El Liceu estrena la primera ópera de Ros-Marbà dedicada a la figura de Walter Benjamin
El teatro de La Rambla pone en cartel la obra del maestro que se pondrá al frente de la orquesta


“Está siendo una vivencia muy directa y emocional. Me quedaba una asignatura pendiente como compositor de una obra de creación”. El maestro y compositir Antoni Ros-Marbà, de 88 años, escribirá un nuevo capítulo de su larga trayectoria como músico con el estreno este sábado en Gran Teatre del Liceu de Benjamin en Portbou, su primera ópera. Con el libreto de Anthony Carroll Madigan, la obra, de dos actos, de horas y media, narra la historia del filósofo alemán Walter Benjamin, que murió en un hotel de Portbou, en septiembre de 1940, escapando de la Gestapo. El tenor norteamercano Peter Tantsits asume el papel del filósofo. La ópera se estrena este sábado y repetirá función el lunes.
Director de orquesta y compositor de cantatas, sardanas, canciones infantiles, cuartetos de cuerda y ahora enfrascado en un réquiem, Ros-Marbà aseguró el día de la presentación que no se quita ninguna espina con esta su primera ópera. “Me he pasado mucho tiempo con la maleta arriba y abajo. Una ópera lleva mucho tiempo y reflexión. Puede que sea mi primera y lo más probable última ópera. Tengo la edad que tengo. Pero veremos como funciona”, afirma, “seamos prudentes. Mi lema es el de Einsten: ‘La vida es como ir en bici; si paras, caes. Se ha de continuar. Y cuanto más tarde, mejor’”. Ros-Marbà, el único director catalán que ha dirigido a la Filarmónica de Berlín, finalizó la partitura en 2015 y la pandemia aplazó el estreno.
Bajo la dirección escénica de Anna Ponces y con iluminación de Playmodes Studio, la ópera es una versión semiescenificada en 13 escenas. “Estamos abriendo un nuevo capítulo en su historia como músico de Ros-Marbà”, dijo Ponces. La obra arranca con la muerte del filósofo y, a partir de ahí, muestra una visión retrospectiva. La directora describió que ha concebido la puesta en escena desde tres perspectivas: la biográfica, que funciona como un flashback; la del pensamiento —el libreto está trufado con fragmentos de sus ensayos— y la tercera, con una mirada sobre lo que ha representado Benjamin para la sociedad actual.

“Él y Hannah Arendt (los dos eran primos) fueron los primeros en explicar la historia desde la perspectiva de los vencidos. Y fueron los primeros en autodenominarse refugiados”, afirmó. “Él cruzó la frontera y eso, desde entonces, no ha dejado de pasar en la historia de la humanidad. Ahora mismo, mientras hablamos, alguien estará atravesando una frontera”. En la obra, que juega con las luces y las sombras, se evoca cómo un grupo de personas, en fila india, cruzan una frontera. Arendt aparece como personaje al igual que Bertolt Brecht. Y un doble personaje del Angelus novus extraído de un dibujo de Paul Klee que había comprado Benjamin, y que interpetará la soprano Serena Sáenz.
La escenógrafa admitió que uno de los retos era imaginar la escenografía sin tener referencias de una ópera previa del maestro. Ros-Marbà puntualizó que no tiene nada que ver con el lenguaje en el ámbito popular y reconoció que cuando la estaba componiendo, en la secuencia previa a un aria del tenor, pensó: “Madre mía: esto me suena un poco malheriano, por las dos trompas. Y después de reflexionar, me dije: ‘Dejémoslo’. Todos tenemos referencias, pero no hay una nota de Malher, todo es mío”, bromeó. “Algunos lo notarán y otros quizá no”. Ros-Marbà quiso recalcar que trabajó codo con codo en Barcelona y Calonge con Madigan, ya desaparecido y a quien definió como un artista del Renacimiento, y que lograron que tanto el libreto como la música fueran a la par.

El tenor norteamericano Peter Tantsits definió Benjamin en Portbou como una ópera no tradicional, como una esfera con su vida y sus ideas. “Yo normalmente no voy con este bigote y cuando me lo pusieron, me miré en el espejo y pensé: ‘Es que soy como él’. Tenemos casi la misma edad y el parecido lo ha facilitado también bastante”. El libreto está en inglés y no en catalán porque, dijo Ros-Marbà, Madigan era de habla inglesa y pensaron que Benjamin era un personaje universal y que la lengua del libreto fuera universal tanto por el filósofo como por los personajes que le rodeaban. “El tema de la lengua nos lo planteamos muy seriamente. Pero el inglés tocaba todos los temas. Y también puede ser más exportable el futuro de la ópera”, afirmó.
Ponces expuso que hay diferentes teorías sobre la muerte del filósofo: el suicidio con una sobredosis de morfina al ver que no podía huir y quedar atrapado en Portbou; el asesinato a manos de la Gestapo o por una muerte producida por su afección cardiaca. “En la puesta de escena planteamos la situación de suicidio, pero no la resolvemos. Hay indicios suficientes como para dejarlo abierto”, dijo la escenógrafa. “Fuera como fuera, no cambia que murió en una habitación de un hotel. Nadie debe morir por la presión de la historia”.
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