en plantas bajas y garajes. La notificación se ha revelado la piedra angular de las pesquisas. Y es que la magistrada sostiene que, de haberse enviado antes, se habrían salvado vidas.

Pese a esta demora, Núñez relató que la agencia estatal emitió la misma jornada de la tragedia, a las 7.35 horas, un aviso rojo, el máximo de la escala y que se activa ante el riesgo de precipitaciones de más de 180 litros por metro cuadrado. “[A las 11.00 horas] estaba cortada la A7, había seis pueblos sin centro de salud, 50 municipios con clases canceladas, un edificio inundado en Turis,...”, enumeró el funcionario.

Ante esta sucesión de evidencias, Núñez se preguntó en el juzgado, “¿qué pasó esa mañana para no organizar la emergencia?”. Y recordó que el jefe del Consell minimizó el impacto de la riada. Y es que el president llegó a decir la mañana del 29 de octubre que el temporal se estaba desplazando hacia la serranía de Cuenca y que sobre las seis de la tarde disminuiría su intensidad en el resto de la autonomía. El testigo desmintió que la Aemet hiciera esta previsión.

Insistió en el juzgado el funcionario de que la labor de la Aemet es advertir del riesgo –el mismo día de la dana se declaró extremo- y que la Generalitat es competente en la gestión de la tragedia. “Si sé lo que va a pasar, me subo a las torres de Serrano [restos de las puertas fortificadas de la Valencia medieval], me encadeno y me pongo gritar”, enfatizó irónico.

Situación “extrema” en el Cecopi

Cuando arrancó a las 17.00 horas la reunión del Cecopi –que aglutinó a representantes de 29 instituciones locales, autonómicas y gubernamentales- la situación era ya extrema, según el testigo. “La catástrofe era monumental. A las 17.20 horas, en un barranco, ya había víctimas. Empezó a llover con fuerza desde las 15.00. Fallecieron empresarios a las 17.00. En el Cecopi iban detrás de los acontecimientos. Cuando empezó la reunión, media provincia de Valencia estaba inundada”, lamentó.

El testigo también criticó el apagón en la reunión del órgano de emergencias, que impidió conocer a las instituciones que participaban por videoconferencia qué ocurrió entre las 18.00 y las 19.00 horas, cuando se debatió el envío de la alerta masiva a los teléfonos. “Cuando se suspendió [a las 18.00] ya no había nada que hacer”, zanjó Núñez resignado ante la instructora.

En su declaración del pasado dos de junio, el funcionario avisó que “los primeros signos de formación” de la riada se registraron el domingo 20 de octubre, nueve días antes de la catástrofe. Al comparecer como testigo, Núñez tenía la obligación de decir la verdad y de contestar a todas las partes: jueza, fiscales, defensas y acusaciones populares y particulares.