Nueva fusión de escuelas del Opus para resistir la privatización a partir de 2026

Nuevo movimiento de fusión entre escuelas del Opus Dei para ganar músculo y poder aguantar una nueva etapa, ahora como privadas. Los colegios de Les Alzines y Bell-lloc, ambas ubicadas en Girona, comunicaron ayer a docentes y familias su intención de fusionarse, tras decidir mantener la educación diferenciada (Les Alzines escolariza a niñas y Bell-lloc a niños), cosa que les llevará a perder la financiación de la Generalitat en 2026, cuando se renovarán los conciertos de primaria y ESO, según han confirmado desde Institució Familiar (titular de Les Alzines) a este diario.

Los centros de Girona siguen así la senda de escuelas como Viaró y Canigó, ambas de titularidad diferente, como el caso de las anteriores. El año pasado ambos centros anunciaron la integración por “el futuro muy incierto” que les venía sin el concierto, admitían entonces desde Viaró y aseguraron que el objetivo era crecer -incorporando niñas en Viaró y niños en Canigó, pero sin mezclarlos- y compartir costes para poder ser más eficientes.

Con la existencia de la nueva ley estatal de educación, la Lomloe -que obliga a los centros concertados a escolarizar y mezclar niños y niñas en el aula- los colegios del Opus han visto frustrada la vía judicial, que hasta ahora había fallado a favor de ellos. La Generalitat ya obligó en 2022, cuando se renovaron los conciertos para la etapa de la ESO, a que estas escuelas hicieran una educación mixta. Casi todos, excepto Viaró (Sant Cugat) y Camp Joliu (L’Arboç), aceptaron iniciar el cambio, que no se hizo efectivo en la práctica porque nadie quería escolarizar a su hija en un aula con solo niños, y viceversa.

Pero con ello las escuelas ganaron tiempo para iniciar su plan de privatización y empezar a reservar fondos para hacer frente a la retirada del concierto en todas las etapas en 2026. El pasado septiembre, Viaró y Canigó, los dos grandes centros del Opus, fueron las primeras en anunciar su fusión. En marzo, fueron otras dos grandes escuelas, La Farga y La Vall (ambas de Institució Familiar) las que anunciaron que renunciaban al concierto para poder mantener la diferenciada.

En este caso, la decisión ha generado un movimiento de rechazo entre un grupo numeroso de familias, que critican la falta de transparencia de la dirección por no haber consultado la decisión con ellas y se sienten engañados porque “la escuela había asegurado que mantener el concierto era la prioridad”, explican. Asimismo, las familias dudan del plan de viabilidad presentado por la dirección para sobrevivir sin los 7,5 millones anuales que reciben de la Generalitat. De momento, ello se traducirá en un aumento de la cuota de 75 euros mensuales. Las familias temen un descenso de las inscripciones, que ya se ha producido, y que ello descuadre los números previstos por el centro. Este lunes por la noche, más de un centenar de familias celebraron la segunda reunión este mes para organizarse en sus reivindicaciones y pedir una reunión y diálogo con el centro.