La ciudad de Ávila se queda sin agua potable por exceso de manganeso
Los abulenses no pueden beber o cocinar del suministro de la red desde el miércoles y al menos hasta el fin de semana


Los aproximadamente 60.000 habitantes de la ciudad de Ávila no pueden utilizar el agua del grifo para beberla o cocinar con ella. Las roturas y los daños en las cañerías del suministro han provocado que desde este miércoles el caudal apto para el consumo sufra un excesivo nivel de manganeso, una sustancia presente en muchos alimentos o en el propio líquido, pero cuyo volumen desmedido hace desaconsejable su consumo. El Ayuntamiento de Ávila y el servicio territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León (PP) han emitido esta recomendación achacándola a las fracturas en la red de abastecimiento y la necesidad de recurrir a otras fuentes. Las autoridades han estimado que se recuperará la normalidad en un plazo de 48 o 72 horas a partir de este jueves tras una incidencia que comenzó el miércoles.
La advertencia de las autoridades sobre los residentes en la capital abulense llegó hacia las tres de la tarde de este miércoles, alertando de que esos problemas habían desencadenado un alto nivel de manganeso en el agua de Ávila, convirtiéndola en no apta para el consumo ni para cocinar o hervir alimentos en ella. Sí puede emplearse con normalidad para la higiene personal o los inodoros.

Esta medida preventiva se ha tomado conforme a los resultados de los análisis ejecutados por el programa de vigilancia sanitaria de la Junta de Castilla y León, que acreditaron la presencia excesiva de esa sustancia en el suministro para la ciudadanía. El motivo se encuentra, según las instituciones implicadas, en que el mal estado de las cañerías y vías de transporte del agua propicia que el líquido aumente esa cantidad de manganeso hasta el punto de hacerla desaconsejable para el consumo humano.
El alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, ha dado una rueda de prensa para tranquilizar a la gente junto al jefe del Servicio Municipal de Aguas, Alberto Pato, y del responsable de Calidad de Agua de Aqualia, la entidad a cargo de proporcionar el suministro, José Ignacio Jiménez. Sánchez Cabrera ha pedido calma primero recordando que lo bebido o consumido en las horas previas no es peligroso, dado que “el agua que se ha estado bebiendo en las últimas horas no pone en peligro su salud. Es un parámetro, no es una bacteria, ni un virus, no es ningún tóxico”.
“La declaración de no apta del agua es porque hay un parámetro que no cumple dentro de los niveles legales que se establecen por la normativa, pero no está en peligro la población”, ha proseguido el regidor, quien ha precisado lo sucedido: unos daños sucesivos en unas obras sobre la red, con partes con más de 40 años, han requerido un cambio en el manantial del que procede el agua y, al recurrir al río Adaja, se han dado estos niveles elevados.
Alberto Pato ha tildado de “fortuito” lo sucedido y ha confiado en recuperar la normalidad en un plazo de 48 o 72 horas a partir de este jueves, esto es, que Ávila estará al menos desde el miércoles y hasta el fin de semana sin agua potable.
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