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El avance de Vox desafía el liderazgo de Feijóo

El auge de la extrema derecha hasta en los fortines populares reabre las dudas internas sobre la estrategia del líder del PP: “Hay que reaccionar”

Elsa García de Blas

A medida que se ha ido abriendo paso el otoño, el PP se ha ido sumiendo en la incertidumbre. “Vox está rompiendo su techo”, reflexiona, alarmado, un dirigente territorial del PP. No es el único. En Galicia o Madrid, hasta ahora fortines casi inexpugnables del PP, los populares están detectando crecidas inusuales de los ultras en sus territorios, que llegan a un 20% de intención de voto para generales, según sus encuestas internas. Es decir, casi tres puntos más de lo que reflejaba el último sondeo de 40dB. para EL PAÍS, en el que escalaban hasta el 16,4%, su resultado más alto, mientras el PP cae al más bajo reciente (el 30,5%). “Y van a seguir creciendo”, advierte un presidente autonómico del PP.

Alberto Núñez Feijóo tiene enfrente un nuevo desafío, quizá el más serio desde que asumió el liderazgo del PP: cómo contener a Vox cuando está en su momento más álgido, mientras el Gobierno de Pedro Sánchez sigue a flote y ha dejado atrás la sensación de colapso que el PP creía que iba a llevárselo por delante el pasado mes de junio.

Presionado por este escenario, el líder del PP ha pasado al ataque contra el partido de Santiago Abascal, con el que ha entrado en confrontación directa, y ha endurecido su discurso, sobre todo ante la inmigración. Pero la nueva táctica tensa las costuras del PP, con ficciones entre las dos almas, la moderada y la dura. Y, de momento, no ha tenido reflejo positivo en los sondeos, lo que ha reabierto las dudas internas sobre la estrategia del líder del PP.

El plan de inmigración que Feijóo presentó esta semana es el último ejemplo de ese giro táctico, en el que el líder del PP intenta apropiarse de parte del discurso de Vox sin traspasar ciertas líneas. “La nacionalidad española no se regala, se merece”, clamó Feijóo en Barcelona al presentar sus medidas, un catálogo de trabas a la llegada de extranjeros, a las regularizaciones y al acceso de los inmigrantes a las ayudas públicas y a la nacionalidad, para la que plantea elevar el nivel de exigencia del idioma (con un B2 de español) y de los conocimientos socioculturales. Este sábado lo repitió en Soria.

“Nunca defenderemos una política migratoria que convierta barrios enteros de nuestro país en lugares irreconocibles”, profundizó Feijóo en su discurso, asumiendo así parte de la retórica de la extrema derecha.

El cerebro del plan sobre inmigración es Rafael Núñez Huesca, una persona de confianza de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que fue el creador de la marca Vox. El programa de inmigración que este exdirigente ultra ha preparado para Feijóo ha entusiasmado al ala dura del PP pero, en cambio, ha provocado recelos en el sector moderado del partido, que ve “excesivas” algunas medidas, como la que limita el acceso a los extranjeros del ingreso mínimo vital.

El sector duro del PP cree que Feijóo “está dando en la tecla del discurso desde el congreso” del partido del mes de julio, pero “parece que da igual lo que diga”, reflexiona un dirigente territorial. “Se le sigue asociando a un mensaje débil, sin contundencia. Y eso es preocupante, porque eso denota un problema de marca personal”, advierte.

El líder del PP empieza a acusar internamente el estancamiento del PP en las encuestas. “Empezamos a ver que en el mejor de los casos estamos estancados o muy ligeramente por encima del 2023. Y en algunos sondeos ya claramente por debajo. Eso era algo que no esperábamos. Podíamos pensar que el sueño de la absoluta era eso, un sueño. Pero todos dábamos por hecho el crecimiento respecto a 2023″, razonan fuentes de un Gobierno regional del PP. “Que no se produzca, proyecta dudas sobre el líder. Aunque sea injusto porque se produce cuando Feijóo está pulsando mejor el momento”.

Génova contrapone a esos recelos internos que el PP sigue en torno a 15 puntos por encima de Vox y que supera al PSOE como mínimo en cuatro puntos y como máximo a siete (en la de 40dB. para EL PAÍS, en cambio, el PSOE está a solo 1,1 puntos (29,4%) del PP (30,5%). El equipo de Feijóo subraya además que, por bloques, la derecha y la extrema derecha mantienen una amplia ventaja sobre la izquierda. “Quien infla a Vox es el Gobierno por la animadversión que despierta”, razonan en la dirección de Feijóo, donde ven una estrategia de La Moncloa para instalar la idea de que Vox puede hacerle, llegado el momento, un sorpasso al PP.

En el partido de Abascal creen, en cambio, que la táctica de “ataque” del PP “a la vez que les imitan” no funciona. “Fallan porque la gente prefiere el original a la copia”, aseguran altas fuentes de Vox, que paladean su buen momento.

Feijóo ha puesto otra nueva táctica en marcha y se ha lanzado a atacar de forma directa a Abascal. El líder del PP equiparó el plante de los ultras al Rey en la recepción del 12 de octubre con la posición de los independentistas y Bildu, y este lunes llegó a decir que a Vox “se le ha ido la pinza”.

Esos ataques también chirrían en algunos territorios populares. “Cuanto menos pendientes estemos de Vox, mejor. Feijóo tiene que presentarse como un partido de Gobierno y no mencionarlos, aunque haya otros en el partido que lo hagan”, opina un presidente autonómico del PP, que cree que “Vox va a seguir subiendo, pero bajará cuando lleguen las elecciones”.

“Lo que Feijóo tiene que hacer es comprar unas cuantas cajas de tranquilizantes y repartirlas en el PP”, ironiza otro barón popular. “Hay que tener tranquilidad. El verano ha sido malo, por cosas que no dependen de nosotros, como los incendios; por otras que no hemos manejado bien, como lo de vetar el rezo islámico en Jumilla; y porque Pedro Sánchez ha manejado muy bien otras, como el conflicto en Gaza”, resume este presidente del PP, que cree que “una vez cerrados los frentes, las aguas volverán a su cauce”.

Pero algunos sectores del PP piden “reaccionar ya”. “Antes se podía planificar muy bien el partido, ahora a mitad de partido el otro se adapta a tu estrategia y tienes que tener una contraestrategia”, resume un barón, que se pregunta, por ejemplo, “por qué se tardó tres semanas en decir que lo de Gaza era una masacre”.

Feijóo ha afrontado, además, otros errores no forzados ajenos a su estrategia, como el del aborto, un melón que le abrió contra su voluntad el PP de Madrid. Entre unos y otros, los últimos movimientos del PP, creen algunas voces internas, han ayudado a sus adversarios por la derecha. “Tenemos que tener un discurso propio sobre inmigración, sí, pero hay que dejar de hablar de inmigración”, pide un presidente. “Si estamos todo el día hablando de eso, engordamos a Vox”.

Génova también ha reflexionado sobre el escenario y ha empezado a redefinir la estrategia, como venían pidiendo en privado algunos barones. Este miércoles, Feijóo cambió el paso en la sesión de control al Gobierno y retomó el discurso económico. Acusó al presidente del Gobierno de “exprimir el país” y de “crujir a los españoles” con su política fiscal, haciendo hincapié en la propuesta del Ejecutivo para subir las cuotas a los autónomos. Este sábado la concretó un poco más en su mitin en Soria con tres compromisos si llega a ser presidente: “Bajar los impuestos, y por eso eximiremos del pago del IVA a los autónomos con ingresos inferiores a los 85.000 euros anuales; reducir la burocracia, con lo que los autónomos pasarán de una declaración de IVA por trimestre a una al año, y garantizar la formación y el relevo generacional, por lo que ampliaremos la figura de autónomo colaborador a los no familiares en caso de sucesión”.

Feijóo atraviesa el otoño con la urgencia de encontrar pronto una forma de frenar a Vox. “Hay una corriente muy fuerte que lleva hacia el autoritarismo. Para combatirla con eficacia haría falta un liderazgo de altura, un equipo competente y reformular la moderación desde otro lugar y con otro estilo”, reflexiona un exdirigente popular. “El PP debería defender la moderación hoy, pero no sabe hacerlo a pesar de que hay una mayoría que la reclama”.

Algunas voces conceden a Feijóo que no depende solo de él. “En junio y julio parecía que el Gobierno colapsaba”, rememora un dirigente territorial. “Que siga a flote vuelve a despertar ansiedad en el electorado de derechas. Y la ansiedad exacerba las más bajas pasiones”.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.
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