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La fundación de Abascal entra por primera vez en pérdidas pese a recibir casi 11 millones de Vox en cinco años

La formación ultra gasta un millón al año en la web que alimenta con bulos el discurso contra los inmigrantes

Miguel González

Santiago Abascal dedicó a vincular inmigración y delincuencia su primera pregunta de este periodo de sesiones al presidente Pedro Sánchez en el pleno del Congreso, el pasado 10 de septiembre. Para acreditar esta relación, leyó una retahíla de titulares de prensa. Casi todos estaban extraídos de La Gaceta de la Iberosfera, la web de la fundación Disenso, que preside el propio Abascal. Varias noticias no tenían relación con la inmigración, sino con la violencia de género, otras cambiaban la nacionalidad del agresor o la víctima y al menos una era un completo bulo: un portavoz de la Policía desmintió que un inmigrante ilegal subsahariano hubiera sido detenido en Canarias por agredir e intentar violar a una joven española que salía del velatorio de un familiar. La noticia, particularmente escabrosa, sigue publicada en el sitio de Disenso sin ningún desmentido.

Tampoco se ha corregido el tuit que Abascal escribió el pasado 16 de septiembre: “No hay un español decente que entienda esta noticia. ¿Por qué tenemos que tener en la calle a estos monstruos?”. El líder de Vox reproducía otro titular de La Gaceta de la Iberosfera: “Dejan en libertad al inmigrante ilegal marroquí que quemó viva a una joven de 17 años en el barrio de La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria)”. La realidad es que el inmigrante marroquí no quemó viva a la menor española. Al contrario. Intentó auxiliarla cuando se incendió fortuitamente el colchón en el que estaba. Así lo declaró la adolescente cuando sus heridas se lo permitieron. Por eso el juez puso en libertad al detenido. El tuit de Abascal acumula dos millones de visualizaciones.

La Gaceta de la Iberosfera no tiene tanta difusión como la cuenta del líder de Vox en la red social X (casi 950.000 seguidores). La fundación Disenso, de la que depende, asegura que su web tuvo el año pasado 40,5 millones de visitas frente a 28,6 del año anterior, mientras que las cifras de GfK, auditora de audiencia de medios digitales, le atribuyen 710.319 visitantes únicos en diciembre de 2024, a la cola del centenar de sitios de información general más visitados de España.

Contar con un medio de comunicación que le suministre munición informativa, aunque sea falsa o caducada, para armar su discurso contra la inmigración le está costando caro a Vox. El año pasado destinó un total de 961.089 euros a su gaceta digital y en 2023, 1.310.572; en torno a un millón cada año. En 2024, por vez primera, ha tenido ingresos por publicidad; aunque se limitan a 10.000 euros. El único anunciante visible en la web es El Corte Inglés.

La Gaceta cuenta con 23 empleados y tres subcontratados, pero más de un tercio de sus gastos (348.039 euros) se destinan al pago de los “servicios de profesionales independientes”. Las cuentas no revelan de quién se trata, pero el dominio gaceta.es, que utiliza como plataforma el boletín de Disenso, es propiedad de la empresa Lepanto Strategy SL, que se lo ha alquilado por cuatro años a cambio de 5.000 euros. Esta sociedad es propiedad de Gabriel Ariza Rossy, hijo de Julio Ariza, padrino mediático de Abascal, y socio de Kiko Méndez-Monasterio, principal consejero del líder de Vox.

El coste de La Gaceta de la Iberosfera es una de las causas del agujero económico que ha llevado a que, por vez primera, la fundación de Vox haya registrado números rojos en 2024: 373.861 euros de pérdidas; frente a un beneficio de 172.673 el año anterior. Salvo el año de su fundación, 2020, Disenso había tenido superávit en todos los ejercicios, con un máximo de 376.945 euros en 2021. Pero no es el único factor. Como en el caso del boletín digital, la segunda partida más abultada de gastos en las cuentas de la fundación es la de “servicios de profesionales independientes”, con más de 702.943 euros, incluidos 133.725 de “consultoría”. Tampoco en este caso se conoce la identidad de los beneficiarios de dichas partidas.

La práctica totalidad de los ingresos de Disenso proceden de las arcas públicas. Vox (cuya financiación depende en un 82% de subvenciones del Estado) le aportó el año pasado dos millones de euros, mientras que las subvenciones de los ministerios de Exteriores y Cultura sumaron 77.139. Otros 105.694 euros procedieron de donaciones privadas. Las fundaciones no están sujetas a los límites de los partidos políticos, que no pueden recibir donativos de más de 50.000 euros al año ni aceptar dinero de empresas o personas jurídicas.

En los años 2021 y 2022, los últimos analizados por el Tribunal de Cuentas, Disenso recibió donaciones de Vox por valor de 2,5 millones de euros cada año. Aunque el órgano fiscalizador no ha puesto reparos a estas transferencias masivas de fondos, su cuantía resulta llamativa, pues multiplica casi por 10 veces las ayudas entregadas por el PSOE a su fundación Pablo Iglesias (unos 280.000 euros al año) y por 17 las del PP a su fundación Concordia y Libertad (unos 16.000 euros al año). En total, Vox ha trasvasado a Disenso 10,9 millones de euros en solo cinco años. Abascal ha justificado estas inyecciones multimillonarias de dinero con el objetivo de dar la “batalla cultural” en asuntos que hasta ahora formaban parte del consenso social y político, como la inmigración, la violencia de género o el cambio climático.

El alivio llega del Supremo

Los 373.861 euros de pérdidas registradas por Disenso en 2024 se suman a los 2,7 perdidos por Vox, según sus cuentas oficiales, lo que arroja un déficit conjunto de las dos organizaciones presididas por Abascal de 3.123.032 euros solo durante el año pasado. En medio de esta complicada situación económica, el partido ha recibido como agua de mayo la decisión del Tribunal Supremo de anular la sanción de 233.324,32 euros que le impuso el Tribunal de Cuentas por aceptar donaciones finalistas prohibidas por la ley de Financiación de los Partidos Políticos.

La formación ultra lanzó en 2019 una campaña de recogida de fondos para recaudar los 15.000 euros que le exigía el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para querellarse contra el entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra; y otra para abonar la fianza de Borja, un joven de Málaga condenado por matar a un atracador que intentó robar el bolso a una mujer en plena calle.

En una sentencia dictada el pasado día 13, la sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal subraya que el objetivo de la prohibición de las donaciones finalistas es proteger la autonomía de los partidos frente a intentos de condicionar su actuación por parte de intereses privados. “La Sala no aprecia en qué medida puede verse comprometida la actuación libre del partido cuando era él el que había anunciado el fin de las ayudas solicitadas” y no sus donantes, razona el Supremo, que reprocha al Tribunal de Cuentas haber realizado una “interpretación literalista y excesivamente formalista” de la ley.

Vox todavía tiene pendientes otras dos multas del Tribunal de Cuentas: una de 862.496 euros, por ingresar entre 2018 y 2019 más de 300.000 euros en efectivo a través de cajeros automáticos sin identificar a los depositantes; y otra de 50.000 euros por financiación irregular en el ejercicio de 2020. El partido ultra ha recurrido todas estas sanciones, alegando que estos ingresos procedían de la venta de productos de promoción en mesas informativas, y confía en que el Supremo le dé la razón y pueda recuperar más de un millón de euros que tiene bloqueados. Eso aliviará, pero no resolverá, sus apuros financieros.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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