El megaincendio de las torres desata la mayor crisis política en Hong Kong desde las revueltas prodemocracia
Las autoridades, que han decidido seguir adelante con las elecciones de este domingo, acusan a “fuerzas externas hostiles” de buscar un caos similar al de las manifestaciones de 2019


El señor Chan tiene 50 años y un crisantemo amarillo entre las manos. De pie, observa en silencio los edificios calcinados desde unos jardines convertidos en una especie de templo improvisado al que acuden cientos de personas a honrar la memoria de las víctimas del megaincendio que el pasado 26 de noviembre asoló las torres residenciales de Wang Fuk Court, en Hong Kong, con un balance de muertos que no deja de crecer. Ya van por 159, incluidos 19 cuerpos aún sin identificar. Llegan con flores, ramos, y otros objetos que depositan en una plaza. Hay un oso de peluche con una nota que dice RIP anudada al cuello, chucherías para niños, camioncitos de bombero de juguete, mandarinas y caquis, decenas de botellas de agua, incluso envases de comida de perro. Son ofrendas para la otra vida. Una nota entre los ramos blancos y amarillos dice: “Que los supervivientes de Wang Fuk Court puedan seguir adelante con todo a su favor, y que quienes fallecieron tengan un buen viaje hacia el más allá. Ojalá la verdad salga pronto a la luz y se esclarezca completamente el caso”.
El silencio es tan solemne que se oyen los pájaros y unos golpeteos lejanos de obra, que quizá vengan de los bloques abrasados —los bomberos siguen trabajando en la zona— y se mezclan con el murmullo acolchado de las oraciones budistas de un par de mujeres llegadas de la vecina ciudad de Shenzhen. Rezan por víctimas a las que no conocían. Algunos son vecinos o amigos; otros solo acuden a presentar sus respetos. “Es el primer día que vengo”, dice el señor Chan, con el crisantemo amarillo en la mano, que enseguida depositará junto al resto de ofrendas. Es un empleado del sector financiero. Habla un inglés exquisito. “Toda persona de Hong Kong que se preocupe por este lugar quiere saber qué ocurrió”, asegura.
En Hong Kong, la conmoción ha dado paso a las preguntas, a medida que ha asomado la indignación en los últimos días. Las autoridades locales son conscientes de que se enfrenan a su mayor crisis desde las revueltas prodemocracia de 2019, aplacadas por Pekín con la imposición de la Ley de Seguridad Nacional. Y han desplegado un segundo frente para atajar cualquier voz disidente en un momento muy sensible: este domingo se celebran en Hong Kong las segundas elecciones al Consejo Legislativo bajo el sistema “solo para patriotas” aprobado en 2021, tras acallar las revueltas. En la práctica, la fórmula dejó fuera al campo prodemocracia.
La policía ha arrestado al menos a dos personas por reclamar una mayor responsabilidad al Gobierno. El sábado detuvo a Miles Kwan, un estudiante universitario de 24 años, tras lanzar una petición on line reclamando dimisiones y responsabilidades que en pocas horas reunió más de 10.000 firmas. El domingo se llevó a Kenneth Cheung, un exconcejal que había colgado en Facebook mensajes críticos con la respuesta de las autoridades, acusado de incitar al odio contra el Gobierno.
Las detenciones han ido acompañadas de una retórica implacable. Durante el fin de semana, la oficina de Seguridad Nacional de Pekín en Hong Kong emitió un comunicado advirtiendo a los “elementos antichinos” que pretendan “causar problemas”. El miércoles, el organismo dio otro paso más al acusar a “fuerzas externas hostiles” de tratar de generar un caos similar al de las manifestaciones a favor de la democracia de 2019.
“Bajo el pretexto de las llamadas ‘peticiones para el pueblo’, replicaron las tácticas empleadas durante las protestas [de 2019], apoyando y manipulando a sus ‘agentes’ de Hong Kong para perturbar y socavar las labores generales de socorro y recuperación tras el desastre”.
El comunicado revive el lenguaje bronco de entonces. Y asegura que la Ley de Seguridad Nacional, y el resto de normativas afines, serán aplicadas de forma exhaustiva: “Todas las palabras y acciones que perturben Hong Kong serán registradas e investigadas de por vida; todas las conspiraciones para perturbar Hong Kong no tendrán dónde esconderse y estarán completamente arruinadas. Nunca las toleraremos ni seremos indulgentes. Cualquiera que vulnere la ley, ya sea escondido en el extranjero o en Taiwán, será severamente castigado”.
Ya hubo alertas de los riesgos
En los últimos días, se ha sabido que numerosos vecinos se habían quejado de posibles riesgos de incendio. Y se han planteado sus dudas sobre la inflamabilidad de una malla que cubría los edificios desde septiembre de 2024, dos meses después de que comenzaran unas obras de renovación en la urbanización.
Más de una semana después del incendio, mientras sigue aumentando el número de víctimas, las autoridades estrechan el cerco para dar con los responsables y transmitir una imagen de tolerancia cero frente a los errores humanos que llevaron al desastre.
De momento, han sido detenidas 15 personas vinculadas a las obras que se llevaban a cabo en los bloques por su presunta negligencia al emplear mallas por debajo de los estándares y espumas altamente inflamables que habrían contribuido a propagar el fuego. Hay otros seis detenidos relacionados con los sistemas antiincendios. Además, John Lee, jefe del Ejecutivo de Hong Kong, ha pedido la creación de una comisión independiente, presidida por un juez, para investigar las causas de la tragedia. Se ha anunciado que se duplicarán las ayudas a los afectados, hasta los 100.000 dólares hongkoneses (unos 11.000 euros), y empresas constructoras han comenzado a retirar las redes de andamios en todo Hong Kong en cumplimiento con un plazo de tres días impuesto por el Gobierno.
El veterano periodista hongkonés Chris Yeung cree que la tragedia puede impactar en las elecciones del domingo. Yeung dirigió Citizen News, una plataforma de noticias que anunció su clausura en 2022 debido a lo que llama “el deterioro del entorno periodístico”. Al teléfono, asegura que el macroincendio traerá “sentimientos encontrados” a la ciudadanía. Los hongkoneses, expone, podrían culpar a las autoridades por su responsabilidad en la falta de supervisión de las medidas de seguridad que llevaron al desastre. “En tiempos de crisis, la gente se puede ver movida a hacer algo”. Aunque cree que será complicado determinar exactamente cuáles serán los efectos en las elecciones. “Los resultados no cambiarán”, dice. “Los candidatos electos serán todos del mismo tipo”. “Patriotas” y “parte del establishment”. Lo mismo que ocurrió en 2021.
Yeung añade que el Gobierno le confiere una importancia extrema a los comicios. Son la forma de demostrar que el principio de “los patriotas liderando Hong Kong” es la aproximación correcta por parte de Pekín y las autoridades regionales para “garantizar el orden, la prosperidad y el principio de un país, dos sistemas” tras un periodo turbulento. El Ejecutivo local se ha lanzado a promocionarlas, con el fin de subir la participación (rondó el 30% en 2021, la más baja desde la devolución de la colonia en 1997), y han ofrecido incentivos como permisos remunerados en el trabajo para acudir a las urnas. “El fuego ha descarrilado toda esta campaña”, sentencia Yeung. Ha hecho que las elecciones se conviertan en un asunto “inexistente”, en su opinión.
Junto a los edificios quemados llora la señora Yip Chiu Yin. Tiene 70 años y unas voluntarias cristianas le acarician la mano y el hombro para clamarla. Ha pasado casi una semana en el hospital. Vivía en el piso 27, apartamento 4, en una de las torres que salió peor parada. Tiene la voz ronca. Le han dado el alta, pero da la sensación de que los pulmones siguen afectados.
El fuego se inició a mediodía del miércoles pasado. Ella, cuenta, no fue rescatada hasta las 9 de la mañana del día siguiente. Se encerró en el baño. Cayó desmayada. Inhaló mucho humo. El Gobierno le ha proporcionado otra casa; lo agradece, pero está lejos. Lleva años viviendo aquí. Por eso ha venido. Llora. Las voluntarias cristianas le acarician. A su espalda, un cartel de promoción prendido en el muro de un local recuerda a los ciudadanos que acudan a votar el 7 de diciembre. El letrero muestra el dibujo de tres urnas sonrientes que saltan y alzan un puño al aire. “Únete a las elecciones”, dice. “Juntos creamos el futuro”.
El señor Chan, aún con el crisantemo en la mano, dice que no tenía pensado acudir a las urnas: “Si el resultado ya está predeterminado, ¿por qué votar?“. Agrega que los locales quieren sentir que participan de forma real, del mismo modo que los vecinos del edificio deseaban tener voz en las decisiones que tomaron los responsables de las obras. ”No me da la sensación de que tuvieran mucho que decir". Frente a él cuelgan aún los jirones verdes de las mallas de protección que recubrían las torres.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































