El incendio en Las Médulas, patrimonio de inhumanidad
El fuego en el paraje natural, Patrimonio de la Humanidad desde 1997, pone de relieve la necesidad de un plan integral de protección y gestión y también la escasez de recursos en los operativos de prevención y extinción de incendios

El aire se ha vuelto amarillo. Y el amarillo es el color de la muerte. El sol está casi tapado por el humo, que emborrona las montañas. En el Bierzo llevamos días oyendo a los aviones y a los helicópteros antiincendios. Hacen sus surcos sonoros sobre el cielo, como si el cielo fuera un disco gris. Rayan un disco que suena así: fuego, fuego, fuego. Los aviones y helicópteros llevan una placenta de agua recogida en el pantano de Bárcena. El aire es amarillo, decía, y el amarillo es el color de la muerte. De la muerte de cientos de castaños, algunos centenarios; de la calcinación de plantas e insectos y otros animales. El incendio en el paraje natural de Las Médulas, en el Bierzo, León, Patrimonio de la Humanidad, es uno más de los muchos incendios que están arrasando diversos territorios de la península. Estos incendios son también el patrimonio de nuestra inhumanidad, de nuestros errores, desde el cambio climático a la escasa atención que le prestamos a la naturaleza. Hasta que arde. Hasta que arde al borde mismo de nuestras casas. O incluso hasta que ellas se queman. Y nosotros también.
Las Médulas son Patrimonio de la Humanidad porque de aquí los romanos extrajeron oro. Esa actividad ha dejado una extensa red hidráulica de canales y unos picachos de tierra naranja que sobresalen como dientes entre los castaños. Muchos de esos sotos de castaños son ahora una mancha negra, tierra muerta. Las Médulas son Monumento Natural desde 2002 y se declararon Patrimonio de la Humanidad cinco años antes, en 1997. Veintiocho años después sigue sin existir un plan integral de protección y de gestión. La voz más clara y autorizada sobre la vergüenza que esto supone, y vergüenza fue el término que utilizó, ha sido la del arqueólogo Javier Sánchez-Palencia, que dirigió los trabajos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, que condujeron a la inclusión de Las Médulas en la lista del Patrimonio Mundial por parte de la Unesco. En unas declaraciones al programa Hoy por hoy de la Cadena Ser, Sánchez-Palencia dijo que ni hay un plan integral de Las Médulas ni suficientes medios humanos y técnicos, que fue lo primero que pidió la comisión de la Unesco.
Se ha fallado a este patrimonio cultural y natural y se ha fallado a sus habitantes. No hay espacio suficiente en esta tribuna para desgranar todos los errores que se han cometido. Un señalamiento claro se dirige a la Junta de Castilla y León y a la consejería de Medio Ambiente, ante la falta de recursos en los operativos de prevención y de extinción de incendios. A las pruebas me remito. Arde Zamora, arde Palencia, arde Ávila y arde León, donde han sido desalojadas unas tres mil personas de varias comarcas de la provincia. En algunos pueblos de Las Médulas, varios de sus habitantes, a pesar del riesgo, se negaron a abandonar sus casas y negocios. Han estado trabajando junto a los bomberos forestales, que están desbordados, duplicando o triplicando sus jornadas. En otros casos han estado solos, o casi solos. En Las Médulas está el lago de Carucedo, creado por la actividad romana, pero sobre cuyo origen se cuenta una historia popular que dice que se formó por las lágrimas de la ondina Carissia. Estos días esa leyenda es casi verdad.
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