Un teleférico con vistas al Casco: el controvertido proyecto de Vox para Toledo
La propuesta choca con la tibieza del PP y el rechazo frontal de PSOE e IU por su posible impacto visual

El proyecto está aún en una fase muy incipiente, pero ya ha suscitado el rechazo de los partidos de la oposición. Vox, socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Toledo, quiere que la ciudad, Patrimonio de la Humanidad desde 1986, cuente con un teleférico panorámico. La iniciativa se aprobó con el respaldo de los populares en el Debate sobre el Estado del Municipio celebrado el pasado año, y la formación ultra dispone ya de un estudio confeccionado por una multinacional especializada en este tipo de obras. “Toledo es una ciudad histórica, pero también tiene que ser una ciudad del siglo XXI. Los toledanos de nuestro tiempo tenemos que dejar nuestra huella, nuestra impronta, con pleno respeto a nuestro patrimonio histórico y artístico pero con innovaciones, y el teleférico puede ser una de ellas”, explica a EL PAÍS Juan Marín, edil de Vox y concejal de Promoción Económica y Empleo del Consistorio toledano.
El teleférico ya no cruzaría el Tajo, como se planteó inicialmente, pero su mera concepción preocupa en una ciudad obligada a preservar el cono visual para no ver amenazado el título otorgado por la UNESCO. El último diseño plantea un itinerario con salida en el entorno del aparcamiento de Azarquiel y llegada en la zona del Cigarral de Santa María.
La infraestructura, por la que circularían unas 12 cabinas con capacidad para seis u ocho pasajeros cada una, seguiría la carretera del Valle, una vía panorámica que brinda las mejores vistas del Casco histórico toledano y que cada día frecuentan miles de turistas y vecinos. Este recorrido, según Vox, evitaría el impacto visual de la primera propuesta. “La idea es que el diseño permita la integración del teleférico en la arquitectura y línea del cielo de la ciudad. Así lo hemos hablado con los técnicos de la empresa encargada del proyecto”, defiende Marín.
Además de este teleférico, “puramente lúdico”, Vox plantea otro para acceder al Casco que partiría de la misma zona, el entorno de Azarquiel, y que cruzaría el Tajo hasta llegar al Paseo del Miradero, salvando el desnivel entre ambos puntos. Mientras que el primero contaría con dos pilonas o soportes de apoyo, el segundo carecería de torres, eliminando, según el edil de Vox, cualquier impacto visual.
Este segundo teleférico, con dos cabinas para 15 viajeros cada una, desembocaría cerca de los remontes mecánicos que ya existen en esta zona de la ciudad. Marín explica que el proyecto no tendría coste alguno para las arcas municipales, ya que se tramitaría como una concesión administrativa: “La empresa adjudicataria asumiría todo el coste de la instalación, que recuperaría mediante la explotación del teleférico durante un periodo razonable de tiempo, y el Ayuntamiento percibiría el canon correspondiente”.
El PP, socio mayoritario del bipartito municipal, mantiene un perfil bajo sobre la propuesta de Vox pese a su apoyo en el pasado Debate sobre el Estado del Municipio. “Es un proyecto más de tantos otros de la ciudad”, decía hace unas semanas el portavoz del equipo de gobierno, Juan José Alcalde. “Se está trabajando en esto y en otras muchas cosas”, insistía.
El edil de Vox recuerda que en las conversaciones previas al pacto de gobierno que dio al PP la alcaldía en las elecciones de 2023 “se convino que el programa de gobierno sería el de los programas electorales de uno y otro partido”. “Por eso, en el Partido Popular deben aceptar nuestra propuesta como propia de este equipo de gobierno”, advierte. “Ya tenemos un estudio confeccionado por técnicos especialistas en la materia. Nos gustaría que estuviera en funcionamiento antes de que concluya la presente legislatura”, señala Marín al abordar los plazos.
“Una ocurrencia más”
La iniciativa cuenta con el rechazo frontal de los grupos de la oposición. Para el PSOE, la propuesta “es una cortina de humo para que no se hable de lo que realmente está pasando en Toledo desde que la ultraderecha entró en el Ayuntamiento de la mano del PP, y que no es otra cosa que dinamitar los avances de la ciudad de las Tres Culturas en materia de igualdad y derechos sociales”.
El teleférico, señalan fuentes del grupo socialista, “es una ocurrencia más, como muchas otras, para rellenar titulares de prensa”, y destacan los “desafíos” que entraña un proyecto de este tipo en una ciudad Patrimonio de la Humanidad. “Vox ha llegado a las instituciones a entretener a la ciudadanía con ocurrencias y bulos, a enfangar la vida municipal”, insisten los socialistas, que acusan a la formación de Abascal de aprovecharse de la “desafección por la verdadera política, la que debe servir para transformar la vida de las personas”.
El proyecto, con un precedente similar en 2009 —un funicular para conectar las riberas del Tajo con el casco antiguo que nunca vio la luz, bautizado como Take me to the river— tampoco gusta a IU-Podemos. “Es una obra innecesaria, no demandada por nadie y que solo puede responder a que algún concejal o concejala quiera ser recordado por algo extravagante”, recalca Txema Fernández, portavoz de la formación, que asegura que plantear un proyecto de este tipo “es poner en peligro, por el impacto visual que provocaría, el título que hace de Toledo una ciudad tan especial”.
Fernández asegura, además, que “esconderlo siguiendo el curso del Tajo”, como plantea el nuevo trazado, “chocaría con los restos del antiguo acueducto romano”. “Es una infraestructura que solo busca apuntalar un modelo de ciudad, que solo quiere prestar servicios a quien nos visita y que olvida u obvia las necesidades reales de los vecinos y vecinas de la ciudad”, critica.
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