Uber acelera sus acuerdos con taxistas para esquivar las limitaciones en Barcelona
Las plataformas digitales consolidan su salto al taxi en vísperas a la ley que puede acabar con VTC. La empresa ha captado a 2.000 taxistas


“El objetivo es ayudar a los taxistas a aumentar ingresos y reducir costes, contribuyendo así a su recuperación económica”. Este era uno de los mensajes que lanzaba Uber, a los taxistas de Barcelona en 2021 cuando, tras la pandemia, decidió que su plataforma de contratación de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC) también podría expandirse al taxi en la capital catalana. Han pasado cuatro años desde entonces y, el jueves, la mayoría de formaciones del Parlament de Cataluña presentaron el anteproyecto de la futura ley del taxi que supondrá la reducción drástica de las VTC que realizan trayectos urbanos. Estas VTC son las que utilizan plataformas como Uber, Bolt y Cabify.
Las tres empresas llevan meses intentándose adelantar a una futura normativa contraria a las VTC. Ese momento ha llegado y las plataformas ya han acelerado su desembarco al taxi. La que lleva la delantera es, precisamente, Uber. Cerca de 2.000 taxis en el área metropolitana (de un total de 10.527) han contratado a Uber para gestionar servicios. La aplicación de Uber, a día de hoy, permite al usuario escoger entre VTC y taxi para hacer recorridos en varias ciudades de España. La plataforma sabe que la administración quiere acabar con las VTC y lleva meses realizando una intensa campaña promocional con el objetivo de seducir exclusivamente a taxistas. Uber admite que solo en los últimos seis meses han captado a medio millar de profesionales del sector, tradicionalmente muy reacio a las plataformas. La asociación profesional Elite Taxi no ve con buenos ojos la implantación de Uber entre los taxistas pero considera que la nueva normativa admite la competencia y no se opone al desembarco de Uber y el resto de plataformas al taxi.
La futura ley del taxi también se adelanta y regula cómo las plataformas acabarán prestando servicios al taxi. La norma -en el título quinto- define a las plataformas como aquellas empresas de intermediación que “ponen en contacto a personas usuarias con personas prestadoras en vehículos de hasta nueve plazas”. El articulado asegura que las empresas de intermediación pueden ser emisoras, pero también, y aquí es donde entran todas las APP, “sistemas de telefonía, aplicaciones informáticas con dispositivos fijos o móviles, plataformas digitales o de cualquier otra forma”. De hecho, la ley no distingue si prestan servicio al taxi o a las VTC.
La nueva ley obligará a que Uber, Cabify y el resto de plataformas deberán proporcionar -antes de realizarse el trayecto- el precio que pagará el usuario salvo cuando se trate del servicio del taxi, para el que siempre cumplirán la tarifa estipulada por las administraciones públicas. La nueva norma exige a estas empresas que tengan una autorización administrativa, respetar siempre las tarifas oficiales del taxi, garantizar que se asignan servicios a los taxistas por orden de llegada y no por criterios comerciales y facilitar a la administración los datos de trazabilidad de todos los servicios.
Felipe Fernández Aramburo es el director de Uber en España y Portugal. “Queremos ser un socio a largo plazo del taxi barcelonés, ofreciendo a los taxistas acceso a nuestra gran base de usuarios como forma de maximizar sus ingresos a través de una fuente adicional de ingresos, una herramienta extra que muchos ya utilizan para ganar más”. Desde 2021 hasta 2025, casi 2.000 taxistas en Barcelona (en toda España son 5.000) han contratado Uber y según la plataforma “hacen el doble de carreras que solo con la mano alzada”.
Uber se acerca a los taxis para no perder el volumen de negocio, pero, al igual que el resto de plataformas, ha denunciado que la futura ley del taxi no les beneficia. El jueves Cabify, Uber y Bolt hicieron público un comunicado asegurando que “si la ley sale adelante” disminuirán las “alternativas de movilidad”. Las tres plataformas sentenciaban que VTC y taxi no compiten entre sí, sino que se “complementan” y argumentaban: “No es que sobren VTC, el problema es que faltan taxis y VTC”. Concluían que si la norma salía adelante “miles de personas perderán su empleo y la movilidad de Barcelona retrocederá al siglo XX”.
José Manuel Berzal es el presidente ejecutivo de Unauto, la patronal de las VTC. Asegura que el proyecto de la futura ley del taxi generará “más paro, menos movilidad y blindará el monopolio del taxi”. El presidente de Unauto acusa a las formaciones políticas de escribir la normativa al dictado de Tito Álvarez, el líder de buena parte de los taxistas barceloneses. “Las plataformas digitales también salen perdiendo. De hecho, quedan en una situación muy precaria porque sin VTC pierden una gran parcela de negocio”, lamenta. Berzal afirma que, además, las pocas VTC que queden deberán ser precontratadas con un tiempo superior a 10 minutos en algunos casos, pero, en otros, superior a dos horas de antelación, por lo que las plataformas también pierden fuerza en las contrataciones. “Es un desastre, esta ley afecta a más de 6.000 trabajadores que pueden quedarse en el paro. Además, han excluido al sector de los procesos de negociación y solo han hecho caso a Tito Álvarez”, concluye el presidente de la patronal de las VTC.
Álvarez asegura que las plataformas tienen cabida dentro de la nueva ley. “Uber y Bolt ya trabaja con el taxi. Freenow solo lo hace con el taxi y Cabify no descarto que lo intente. Lo que está claro es que las plataformas que quieran quedarse tendrán que trabajar con el taxi porque si no desaparecerán”, asegura el líder de los taxistas. Las plataformas suelen cobrar al taxista o la VTC un 12,5% de cada servicio contratado con la aplicación. “No nos gustan estas plataformas, pero no estamos en contra de que operen siempre que lo hagan con las mismas reglas y con un precio regulado que no les permita abusar”, asegura Álvarez.
Entre el sector del taxi existen muchos conductores que contratan más de una de estas plataformas para garantizarse servicios. “Sobre todo lo hacen taxistas extranjeros que no comprenden demasiado que estas plataformas son el verdadero enemigo”, asegura un taxista -no da su nombre- en plena calle Casp de Barcelona. Álvarez también desconfía: “Hay veces que dudamos si las aplicaciones, tal y como están ahora, engañan y ofrecen más barato las VTC que el taxi. Eso con la nueva ley ya no pasará. No habrá competencia desleal. Si ellos recapacitan habrá paz y competencia sana”. La nueva normativa obligará a crear un sistema de la Generalitat que permitirá el control de las plataformas, taxis y VTC, ya que todos los vehículos y servicios estarán geolocalizados.
Josep Sanromà tiene 60 años y lleva, desde 2018, conduciendo vehículos VTC para la empresa Vecttor, que tiene participación de Cabify. “Estas empresas ayudaron mucho a gente de mi generación que no encontrábamos trabajo. Ahora los políticos quieren acabar con nosotros y me sorprende, porque yo llevo cada día a dos diputados que votan a favor de esa ley”, lamenta. Sanromà asegura que el futuro debe ser con VTCs y con plataformas digitales.
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