El Gobierno andaluz se refugia en anuncios sobre los cribados frente a las críticas unánimes de la oposición
Los grupos preguntan “¿qué ha pasado?“, cuántas mujeres se han visto afectadas y si la Junta está manipulando historias clínicas

Después de dos años y medio de vetar un debate general de sanidad en el Parlamento andaluz, el Gobierno de Juan Manuel Moreno ha comparecido en la Cámara autonómica impelido por la grave crisis sanitaria a raíz de los fallos en los cribados del cáncer de mama. El consejero de Sanidad, Antonio Sanz, que apenas lleva ocho días en el cargo tras la dimisión de la anterior responsable, se ha refugiado en los anuncios para mejorar el sistema público de salud, más que en dar explicaciones claras y precisas sobre lo ocurrido.
La oposición en bloque le ha preguntado lo mismo: “¿Qué ha pasado?“ y a cuántas mujeres, y también han inquirido si la Junta está manipulando historias clínicas. Así lo han hecho los portavoces de los grupos socialista, María Márquez; de Vox, Manuel Gavira; Por Andalucía, Inma Nieto; y Mixto-Adelante Andalucía, Juan Ignacio García. Sanz no ha respondido a ninguna de estas preguntas. Solo se ha detenido a negar que el SAS haya borrado el historial clínico de los pacientes, como ha pedido a la Fiscalía que investigue la asociación de mujeres andaluzas víctimas de cáncer de mama, Amama, y ha insistido en que es imposible que se puedan suprimir de la plataforma de información y gestión del SAS. “Es un problema de caída informática. Así llevara 15 días caído el sistema, la información clínica en Diraya no se elimina, se respalda mediante copias de seguridad auditadas regularmente según las políticas internas del SAS. Es imposible que desaparezcan las pruebas”, ha insistido.
Moreno ha asistido desde su escaño a la primera intervención de Sanz, pero ha abandonado el salón de plenos cuando ha empezado a desfilar la oposición, para incorporarse al final del pleno para la votación de las propuestas de resolución de los grupos. El consejero de Sanidad se ha escudado en planes de choque, anuncios de contratación, propuestas de inversiones en infraestructuras sanitarias y en ofrecer “toneladas de diálogo” con las formaciones políticas y todos los sectores sanitarios a ocho meses de las elecciones autonómicas previstas no más allá del mes de junio.
La espantada de Moreno del pleno la ha venido a medio justificar el consejero de Sanidad en que hace ocho años la última presidenta socialista, Susana Díaz, hizo lo mismo, una referencia que ha sorprendido a toda la oposición. Cuando Sanz ha mostrado la foto de la expresidenta abandonando el pleno en 2017, García le ha recordado, que un año después ella perdió las elecciones.
Sanz ha tratado de parapetarse en las propuestas que ha llevado al pleno para transformar la sanidad pública. “Yo llevaré ocho días, pero les hablo de la digitalización, de un sistema de teleictus, de un estudio piloto para dar un kit para cuando los enfermos crónicos sufran recaídas”, ha dicho en un ejemplo del punto de detalle al que ha llegado para defenderlas.
“Siete años gobernando, tres de mayoría absoluta y ahora quieren poner el kilómetro a cero. ¿Es mentira que nadie avisaba a las mujeres de que sus pruebas no eran concluyentes?”, le ha dicho Nieto, quien le ha recordado que será la Fiscalía la que determine si la denuncia por la asociación Amama de que se han borrado pruebas diagnósticas de las historias clínicas tiene base.
Todos los partidos de la oposición han coincido en que ha sido la crisis de los cribados la “chispa” que ha prendido la mecha de un sistema de salud público que lleva tiempo seco. “Estamos asistiendo al colapso del SAS. Solo se está viendo la expresión más externa y dolorosa del SAS”, ha dicho el portavoz de Adelante Andalucía. También todos han ironizado con que sea siete años después de que Moreno llegara a la Junta cuando se estén proponiendo paquetes de medidas para “una nueva etapa de la sanidad pública”, tal y como ha insistido Sanz durante sus intervenciones. “Si no hubiera pasado esta negligencia, ¿ustedes hubieran adoptado estas medidas?”, se ha preguntado el portavoz de Vox.
También han cuestionado la forma en la que la Junta se ha relacionado con las mujeres de Amama, la asociación que ha visibilizado las consecuencias de los retrasos en el diagnóstico de los cribados. Primero fue la exconsejera de Salud, Rocío Hernández, la que las llamó “alarmistas” y redujo los casos a “tres o cuatro”, y esta semana, su sucesor primero les pidió que “dejaran de lanzar infundios”, tras presentar ante la Fiscalía un escrito para que investigara la supuesta desaparición de sus historiales, y esta misma mañana les ha recriminado que lo hicieran “sin pruebas” y las ha invitado a meterse en el sistema y ver si está toda su documentación o no.“Habrá que responder cuando se hacen denuncias falsas”, ha incidido.
Ninguno de los portavoces de la oposición ha perdido tampoco la oportunidad de reprochar a Sanz que el pasado domingo, el día del cáncer de mama, estuviera en la barrera de la corrida de toros de la feria de Jaén.
Los partidos de la oposición han ido desgranando, cada uno poniendo el foco en distintos aspectos, cómo se ha ido degradando la sanidad pública andaluza durante los años que lleva Moreno al frente del Gobierno andaluz. La portavoz de Por Andalucía, tras acusar al PP de desarrollar una “estrategia calculada de fortalecimiento de la sanidad privada a través del debilitamiento continuado del sistema público de salud”, ha enumerado, primero, los distintos planes de choque de la Consejería de Salud —consistentes en contratos con la privada, en algunos casos a dedo— para aligerar las listas de espera disparadas, y después, las medidas que han permitido a los médicos del SAS compatibilizar sus funciones con su trabajo en la privada y abandonar la sanidad pública: eliminación de la exclusividad, compatibilidad de los jefes de servicio o paralización de la bolsa de trabajo. “El personal está en las clínicas privadas donde se opera con nuestro dinero a nuestros pacientes”, ha dicho Nieto.
Márquez ha destacado las principales ocasiones en las que se ha pedido el debate monográfico sobre la sanidad en estos dos últimos dos años y medio: “Que todos los gerentes de salud estén imputados; que haya más andaluces que nunca para poder operarse; que no pudiera darse quimioterapia por falta de sillas; la mayor tasa de mortalidad; la menor tasa de médicos y camas públicas por habitantes; las movilizaciones de los ciudadanos y Marea Blanca… Nada de lo que estaba sucediendo les pareció excepcional”, ha enumerado. “Han votado 48 veces en contra de este debate mientras desmantelaban la sanidad pública”, ha abundado Márquez.
En esta descripción del estado de la sanidad andaluza, el portavoz de Vox, no ha perdido la oportunidad de recalcar que los problemas ya venían heredados de la época del PSOE y que Moreno no ha sabido darles solución: “El problema es la gestión. Si ellos no fueron capaces de resolver el problema, ustedes tampoco”.
Las dos horas de debate, antes de la votación de las propuesta de resolución, no han servido para clarificar qué ha fallado en los cribados, pero tampoco para arrojar luz sobre cómo cambiar de manera creíble un sistema de salud cuyas costuras llevan rotas demasiado tiempo.
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