Prisión para los tres detenidos por el asesinato de un empresario en una zona boscosa de Lleida en 2022
La víctima y uno de los arrestados, vecinos de Cervera, habían sido amigos y socios; la investigación apunta a un ajuste de cuentas


Un juez de Solsona (Lleida) ha ordenado esta tarde el ingreso en prisión provisional y sin fianza para los tres detenidos por el asesinato, a principios de 2022, del empresario y contrabandista Joan Coromina en una zona boscosa de Lleida. Ramon A., amigo y antiguo socio de la víctima y tío político del piloto de motociclismo Marc Márquez, es el principal sospechoso por su presunta participación en un crimen que, según los investigadores, está motivado por un ajuste de cuentas. Los otros dos detenidos y enviados a prisión son el comandante de la Guardia Civil de Lleida F. G. (ahora en la reserva) y el propietario de un taller mecánico de la ciudad. El juez ha ordenado que la causa, abierta por el delito de homicidio, continúe bajo secreto de sumario.
Coromina, empresario muy vinculado a Andorra e histórico del contrabando en la frontera, fue asesinado de forma premeditada la mañana del martes 25 de enero de 2022. El hombre, que tenía 61 años, se encontraba en una zona boscosa de la Baronia de Rialb cuando fue alcanzado por una única bala que le atravesó el pecho. El disparo fue efectuado a unos cien metros de distancia, por lo que los investigadores sospechan de un tirador experimentado. Un operario de Coromina, que estaba trabajando con una excavadora, encontró el cuerpo poco después y avisó a los servicios de emergencias.
La investigación policial ha sido una carrera de obstáculos (no hay imágenes ni testigos directos del crimen) que solo recientemente se han podido sortear. Nuevos testigos aportaron información relevante sobre los últimos compases de la vida de Coromina, lo que permitió a los policías estrechar el círculo en un puñado de nombres. Las identidades aportadas por los testigos, además, resultaron compatibles con el registro de las antenas de telefonía móvil, según fuentes de la investigación.
Después de más de tres años, el pasado martes los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil desplegaron un operativo en Cataluña para detener a tres personas por su presunta relación con el crimen: Ramon A. vecino de Cervera y amigo íntimo de Coromina, con quien había tenido negocios; F. G., comandante de la Guardia Civil (ahora en la reserva) acusado, en los años 80 y 90, de hacer la vista gorda con el contrabando de tabaco; y el propietario de un taller mecánico de Lleida. Fuentes policiales apuntan a que el móvil del crimen es un ajuste de cuentas vinculado a las relaciones personales y profesionales que mantenían entre ellos, especialmente pronunciadas en el caso de Ramon A., que como Coromina era vecino de Cervera (Lleida).
A Ramon A. y Coromina les había unido una relación de amistad y de negocios en el pasado. Ambos llegaron a regentar juntos una joyería en la calle Mayor de Cervera, según adelantó el diario Segre y confirman fuentes del caso a este diario. Los vecinos explican que la asociación no duró demasiado tiempo. Ramon, sin embargo, siguió vinculado al negocio. En diciembre de 2011, fue víctima de un supuesto atraco con violencia en otro establecimiento que regentaba, en Tàrrega. Los ladrones se llevaron más de 400.000 euros en joyas, denunció.
Pero los Mossos acabaron acusando al joyero de haber simulado el delito para cobrar un seguro que había incrementado de forma sustancial apenas unas horas antes. Ramon fue juzgado en 2017 y finalmente absuelto por falta de pruebas por la Audiencia de Lleida, pero el proceso reveló que acumulaba cuantiosas deudas entre hipotecas y préstamos que se le habían concedido.
A Coromina, por su parte, fuentes policiales le vinculan al contrabando en la frontera, donde habría trabado relaciones con guardias civiles. Hace muchos años, sin embargo, se trasladó a Cataluña y fijó residencia en Cervera. Tenía propiedades en diversas comarcas
El comandante de la Guardia Civil estaba en activo cuando ocurrieron los hechos, aunque poco después pasó a la reserva. Llegó a ser jefe de la policía judicial en la comandancia de la ciudad de Lleida pese a un expediente poco pulcro. Según el diario Segre, en los años 80 fue detenido junto a otros guardias por permitir el contrabando ilegal de tabaco en la aduana de La Farga de Moles a cambio de sobornos. El tercer detenido, para el que el juez también ha ordenado el ingreso en prisión sin fianza, es el dueño de un taller mecánico a las afueras de la ciudad.
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