La misteriosa muerte de miles de peces provoca el cierre de una docena de playas en Gran Canaria
La empresa culpa a un vertido “de apariencia química” próximo a un emisario municipal pero el Ayuntamiento de Telde lo niega


Este jueves por la mañana, apenas había rastro de la borrasca Claudia en Mogán, uno de los principales municipios turísticos de Gran Canaria. La localidad ha amanecido con un sol radiante. La Playa del Cura, uno de sus principales reclamos; sin embargo, está casi igual de desierta que si estuviese diluviando. El motivo: restos de materia orgánica en descomposición de miles de lubinas muertas en una piscifactoría en Melenara, en el este de la isla, han obligado al cierre de esta y de otra docena de playas en la isla. Sobre todo en Mogán, que amenaza con acudir a los tribunales.
El origen del cierre se remonta al 3 de octubre, cuando un pescador local alertó a personal de la empresa Aquanaria, gestora de la piscifactoría, de la presencia de un vertido “extraño y de apariencia química en aguas próximas al emisario submarino n.º 222″, un tubo de evacuación al mar de residuos de propiedad municipal, según el comunicado oficial de la compañía. A partir de ese día, Aquanaria explica que su personal técnico detectó un “cambio abrupto en el comportamiento de los peces y en las condiciones del agua”. En las jornadas siguientes se constató “una mortalidad anómala y progresiva, confirmando el carácter extraordinario y exógeno del episodio”. Han muerto miles de peces, y las pérdidas están valoradas en unos 15 millones de euros, sin contar con los gastos derivados de la gestión de los subproductos de origen animal no destinados a consumo humano (Sandach), el transporte y tratamiento de residuos. Aquanaria es una empresa de origen cántabro dedicada a la crianza de lubinas de gran talla para uso gastronómico que opera en Canarias desde 1987. Cuenta con 48 viveros en la isla, donde cría entre 40.000 y 50.000 ejemplares al año.
Un portavoz de la compañía ha recalcado que el Ayuntamiento fue informado por primera vez de forma oficial el 9 de octubre, fecha en la que se le solicitó la adopción de medidas urgentes de inspección, control y prevención, y que ha presentado ya 20 escritos oficiales por registro electrónico en los que mantiene “puntualmente informado” al consistorio.

Aquanaria no ha sido la única perjudicada por estos supuestos vertidos. El día 8, el Instituto Universitario Ecoaqua, perteneciente a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), informó de que había sufrido en los últimos días “un episodio de mortalidad masiva de peces similar al ocurrido recientemente en las granjas marinas de cría” de la empresa. El organismo calculó que el 5% de la biomasa total de peces estabulados en dichas dependencias —unos 500 ejemplares aproximadamente—, presentaban “lesiones a nivel branquial que han condicionado la capacidad respiratoria, limitando e impidiendo el intercambio de oxígeno desde el agua al organismo de los animales”, según Rafael Ginés Ruiz, coordinador de las Instalaciones de Acuicultura del Instituto Universitario Ecoaqua en la localidad de Taliarte (cerca de donde se ubica la piscifactoría de Aquanaria).
Este lunes, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, coincidió en una rueda de prensa que fue un vertido ilegal de gas sulfhídrico lo que en “teoría” ha propiciado la muerte de los peces en el litoral este de la isla de Gran Canaria y ha obligado al cierre de algunas de sus playas. “Del origen y quién lo produjo aún no se sabe nada”, subrayó.
El Ayuntamiento de Telde, en cambio, niega estas afirmaciones. La Corporación hizo público el día 6 el resultado de unos análisis en los que descartaba “la presencia de vertidos químicos o concentraciones anómalas de metales pesados”. Las conclusiones obtenidas “coinciden con los registros analíticos de los meses anteriores, que también mostraban valores dentro de los parámetros normales y sin indicios de contaminación química”.
Mientras se pronuncian el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y la Fiscalía, van surgiendo otras teorías. Como las de un profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que asegura que las altas temperaturas registradas en Canarias durante las últimas semanas, unidas a la acumulación de restos orgánicos y heces, pueden desencadenar una intoxicación por sulfuro de hidrógeno (H₂S) capaz de matar a los peces. Es decir, que no hubo motivos exógenos.

Sea como fuere, lo cierto es que más de una docena de playas del municipio de Telde, así como las de Mogán y otras de Santa Lucía de Tirajana siguen, más de una semana después, cerradas al baño. Sí se han reabierto otras, como Las Burras o San Agustín, en San Bartolomé de Tirajana. La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, anunció este miércoles que el Ayuntamiento estudia emprender acciones legales contra las administraciones o entidades responsables de los vertidos: “No puede ser que algo que se origina en otro municipio nos afecte a nosotros, que somos un destino turístico”.
Los vecinos de Telde también han alzado la voz ante lo que, consideran, inacción de las autoridades. Varias asociaciones vecinales y colectivos ecologistas de la zona han anunciado una marcha ciudadana este domingo día 16 desde el muelle de Melenara hasta la vecina localidad de Salinetas, bajo el lema “Jaulas Marinas, ¡No!“. Aquanaria, en todo caso, tiene previsto desmantelar estas jaulas frente a la playa de Melenara antes de 2029, fecha en la que se vende la concesión.
El cierre ha afectado a miles de residentes y de turistas que están disfrutando de los primeros coletazos de la temporada alta en las islas. Los hay, sin embargo, que no se resisten a darse un baño pese a las prohibiciones. Bajo el sol de mediodía, media docena de usuarios se mojan tímidamente haciendo caso omiso de las advertencias. Fernando García es uno de ellos: “Huele raro, pero me da igual, llevo toda la semana viniendo. Espero no arrepentirme”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































