Prisión para el hombre que asesinó a otro en Málaga al creer que había matado a su padre
Se le acusa de un delito de homicidio y otro de tenencia ilícita de armas por disparar al primo de su progenitor, al que habían hallado muerto dentro de una arqueta


El Juzgado de Instrucción Número 3 de Fuengirola ha enviado a prisión provisional, comunicada y sin fianza a un hombre que mató a otro durante la tarde del pasado martes en el municipio de Mijas (Málaga, 93.302 habitantes). La Guardia Civil lo arrestó poco después de los hechos y, tras su declaración en los juzgados, se le acusa de la presunta comisión de un delito de homicidio y tenencia ilícita de armas. La hipótesis que barajan los investigadores es que el supuesto asesino, cuyo padre había sido encontrado muerto en el interior de una arqueta horas antes, creyó que su víctima estaba relacionada con el fallecimiento de su familiar.
La situación que acabó con estos hechos arrancó el pasado 24 de julio, cuando los familiares de Raúl Heredia, un hombre de 41 años y cuatro hijos, le perdieron la pista. Tras no conseguir contactar con él por teléfono o mensajería, decidieron realizar una batida para intentar localizarle con el apoyo de personas llegadas de otros municipios. Tras varios días de búsqueda solo consiguieron encontrar en el interior de una alcantarilla una de las zapatillas que Heredia llevaba puestas. Entonces, una de sus hermanas decidió informar del hallazgo y denunciar la desaparición. A raíz de ello, la asociación SOS Desaparecidos lanzó una alerta para solicitar la colaboración ciudadana con el objetivo de localizarlo y, de manera paralela, la Guardia Civil desplegó un dispositivo para encontrarlo. Estaba formado por de submarinistas, drones, un helicóptero y la unidad canina y se desplegó por la barriada mijeña de Molino de Viento, donde residía el varón. Numerosos familiares permanecieron acampados en las inmediaciones del rio Fuengirola, cerca de donde Heredia se había esfumado.
Nadie sabía qué había ocurrido hasta que su cuerpo fue hallado sin vida en el interior de una arqueta. Estaba en avanzado estado de descomposición y tenía signos de haber recibido varios golpes. Tras conocer la noticia, uno de los hijos del fallecido, un joven de 23 años, se hizo con una escopeta y se trasladó hasta la vivienda donde se encontraba un primo de su padre, Fernando Campos, que era quién él creía que había matado a su pariente, según fuentes de la investigación. Allí, cerca de las 18.00 horas, apretó el gatillo varias veces. Dos de los tiros impactaron en la cabeza, causando la muerte de la víctima poco después. Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
Poco después, el autor de los disparos fue detenido por la Guardia Civil. Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el hombre prestó declaración ante la titular del Juzgado Número 3 de Fuengirola, que se encontraba en funciones de guardia y será el encargado de continuar con la investigación de caso. Ahora ha sido enviado a prisión provisional, comunicada y sin fianza.
La familia de Fernando Campos, el hombre asesinado a tiros, ha pedido justicia. “La persona que le ha quitado la vida a mi tío solo por una sospecha que pague 30, 40 o 50 años de cárcel o lo que corresponda”, afirmó a EFE una de las sobrinas del hombre, quien ha recriminado a su presunto asesino que no haya esperado a conocer los resultados de la autopsia. De hecho, el cuerpo del fallecido fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal donde se le practicó el examen porque no se sabía si el cuerpo habría sido arrastrado hasta allí por la corriente o si los golpes que tenía eran accidentales o no.
El informe preliminar indicó que la muerte había sido violenta porque el cadáver presentaba un traumatismo craneoencefálico. Sin embargo, “las pruebas aún no han determinado si el traumatismo fue consecuencia de un golpe propinado por otra persona o, por el contrario, fue provocado por un accidente”, según han explicado fuentes judiciales. El documento subraya que la muerte es compatible con la caída en la alcantarilla. “No hay indicios de arma blanca o cualquier otro tipo de agresión, al margen del traumatismo que provoca la propia caída”, señaló este viernes el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández. “Eso es lo que hasta ahora mismo dice la autopsia, pendiente todavía de otro análisis que tarda más en llegar”, subrayó. La Guardia Civil también trabaja con la hipótesis de que la arqueta donde fue encontrado el cadáver podría haber sido parte de un pequeño túnel para trasladar droga o para consumirla en su interior.
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