Sánchez presenta su propuesta de pacto medioambiental
El presidente del Gobierno clausura este lunes un acto sobre cambio climático en el Ministerio de Transición Ecológica


El 2 de febrero de 2015 Mariano Rajoy y Pedro Sánchez firmaron en La Moncloa el cuarto pacto antiterrorista suscrito por PP y PSOE en casi 30 años. Meses después, otros partidos se adhirieron tras una cadena de atentados en París con 130 fallecidos. Por primera vez el objetivo no era la lucha contra ETA, que en 2011 anunció el cese definitivo de su actividad sangrienta antes de su disolución en 2018, sino contra el terrorismo yihadista. La propuesta vino de Sánchez, que había sido elegido secretario general del PSOE seis meses antes.
Desde entonces ha transcurrido una década y Sánchez ya no está en la oposición sino en La Moncloa, desde donde ha vuelto a proponer un Pacto de Estado, en esta ocasión con el ánimo de que España esté mejor preparada para afrontar el cambio climático tras la oleada de incendios que han calcinado más de 400.000 hectáreas en agosto y que diez meses antes causó la dana de Valencia, una tragedia que dejó 228 muertos y cientos de miles de damnificados. El PP ha desdeñado la iniciativa porque la considera una “cortina de humo” con la que el Gobierno pretendería desviar la atención de su responsabilidad en la gestión de los fuegos, cuya prevención y extinción es una competencia autonómica. Pese a las largas, el presidente comenzará el curso político con un acto sobre cambio climático este lunes al mediodía en el Ministerio de Transición Ecológica junto a la vicepresidenta tercera Sara Aagesen, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. También asistirán las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz —líder de Sumar en el Gobierno—, además de otros ministros del Gabinete.
La magnitud de la evidencia científica, con España como uno de los países europeos que más sufre las consecuencias de la subida de las temperaturas con sequías más prolongadas, incendios de sexta generación cada vez más virulentos y danas devastadoras cada vez más habituales ha llevado a Sánchez a tender la mano al PP. Su pretensión es consensuar las bases de unas políticas públicas que “trasciendan las legislaturas para que las políticas climáticas sean políticas de Estado”, según remarcó en su visita el 22 de agosto al Puesto de Mando Avanzado de los incendios en los concejos asturianos de Degaña y Cangas del Narcea. La declaración de 121 zonas catastróficas en todas las comunidades autónomas salvo País Vasco en el primer Consejo de Ministros tras el parón del verano han reforzado en La Moncloa la impresión de que la sociedad española es cada vez más consciente de que el cambio climático ya no es un desafío para las generaciones futuras. Ya forma parte del presente.
El PP no discute el cambio climático, aunque nunca ha ondeado la bandera medioambiental como ha hecho el PSOE. Además, los reparos de Génova a firmar una tregua temporal con el PSOE, con un Pacto de Estado como meta, le sitúa en una posición de máximos. La temática tampoco favorece el acuerdo, ya que abre un debate en el que los populares no se sienten cómodos aunque en el discurso de su investidura fallida, Alberto Núñez Feijóo criticó que “la transición ecológica se haga de espaldas a la sociedad y al tejido productivo” y cargó contra la “dictadura activista”.
Vox sí niega abiertamente la existencia de la emergencia climática frente a los equilibrismos en el PP. Ángel Pelayo, senador del partido ultraderechista, reprochó en las comparecencias de la semana pasada de varios ministros que el Gobierno recurra “al comodín del cambio climático” para justificar catástrofes como las de agosto. “Pensaba que tenía más los pies en tierra y no nos iba a contar que el cambio climático es la causa de lo que ha sucedido. Lo que aquí ha sucedido tiene unas causas determinadas: los montes no están limpios, no hay cortafuegos cuidados, se prohíbe o dificulta el pastoreo y se demonizan las quemas controladas”, espetó a Luis Planas, el titular de Agricultura. “No estamos ante un fenómeno aislado, esto no es un problema de calor o de pluviometría, es un problema de emergencia climática que no se puede negar... Estamos en una emergencia climática. Por eso el presidente ha tenido una magnífica iniciativa con la propuesta del pacto de Estado”, esgrimió el ministro.
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