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Bronca política tras el enésimo tiroteo en la Costa del Sol

Las administraciones discuten sobre falta de medios y escasez de profesionales mientras los policías señalan que los últimos ajustes de cuentas están todos relacionados con organizaciones criminales de origen británico

Pub irlandés en el que fallecieron dos personas el domingo por un tiroteo.
Nacho Sánchez

El enésimo tiroteo en la Costa del Sol en lo que va de año ha vuelto a generar un cruce de declaraciones entre las diferentes administraciones públicas. Menos de 48 horas después de que dos miembros de una banda escocesa fueran asesinados a balazos en un pub de Fuengirola, la alcaldesa de la localidad, Ana Mula, solicitó este lunes más policías “especializados en las casuísticas delictivas” de la zona, además de más medios e instalaciones. Horas después, el subdelegado del Gobierno, Javier Salas, salía en defensa de la “profesionalidad” de los agentes desplegados en el litoral malagueño y enfatizaba los “grandes resultados” del Plan Costa del Sol —inicialmente conocido como Plan Marbella— puesto en marcha hace un año y que ha permitido resolver la inmensa mayoría de incidentes. Entre medias, los agentes piden más medios y subrayan el aumento de presencia de armas entre las numerosas organizaciones criminales asentadas en Málaga.

Tras un invierno complicado, la provincia andaluza vive una primavera aún más difícil con una decena de incidentes con armas de fuego. La casuística ha sido muy variada: desde reyertas entre clanes hasta problemas vecinales. Las consecuencias más graves, sin embargo, están relacionadas con los grupos internacionales dedicados al narcotráfico. La gota que ha colmado el vaso ocurrió este sábado, cuando un hombre se bajó de un coche en pleno paseo marítimo de Fuengirola. Se acercó con rapidez a la terraza de un pub donde muchas personas se habían reunido a ver la final de la Champions League. Allí disparó a bocajarro a un hombre, que murió en el acto. Y corrió tras otro al que disparó varias veces ya dentro del local, que también falleció. El sicario huyó dejando a quienes se encontraban allí con el cuerpo cortado. “Fue un susto tremendo, salió todo el mundo corriendo”, explica una pareja que se encontraba en un local cercano cuando sonaron los disparos.

Las víctimas, según ha confirmado EL PAÍS, son los escoceses Eddie Lyons Jr. y Ross Monaghan. Los diferentes Unidades de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) de la Costa del Sol les tenían controlados. “Los conocíamos”, asegura uno los agentes que trabaja en estos equipos. La BBC los sitúa como parte de bandas criminales de Glasgow que, de hecho, ya habían sufrido intentos previos de asesinato en su país. Fuentes policiales aseguran que aunque tenían noticias del enfrentamiento entre el clan de las víctimas y otro rival en Escocia, no esperaban que lo trasladasen a Málaga. Eso sí, tampoco les sorprende. Sobre todo porque es lo que ha ocurrido con otras organizaciones de serbios, franceses o suecos, cuyas diferencias en sus países de origen acaban solucionadas a tiros o incluso bombas en la costa malagueña.

Las mismas fuentes explican que los últimos incidentes con armas de fuego, eso sí, están protagonizados siempre por británicos, igual que el caso de Fuengirola este sábado. “Últimamente es muy común que se estén engañando entre ellos y estas serán las consecuencias”, indican, sin aclarar si todos tienen o no relación entre sí. Del Reino Unido también procedía el joven de 30 años que a finales de abril recibió, al menos, diez disparos cuando salía de jugar al fútbol de un centro deportivo ubicado en la urbanización Calahonda, en Mijas. La Guardia Civil encontró el coche que supuestamente había utilizado el autor o autores del crimen cerca del lugar entre llamas y, en su interior, había dos pistolas que, se cree, son las usadas para el asesinato. También son británicos los implicados en una discusión ocurrida a las puertas de la discoteca Fitz, en Marbella, donde un desencuentro en una transacción de drogas acabó con un herido de un disparo en el hombro. El autor huyó del lugar, pero según fuentes policiales acabó entregándose en comisaría y, tras ser puesto a disposición judicial, quedó en libertad. “Y ahí sigue paseándose por Puerto Banús con su arma, porque no la ha entregado”, critican fuentes cercanas al caso.

Varios agentes de Policía, durante la investigación de un tiroteo en Málaga, en una imagen de archivo.

Algunos agentes afirman que “por suerte” los encargados de los asesinatos hacen bien su trabajo y las balas no alcanzan a la población local. “Pero cualquier día puede ocurrir”, advierten. También apuntan a que la mayor presencia de armas entre narcotraficantes y la juventud de estos hacen que “se líen a tiros por cualquier calentón”. Y eso es más peligroso. De hecho, cuentan que en el tiroteo ocurrido en Marbella una bala perdida terminó impactando en la carrocería de un Uber que estaba aparcado en la puerta del establecimiento de ocio con su conductor dentro. “Casi mata a un civil”, avisa un agente. “Y lo peor es que al final todo esto les sale muy barato”, indican varias de las fuentes consultadas ante la pregunta de por qué hay tantas organizaciones criminales asentadas en la Costa del Sol. Aclaran que las escasas penas por los asesinatos y la lentitud de la justicia —que en muchos casos acaba rebajando aún más los años de prisión— son causa de permanente cabreo entre las fuerzas policiales. En ocasiones, los investigadores pasan meses o años tras un grupo de narcos que, una vez detenidos, pasan poco tiempo en prisión provisional o incluso la evitan gracias a errores judiciales, como ocurrió hace pocas semanas con tres de los detenidos en la Operación Epicúreo.

“Hacerse la foto”

En ese contexto, Ana Mula, alcaldesa de Fuengirola —y como ya hizo el año pasado la de Marbella, Ángeles Muñoz— solicitó este lunes más policías para la Costa del Sol. “Y que estén especializados en las casuísticas delictivas que se dan en nuestro entorno”, sostuvo la regidora, que aseguró haber enviado dos cartas al Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para instarle a construir una nueva comisaría de Policía Nacional en la ciudad porque, afirma, las instalaciones de los agentes no son acordes a la población de la zona. “En eso tiene razón la alcaldesa”, atestiguan fuentes policiales, que destacan numerosos problemas en su día a día: la galería de tiro de Marbella no funciona desde hace un año, algunos chalecos antibalas están caducados, la existencia de una decena de coches patrulla averiados y sin ser enviados al taller “y un largo etcétera”, señalan los policías, que suplen algunas de estas circunstancias “suplicando a la administración local” para que les presten espacios.

Horas después de las declaraciones de Mula, el subdelegado del Gobierno, Javier Salas, respondió. “Es lamentable que la alcaldesa de Fuengirola aproveche el crimen registrado este pasado fin de semana para arremeter contra el Gobierno de España, colándose en una reunión técnica prevista de antemano entre la Policía Nacional y la Policía Local y en la que no estaba prevista su presencia para hacerse la foto”, dijo al tiempo que defendió el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado “plenamente especializados” en distintas áreas, también “el crimen organizado”. “No vamos a consentir que dude de la profesionalidad de nuestros agentes”, insistió Salas, que insistió que los agentes forman parte de la mayor plantilla de la historia en la provincia de Málaga “y con los mejores medios con los que jamás ha contado”. E insistió en que, además del Plan Campo de Gibraltar en 2018, el Gobierno impulsó en 2024 el Plan Costa del Sol —al principio bautizado como Plan Marbella, aún vigente— para luchar contra las organizaciones criminales y los cada vez más habituales tiroteos en el litoral malagueño.

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Sobre la firma

Nacho Sánchez
Colaborador de EL PAÍS en Málaga desde octubre de 2018. Antes trabajé en otros medios como el diario 'Málaga Hoy'. Soy licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga.
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