Las claves del acuerdo sobre Gibraltar: del fin de la Verja a la movilidad de 15.000 trabajadores
El pacto, que todavía debe ser ratificado, supondrá eliminar el control de mercancías entre Gibraltar y la UE a través de España
España, Reino Unido, Bruselas y Gibraltar suspiran aliviadas. Tras casi tres años y medio de negociaciones y cuatro gobiernos británicos —tres conservadores y el actual laborista— de por medio, el último fleco del Brexit ha sido dado por resuelto con el “acuerdo político definitivo” sobre el Peñón alcanzado este miércoles en Bruselas. Un acuerdo que “beneficia a todos y traerá certeza legal y confianza para la gente y los negocios en la región”, como ha resaltado el comisario europeo Maros Sefcovic, responsable de las negociaciones por la parte europea. A falta de conocer la letra pequeña del acuerdo, estas son algunas de las claves de un pacto que “consolida un espacio de oportunidades y un futuro compartido”, según ha señalado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
El fin del “último muro de la Europa continental”
El acuerdo político ahora alcanzado, que todavía debe ser ratificado por todas las partes, tendrá un impacto muy visual: “Desaparecerá La Verja, el último muro de la Europa continental”, ha celebrado Albares. No es solo un símbolo. En aras de “garantizar la prosperidad futura de toda la región”, el acuerdo prevé eliminar “la totalidad de las barreras físicas, los chequeos y los controles sobre las personas y mercancías que circulen entre España y Gibraltar, preservando al mismo tiempo el espacio Schengen, el Mercado Único de la UE y la Unión Aduanera”. Una medida que ha costado casi tres años encajar, pero que, confían todas las partes, “traerá confianza, seguridad jurídica y bienestar a los habitantes de toda la región, promoviendo una prosperidad compartida y unas relaciones estrechas y constructivas entre las autoridades gibraltareñas y españolas”.

Tránsito “fluido” de personas
El acuerdo explicita el establecimiento de controles fronterizos “duales” —realizados por agentes gibraltareños y españoles— tanto en el puerto como el aeropuerto de Gibraltar, mientras que se suprimen todos los controles en el paso fronterizo entre Gibraltar y La Línea “para los muchos miles de personas que lo cruzan diariamente en ambas direcciones”. El modelo de controles fronterizos duales está ya probado: tal como explica el Gobierno británico, se realizará de manera similar al que ya funciona con la policía francesa que opera en la estación de tren St. Pancras de Londres, desde donde parte el tren que une la capital británica con Bruselas y París. En el caso de Gibraltar, será España la encargada de “realizar los controles Schengen completos”. Del lado de Reino Unido, esos controles gibraltareños completos continuarán “como hasta ahora”.
Mientras tanto, tanto la inmigración como el mantenimiento del orden público en Gibraltar “seguirán siendo responsabilidad exclusiva de las autoridades gibraltareñas”, subraya el acuerdo.
El pacto “va a beneficiar a las 15.000 personas que cada día se mueven entre Gibraltar y el campo de Gibraltar y va a permitir impulsar la economía, el turismo y sobre todo la relación entre la gente”, ha celebrado Albares. Si no se hubiera llegado a un acuerdo, recuerda por su parte Londres, se habría creado una “frontera dura” con la inspección de pasaportes de forma individual, lo que habría provocado “costosos controles y largos retrasos en la frontera”.
Eliminación de los controles de mercancías
De igual manera, también se ha acordado eliminar el control de mercancías entre Gibraltar y la UE, a través de España. En este ámbito, las partes “han acordado los principios que sustentan la futura unión aduanera entre la UE y Gibraltar, manteniendo una estrecha colaboración entre las respectivas autoridades aduaneras y eliminando los controles de mercancías”, reza el comunicado conjunto. Se trata, ha añadido Londres en su propia comuniación, de “un modelo aduanero y de mercancías a medida para los productos que entran en Gibraltar a través de su frontera terrestre, que evita la necesidad de controles onerosos”.
Del mismo modo, agregan Londres, Madrid y Bruselas en el texto consensuado, hay acuerdo sobre los principios de imposición indirecta que se aplicarán en Gibraltar, incluyendo el tabaco, algo que, consideran las partes, “evitará distorsiones y contribuirá a la prosperidad de toda la región”.

Convergencia fiscal
Albares ha anunciado que el acuerdo entre la UE, España y Gibraltar cuenta con un proceso de convergencia fiscal porque el Peñón “pasa a integrar la unión aduanera”. Se trata de evitar que los impuestos indirectos que se apliquen en Gibraltar, “incluyendo el tabaco”, distorsionen la competencia en la zona. Además de esto, la entente alcanzada este miércoles contempla compromisos de igualdad de condiciones en ayudas de Estado, trabajo, medioambiente, comercio, lucha contra el blanqueo de capitales y transporte, un punto que incluye el aeropuerto, una infraestructura que siempre ha provocado roces entre Madrid y Londres.
Autonomía operacional británica en sus instalaciones militares
Gibraltar ha sido un bastión militar estratégico clave para Reino Unido desde comienzos del siglo XVIII. De ahí que aunque en el comunicado conjunto consensuado no se haga alusión a esta cuestión, Londres sí que haga especial hincapié en que el acuerdo garantiza la “total autonomía operacional” de las instalaciones militares británicas en Gibraltar que, tanto antes como hoy, “desempeñan un papel vital en la protección de la seguridad regional e importantes rutas comerciales”. De hecho, recuerda Londres, la revisión estratégica de la defensa que el Gobierno del laborista Keir Starmer presentó este mismo año destaca “la importancia de mantener la presencia militar británica” en el Peñón, “mantener la soberanía de las aguas territoriales británicas de Gibraltar, y proporcionar una base en un lugar estratégico de la entrada occidental del Mediterráneo para prestar un apoyo fundamental a los objetivos militares del Reino Unido y de sus aliados”.
¿Y ahora qué?
El acuerdo cerrado en Bruselas es político. Ahora queda que los equipos negociadores, que habían acelerado el ritmo en las últimas semanas y días para poder llegar al anuncio de este miércoles, ultimen “rápidamente” el texto jurídico completo —donde se conocerán todos los detalles— para que este pueda pasar por los “procedimientos internos” que permitan la firma y ratificación del tratado en sí. Un procedimiento que por parte europea requiere la ratificación de Parlamento y Consejo Europeos, mientras que por la británica deberá ser ratificado tanto por el Parlamento en Londres como el de Gibraltar.
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