Ir al contenido
_
_
_
_
'in memoriam'
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

A mi primo Javier

Con Lambán hay un antes y un después en Aragón y, para mí, era el referente que me demostró que siempre se puede actuar con honestidad, con rectitud y sin renunciar a tus principios

El socialista Javier Lambán, expresidente de Aragón, durante una entrevista en 2020.

He de confesarles que estas palabras no me han resultado nada fáciles de escribir. No es fácil despedirse de un familiar cercano y querido. No es fácil despedirse de un gran amigo. No es fácil despedirse de un referente. Es muy difícil, casi imposible, despedirse de Javier Lambán. Porque para mí, Javier era, es y será siempre todo eso. Era el primo con el que compartía muchas cosas, pero sobre todo la pasión por Ejea de los Caballeros, en particular, y por Aragón en general; era el amigo que siempre estaba dispuesto a ofrecerme el consejo adecuado; y era el referente que me demostró que siempre se puede actuar con honestidad, con rectitud y sin renunciar a tus principios por muy complicadas que se pongan las cosas, tanto personal como profesionalmente.

Javier era un hombre culto, muy culto. Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona y doctor en Historia por la de Zaragoza, su capacidad de almacenar conocimiento era inigualable. Cada conversación con él era una auténtica clase magistral. De hecho, su primera ocupación fue la de maestro en su natal Ejea de los Caballeros. Pero desde siempre tuvo claro que su auténtica pasión no era esa, sino el servicio público. Él era un político de vocación, de convicciones profundas. Su historial es impecable: ejerció la política en todos sus escalones, desde la concejalía y la Alcaldía de su pueblo a la Presidencia de Aragón (dos legislaturas, entre 2015 y 2023), pasando por la Diputación de Zaragoza y culminando su extraordinaria carrera en uno de los escaños del Senado nacional. Durante estos últimos días, muchas personalidades, compañeros y adversarios políticos de Lambán durante sus más de 40 años de carrera han glosado su figura pública. Han resaltado su coherencia, su rectitud, su bonhomía y hasta su cabezonería baturra. No me toca a mí detenerme en eso, salvo para recordar que con él hay un antes y un después en Aragón. Lambán fue el gran impulsor de una comunidad autónoma más social, más equilibrada, mejor dotada, más moderna y, en definitiva, mejor.

Sí quiero detenerme, sin embargo, en una de las decisiones que más me han impresionado de Javier y que mejor hablan de su personalidad: su actitud y su valentía ante el cáncer, esa terrible enfermedad que es capaz de quebrar las más firmes voluntades; pero no la suya.

Su transparencia, su fuerza de voluntad para seguir ejerciendo sus responsabilidades, aunque le flojearan las fuerzas, y su pelea hasta el último aliento han sido un ejemplo para todos.

Aún recuerdo la última conversación con él, hace apenas unas semanas. Hablamos sobre todo de EL PAÍS, su periódico de siempre y de cómo presumía, entre sonrisas e indisimulado orgullo, de que su prima (su “manina”), estuviera en su cúpula directiva. Quedamos que, en cuanto pudiera, me acercaría a verlo. No hubo tiempo.

Su fallecimiento me ha atropellado trabajando, a miles de kilómetros de Ejea de los Caballeros. Aún tengo el alma encogida.

Querido Javier, aquí va el modesto homenaje de tu prima.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_