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Puigdemont asume la incertidumbre sobre su regreso y Junts reafirma la brecha con el Gobierno

El expresidente catalán quiere preservar la estrategia política del partido alejada de su posible vuelta a Cataluña

Carles Puigdemont alcanza este lunes los 63 años. Van nueve cumpleaños desde que se marchó de España en 2017 para no ser detenido, el segundo desde la aprobación de la ley de amnistía, el primero desde que Junts per Catalunya oficializó la ruptura de relaciones con el PSOE. “Nunca ha condicionado su regreso a las decisiones políticas de su partido, no va a hacerlo ahora”, insisten desde su entorno cuando se pregunta si las aspiraciones del expresident por regresar a su casa en Girona pueden ser más factibles con el Gobierno que ha activado el carpetazo judicial a las causas derivadas del procés independentista que con un Ejecutivo comandado por el PP, cuyo líder ha acusado a Pedro Sánchez de someter a España a una “humillación insoportable” al no haber detenido ya al expresidente catalán.

Entre quienes tienen trato directo con Puigdemont domina la confianza de que el regreso pueda concretarse durante la primavera, pero se evita hacer planes ni apuntar nada en las agendas porque anteriormente ya ha habido otros momentos de expectativa que han terminado en nada.

Puigdemont cesó como eurodiputado hace año y medio y sus funciones políticas se concentran en liderar la oposición al Govern del PSC en Cataluña, desde 1.300 kilómetros de distancia del Parlament. Instalado en su casa de Waterloo (Bélgica) trata de mantener una actividad intensa, a base de reuniones con entidades, organizaciones, empresarios y representantes políticos para no perder el pulso de lo que acontece en la política catalana y española. Uno de los últimos invitados antes de Navidades fue Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu. “Tiene claro que la Cataluña de hoy no es la que dejó en 2017”, comentan sus colaboradores. Regresó fugazmente a Barcelona en verano de 2024 para hacer un mitin el día de la investidura de Salvador Illa, pero se volvió a fugar delante de un férreo dispositivo de los Mossos d’Esquadra.

“El procés independentista está aparcado”, admite una de las personas de confianza del expresident. La misma fuente señala que en la dirección de Junts orbita la idea de que “el PSOE va a querer aprovecharlo para venderse como el partido que ha traído la normalidad a Cataluña”, por lo que se prevén más invitaciones de Pedro Sánchez a reconstruir la relación con Junts. Tras reconocer “incumplimientos” por su parte en los tratos con Puigdemont, el presidente del Gobierno ha acelerado la tramitación de la ley de multireincidencia, así como un decreto ley que permitirá a los entes locales y los ayuntamientos flexibilizar el gasto y las inversiones financieramente sostenibles.

Ambas son exigencias de Junts, lo mismo que la relajación de los plazos para someter a una mayor verificación el proceso de facturación de empresas y pymes. El Gobierno ha aplazado la exigencia de cumplir con el sistema de verificación de facturas Verifactu, un software de la Agencia Tributaria que digitaliza este proceso. Las firmas de mayor tamaño no estarán obligadas hasta enero de 2027, mientras las más pequeñas y los autónomos tendrán hasta julio de 2027.

“Para el PP también sería más fácil mirar hacia otro lado y que el retorno de Puigdemont sea con el PSOE mandando, que no encontrarse ellos con la patata caliente”, se señala desde el entorno del expresidente catalán. “El PP está atado de pies y manos con Vox, y con Puigdemont en Cataluña se normalizaría la relación entre partidos”, se observa. Esta misma idea la apuntó el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, en un acto con la prensa en vísperas de la Navidad. “Estoy seguro de que el retorno se producirá en los próximos meses y servirá para normalizar al 100% las relaciones políticas entre partidos” vaticinó Sánchez Llibre. El presidente de la entidad empresarial, exdiputado de CiU, ha visitado regularmente a Puigdemont en Waterloo, la última vez a mediados de noviembre.

“Al PSOE le interesa un retorno de Puigdemont, a Salvador Illa no tanto”, subraya el entorno del presidente de Junts, alimentando la idea de que el expresidente catalán ganará capacidad para vitaminar al partido, una vez salve el obstáculo de la distancia. Si se pregunta en Junts qué rol tiene reservado para Puigdemont cuando regrese a Cataluña, la respuesta siempre es la misma: “El president hará lo que él quiera hacer”. Pese a todo, hay coincidencia en que para el partido sería más rentable tenerlo rondando por Cataluña, haciendo actos y proyectando su figura, que ejerciendo como jefe de la oposición en el Parlament.

El desalojo en Badalona de 400 personas sintecho que habían ocupado un antiguo instituto ha marcado el debate público en la recta final de año en Cataluña, con críticas de entidades sociales y de la mayoría de partidos hacia el alcalde del PP, Xavier García Albiol, por presumir de haber forzado un destierro sin ofrecer alternativas a los afectados. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, centró su discurso navideño por televisión, casi cinco minutos en horario de máxima audiencia, en reclamar “humanidad”. Mientras, el líder del principal partido de la oposición, Puigdemont, vehiculó su reacción con un mensaje enlatado en las redes sociales y tildó a García Albiol de “irresponsable” y acusó a Illa de haberse borrado de la gestión del asunto. La líder del partido de ultraderecha Aliança Catalana, Sílvia Orriols, reprochó a Puigdemont que se dedique a hacer “discursos de Teletubbie [en referencia a los personajes de un programa infantil de televisión]”.

La situación refleja el rompecabezas en el que permanece instalado el expresidente catalán: con una proyección pública diezmada porque sigue residiendo en Bélgica sin beneficiarse de una ley de amnistía que su partido diseñó y validó, y sufriendo los desaires públicos de la parte más ultra del independentismo. Junts ha cerrado el año transmitiendo confianza en que el regreso de su líder está cerca. Sin poner fechas concretas, se alude a la primavera, pensando que para entonces el Tribunal Constitucional tendrá todos los argumentos encima de la mesa, incluida una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que avale la norma, para desbloquear definitivamente la amnistía de Puigdemont.

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Sobre la firma

Marc Rovira
Corresponsal económico de EL PAÍS en Cataluña, encargado de seguir la información relacionada con la actualidad empresarial y política. Licenciado en Derecho, durante una etapa en la prensa local trabajó en Girona y en Tarragona. Ya en EL PAÍS, tuvo un paso por la sección de Deportes, cubriendo el Mundial de MotoGP. Colaborador en la SER y en TV3.
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