El Gobierno confía en que el desgaste por las declaraciones de Ábalos y Koldo esté encapsulado
El Ejecutivo admite que todo lo que sale es “vomitivo”, pero está tranquilo porque no hay vínculo con la financiación del PSOE


El Gobierno se enfrenta a una semana judicialmente delicada, en la que hay previstas dos declaraciones ante el Tribunal Supremo de José Luis Ábalos y Koldo García, con la convicción de que este asunto, que ha supuesto un enorme desgaste para el PSOE, ya está encapsulado y ha agotado su capacidad de debilitar las expectativas electorales de los socialistas. En La Moncloa admiten que algunos de los detalles que siguen apareciendo en las investigaciones de la UCO, especialmente los relacionados con el pago de prostitutas y la forma en el que ambos se referían a las mujeres es “vomitivo”, y supone una contradicción radical con el discurso feminista del Gobierno, pero distintos dirigentes y ministros consultados insisten en que políticamente el desgaste ya está agotado.
Un ministro resume la forma en la que el Ejecutivo se enfrenta a las nuevas declaraciones de Ábalos y Koldo García después del último informe de la UCO. “Las personas que pueden haber decidido dejar de votar al PSOE por este asunto ya lo hicieron hace tiempo. Para el resto, Pedro Sánchez ha demostrado que no le tiembla la mano: echó a Ábalos mucho antes de estar imputado y a Koldo desde el primer día. A Cerdán lo defendió más, porque creía que no tenía nada, pero el mismo día del informe de la UCO lo echó también, sin esperar más. Lo más importante es encapsular este problema, demostrar que no hay financiación ilegal del PSOE, y el último informe deja muy claro que no hay ningún rastro de financiación ilegal”, resume un ministro.
Cada vez que hay una información sobre este asunto, la oposición da por probada definitivamente la financiación ilegal del PSOE y pide la dimisión de Sánchez. Los sobres con billetes y con el nombre de Ábalos y el logotipo del PSOE que eran pagos en metálico de gastos que había adelantado el entonces secretario de Organización han alentado en el debate de esta semana esa sensación, especialmente en círculos conservadores. Sin embargo el Gobierno se ha centrado en las partes del informe en las que se dice claramente que el dinero que se le pagó a Ábalos coincide con el que ha quedado registrado en las cuentas del PSOE y que fue analizado por el Tribunal de Cuentas. “Nadie da sobresueldos o comisiones con decimales, con monedas de un euro”, resumen en el PSOE.
El Gobierno confía así en tener controlado este asunto y apela a dos datos objetivos. Uno está en las encuestas. El PSOE sufrió un bajón muy importante en los sondeos en junio y julio, en pleno estallido del caso Cerdán, que estuvo realmente muy cerca de tumbar al Gobierno. Pero después se ha recuperado poco a poco y ahora ya está en los niveles previos al escándalo e incluso por encima, mientras el PP está bajando sobre todo por la subida de Vox. El desgaste parece pues agotado. Y el otro es el propio seguimiento informativo que tienen estas derivadas del caso Ábalos o caso Koldo en prensa, radio o televisión. En La Moncloa insisten en que hay muchos datos que muestran un gran bajón. “La gente está aburrida de esto, el PSOE está en el 30%, la oposición se equivoca al centrarse en un monotema que se está agotando”, señala otro miembro del Gobierno.
Aún así, nadie sabe qué va a pasar en las declaraciones de Ábalos y García, y siempre podría haber sorpresas, por eso La Moncloa y el PSOE tienen personas encargadas del seguimiento de estas cuestiones delicadas para poder responder rápidamente y dar detalles para contextualizar las posibles acusaciones.
Otra cuestión muy diferente sería que el caso escalara a otras personas de la estructura del poder que no sean lo que se ha definido internamente como el “triángulo tóxico”, esto es García, Ábalos y Cerdán. La oposición lleva semanas augurando que la UCO sacará informes muy duros contra Ángel Víctor Torres, hoy ministro y en ese momento presidente de Canarias que compró mascarillas a la trama, y Francina Armengol, hoy presidenta del Congreso y entonces de Baleares.
Los textos no acaban de llegar, pero sobre todo en el Gobierno insisten en que lo único que puede haber encontrado la UCO son mensajes o grabaciones informales de dos políticos moviéndose para conseguir esas mascarillas que todos los responsables públicos buscaban esos días y que las empresas de la trama tenían y a un precio razonable, pero en ningún caso aparecerán pruebas de mordidas porque no las hubo, según explican tanto en La Moncloa como en los entornos de ambos ex presidentes.
En cualquier caso, distintas fuentes del Ejecutivo consultadas insisten en que este asunto es un problema importante pero acotado, pero sobre todo señalan que Sánchez ya no puede hacer nada más, escapa completamente a su control: ya expulsó a los responsables, ahora le toca su trabajo a la justicia. Por eso el Ejecutivo se concentra en lo que sí domina, en lo que puede controlar y modificar, esto es en la otra agenda política, la del Consejo de Ministros, la de debates como el aborto, la educación y la sanidad públicas, muy activos esta semana, o el propio viaje de Sánchez a Egipto este lunes para participar en la firma del acuerdo de paz para Gaza. La semana tendrá también a Ábalos y García como protagonistas, pero el Gobierno se concentra en lo que sí puede cambiar.
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