Sánchez cesa al que fue ‘número dos’ de Francisco Salazar en La Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, busca dar un paso más para intentar solucionar la crisis abierta en el PSOE por el caso de Francisco Salazar. Sánchez ha decidido cesar a Antonio Hernández, número dos del dirigente denunciado por acoso sexual y abuso de poder por dos trabajadoras de La Moncloa en la Oficina Antiacoso del PSOE, de su cargo como director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, según ha adelantado elDiario.es y ha podido confirmar este periódico de fuentes del Ejecutivo.

Hernández era considerado la mano derecha de Salazar en el equipo de análisis y estrategia electoral en el edificio de Semillas del complejo de La Moncloa. Según fuentes gubernamentales, la salida de Hernández ha sido acordada con él y se hará efectiva en el Consejo de Ministros del martes.

El segundo de Salazar también dejará la ejecutiva del PSOE de Andalucía, donde era el responsable de la Secretaría de Datos, Análisis y Prospectiva de María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno, vicesecretaria general del PSOE, secretaria general autonómica y candidata en las elecciones andaluzas previstas para junio. El alto cargo destituido por Sánchez ya estuvo en la ejecutiva de Juan Espadas en su etapa como secretario general del PSOE de Andalucía. Su incorporación fue propuesta “desde La Moncloa”, según coinciden varias fuentes de la federación. Hernández es hermano de Nieves Hernández, ex concejal y ahora asesora en la Diputación de Sevilla que preside Javier Fernández, que además es el secretario provincial del partido, informa Lourdes Lucio. La antigua edil fue portavoz de las plataformas de militantes de militantes que surgieron en apoyo de Sánchez en el proceso de primarias en el que fue reelegido al frente del PSOE frente a Susana Díaz.

Sánchez rompió su silencio el sábado sobre el caso Paco Salazar, que afecta al que era uno de los colaboradores más cercanos del presidente, como también lo fueron José Luis Ábalos y Santos Cerdán. El creciente malestar en el partido por la inacción de la dirección tras conocerse las denuncias de acoso contra Salazar provocó que el líder del PSOE se viera obligado a pedir disculpas y a asumir “en primera persona” la crisis por la gestión del último escándalo que ha azotado a los socialistas.

Salazar formó parte del círculo más estrecho de Sánchez desde 2017 hasta que, en julio, se conocieron varias denuncias por acoso de mujeres contra el político andaluz. En un corrillo en el Congreso, Sánchez admitió a título personal la responsabilidad por el “error” que ha cometido el PSOE al no contactar con las víctimas después de cinco meses, a pesar de que dos de ellas habían registrado su denuncia en el canal habilitado para hacerlo. Las denuncias fueron presentadas por dos trabajadoras del complejo de La Moncloa y militantes del PSOE, pero la formación no le dio ninguna prioridad a su resolución.

Esta situación ha provocado un profundo malestar dentro del POE y números cargos han pedido llevar este caso a la fiscalía. Sánchez negó en el Congreso la “connivencia” con Salazar y rechazó que hubiera ninguna intencionalidad en el “error con la velocidad, en la interacción” con las víctimas. Desde julio la Oficina Antiacoso no avanzó en su tramitación y ni siquiera se puso en contacto con ellas. La consecuencia ha sido una tormenta desatada y avivada no por la derecha, sino por cuadros del partido. Referentes feministas como Adriana Lastra, ex vicesecretaria general, y Andrea Fernández, portavoz de Igualdad en el Congreso, han sido las primeras en exigir explicaciones públicas a Ferraz.

El presidente aseguró que el PSOE no puede ir a la Fiscalía con este caso,como ha reclamado entre mucha gente Lastra, que fue del núcleo duro del líder, porque legalmente no es posible al tratarse de denuncias anónimas. Tienen que ser las víctimas las que lo hagan, ha asegurado, pero Sánchez se ha comprometido a que el partido acelere el expediente contra Salazar.