Detenida por tercera vez en Girona la maltratadora de animales que se hace pasar por veterinaria
Los Mossos han encontrado perros en muy mal estado en el sótano de su casa. Des de hace años se acusa a Natàlia Rafols de ser la responsable de la muerte de decenas de animales

Los Mossos d’Esquadra han detenido por tercera vez a Natàlia Ràfols, la falsa veterinaria de la comarca de La Selva (Girona) acusada de reiterados casos de maltrato animal. La mujer, de 50 años, ha infringido la prohibición judicial que le impide, desde julio del año pasado, tener animales o ejercer cualquier actividad relacionada con su cuidado, protección o comercialización.
Según han podido saber EL PAÍS y SER Catalunya, los Mossos, junto con la Policía Local de Tossa de Mar y los Agentes Rurales, actuaron tras recibir el aviso de un vecino que alertaba de la posible presencia de animales en una propiedad familiar de Ràfols en Tossa. En la inspección, los agentes hallaron dos perros y dos cobayas escondidos en el sótano de la vivienda, en muy mal estado de salud y sin las condiciones mínimas de bienestar.
Después de varios días, Ràfols se entregó voluntariamente en comisaría este miércoles por la noche. Ahora será el juzgado de guardia quien deberá decidir si impone nuevas medidas cautelares o si, ante la reincidencia, decreta nuevamente su ingreso en prisión, como ya ocurrió el año pasado.
En julio de 2024, tras abonar una fianza de 6.000 euros, Ràfols quedó en libertad provisional. El Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Coloma de Farners le impuso entonces la prohibición de cualquier vínculo con animales. En aquel momento ya acumulaba denuncias por ejercicio ilegal de la veterinaria, intrusismo profesional y por tener a decenas de animales en condiciones deplorables en Vidreres y Tossa. También se le atribuía la muerte y el sufrimiento de muchos de ellos.
Más de una década de denuncias
La actividad ilícita de Ràfols se remonta a 2012, cuando empezaron a aparecer las primeras denuncias de particulares que aseguraban haber sido estafados por servicios veterinarios que nunca se prestaron. Desde entonces, ha sido señalada por estafa, falsificación de documentos públicos, maltrato animal e intrusismo. El Colegio de Veterinarios de Girona la inhabilitó en tres ocasiones (2011, 2012 y 2015), y finalmente una sentencia del contencioso-administrativo en 2017 le prohibió ejercer de forma definitiva.
Las sospechas de que seguía operando ilegalmente llevaron a los agentes de investigación de la comisaría de Santa Coloma de Farners a seguirle la pista. Detectaron que la dirección de la supuesta clínica que publicitaba correspondía en realidad a un local clausurado. Posteriormente, comprobaron que recogía a los animales y los trasladaba a su vivienda, donde los intervenía en una habitación sin ningún tipo de garantía sanitaria. Muchos de los animales desarrollaban infecciones graves y, en los casos más extremos, acababan muriendo. Según fuentes policiales, en más de una ocasión los cadáveres eran enterrados en bolsas de plástico en el jardín de su casa.
La investigación también ha revelado otras prácticas irregulares. Para atraer clientes, ofrecía precios muy por debajo del mercado y realizaba visitas a domicilio, sobre todo en urbanizaciones. Siempre exigía los pagos en efectivo o a través de Bizum, lo que dificultaba el rastreo de sus operaciones.
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