“Desbordados” y sin medios adecuados para frenar a los jóvenes ‘nadadores’ que intentan entrar en Ceuta
Las asociaciones profesionales de Guardia Civil denuncian el desgaste de los agentes españoles que contienen los intentos de entrada a España. Interior no tiene previsto ningún refuerzo, aunque no lo descarta


Los guardias civiles encargados de contener a los numerosos jóvenes que se lanzan al mar en Marruecos para intentar llegar a nado a Ceuta, y cuya prioridad es prestarles auxilio, están “desbordados”. La situación que la ciudad autónoma vive en las últimas semanas, en las que algunos días se han contabilizado 200 o 300 intentos de entrada de nadadores, les genera un gran desgaste debido a la falta de agentes para realizar estas labores en el mar y a que no cuentan con embarcaciones “convenientemente equipadas o diseñadas para la labor que realizan”, según coinciden varias fuentes consultadas. “Se dan verdaderas palizas con medios no apropiados”, señala una de estas fuentes.
Tres asociaciones profesionales de este cuerpo policial ―la mayoritaria Justicia Guardia Civil (JUCIL), la Asociación Unificada de la Guardia Civil (Augc) e Independientes de la Guardia Civil― consideran que el personal que el Ministerio del Interior ha enviado a la ciudad autónoma este verano en comisión de servicio no es suficiente y urgen al departamento de Fernando Grande-Marlaska para que envíe refuerzos o adopte medidas que permitan que los guardias civiles puedan ejercer sus funciones con eficacia y sin ponerse en riesgo.
En el dispositivo de refuerzo estival hay agentes del GRS, encargados de seguridad ciudadana, que suelen reforzar la seguridad en la zona del vallado y un agente del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), pero no del Servicio Marítimo, que son quienes acusan más esta situación.
“De momento no está previsto ningún refuerzo, pero si hace falta alguno concreto, se enviará”, asegura un portavoz del Ministerio del Interior. La Dirección General de la Guardia Civil se encarga de calcular la dimensión de la plantilla de este cuerpo en Ceuta para cumplir de la mejor forma las misiones, añade este mismo portavoz. Fuentes de la Guardia Civil explican que los agentes se distribuyen en función de las necesidades entre la presión migratoria del mar y el vallado fronterizo. Inciden en que, desde que se registraron los principales picos de presión en el mar de este verano, a finales de julio, cuando llegaron a entrar 57 menores en una sola noche, se ha contado con apoyos puntuales de embarcaciones, como la patrullera Río Arlanza, preparada para la navegación de altura, que ha acudido desplazada desde Cádiz. Otra fuente precisa que la labor de la Río Arlanza no contaba con una embarcación auxiliar que permitiera realizar labores de salvamento y que su misión quedó limitada al apoyo en la detección de los nadadores.
“El resultado del trabajo está siendo suficientemente efectivo”, valora un portavoz de la Guardia Civil en Ceuta. “Se trabaja muy bien, con componentes muy profesionales y la Dirección General de la Guardia Civil nos apoya cuando se precisa”, destaca.
La aparición de multitud de nadadores queriendo entrar en Ceuta ya hizo el año pasado que el Gobierno de la Ciudad Autónoma pidiera ayuda públicamente porque no podía gestionar las llegadas de menores migrantes no acompañados, de los que tiene que asumir la tutela.
Los adultos que consiguen llegar hasta la ciudad, por el mar o saltando el vallado fronterizo, entre los que se encuentran los que solicitan asilo, también han tensionado las instalaciones de Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Y la situación este año, lejos de mejorar, ha empeorado. Entre el 1 de enero y el 15 de agosto han conseguido acceder a la ciudad autónoma por vía terrestre, lo que incluye las entradas a nado y los saltos a través de la valla, 1.725 inmigrantes, un 7,2% más que en 2024. Solo en los últimos 15 días, han logrado entrar a través del mar o el vallado 269 personas, según datos del último balance migratorio del Ministerio del Interior. En julio lograron acceder 474 personas.
Los intentos se multiplican en las noches con niebla. La gran parte de los migrantes que intentan cruzar a nado se lanzan desde la playa marroquí de Castillejos, en Fnideq, que es la más próxima a Ceuta y se encuentra en la bahía sur. Otros dan el salto al mar desde Belyounech, localidad próxima al núcleo ceutí de Benzú, en la bahía norte. Los agentes españoles cooperan con las autoridades marroquíes, según coinciden varias fuentes. “Los guardias indican a la Marina marroquí donde están quienes intentan cruzar y les prestan apoyo”, explican fuentes del instituto armado. Sin embargo, las asociaciones inciden en que los agentes españoles no pueden depender de la respuesta marroquí.

“Los guardias se exponen a muchas horas embarcados, navegando de una bahía a otra, con riesgo de caída al mar o de golpear a los emigrantes con el movimiento de la embarcación al intentar recogerlos, ya que muchos no se dejan ayudar por miedo a ser devueltos”, relata Guillermo Lorenzo, secretario de Jucil en Ceuta. A esta dificultad se une la poca visibilidad con la que trabajan, que hace que muchas veces se guíen por el oído para dar con ellos.
Lorenzo tilda de “alarmante” la escasez de embarcaciones adecuadas y de agentes disponibles para estos rescates acuáticos: “No están diseñadas ni equipadas para responder a situaciones de emergencia vinculadas a la inmigración irregular. Estamos trabajando con medios claramente insuficientes, sin refuerzos estructurales y con recursos que no se adaptan a las necesidades”. Los turnos en el mar no llegan a los cinco agentes desde hace al menos tres años y dos de las tres embarcaciones disponibles no pueden salir por falta de personal mínimo, añade otra fuente conocedora de los dispositivos.
Fuentes de la Guardia Civil elevan a cuatro el número de embarcaciones “operativas” en Ceuta, y aunque reconocen que las que se emplean no tienen un portalón para bajar al nivel del mar como sí ocurre con las de Salvamento Marítimo, esgrimen que se trata de un equipamiento que tiene un “abanico de usos”, no solo para labores migratorias.
Ampliación del espigón
Rachid Sbihi, secretario de la Asociación Unificada de la Guardia Civil en Ceuta, recuerda que esta coyuntura no es sobrevenida, sino que se da cada año en verano, coincidiendo con los meses de niebla y la bajada de la temperatura del agua. “Los agentes españoles deben estar bien dotados para cuando los marroquíes no se pueden ocupar”, reclama. Esta asociación estima que harían falta 200 agentes para diferentes servicios en la costa, como el Servicio Marítimo o el Grupo de Actividades Subacuáticas. También piden la ampliación del espigón de la frontera de El Tarajal, algo que creen que puede suponer un “efecto disuasorio” para estos intentos y que se declare a Ceuta Zona de Especial Singularidad para que se dediquen recursos extraordinarios a la ciudad. “Tenemos otros frentes abiertos, como el tráfico de personas o de drogas, que también hay que atender (…) Algo hay que hacer desde el Gobierno o el Ministerio”, subraya.
Daniel Fernández, portavoz de Independientes de la Guardia Civil, incide en que se necesita también personal en la Compañía Fiscal, que son quienes vigilan el perímetro terrestre, y que el refuerzo comisionado en verano no es suficiente. “La elevada presión migratoria se está prolongando en el tiempo y hay que adoptar medidas inminentes para revertir la situación de los agentes (…) Sin más medios y efectivos es muy complicado contener la entrada de inmigrantes desde Marruecos”.
En los primeros días de esta semana la presión se ha atenuado, coincidiendo con el cambio de viento a poniente. Esta tranquilidad meteorológica, que permite divisar la costa con mayor nitidez, ha venido acompañada por el hallazgo en el mar de los cuerpos de dos jóvenes que perdieron la vida intentando llegar a España a nado. Hasta el momento se han contabilizado 21 muertes, cuatro en el mes de agosto.
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