Sánchez en Vietnam: “En las guerras comerciales pierden todos, sobre todo las clases medias y los trabajadores”
EE UU carga contra España por alinearse con China y el Gobierno defiende que se puede “ampliar” la relación con Pekín sin romper con Washington

La sombra de Donald Trump es muy alargada, y domina el viaje de Pedro Sánchez a Vietnam y China, dos de los países más afectados por los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos. Cada día que pasa, la tensión con EEUU va subiendo, y tendrá previsiblemente su cénit el viernes, cuando el presidente español se vea en Pekín con Xi Jinping, el líder chino, en este momento máximo rival mundial de Trump, con quien mantiene un pulso imparable que va subiendo cada día los aranceles entre ambos países. Sánchez no quiere un enfrentamiento abierto con Washington, pero el viaje en sí es un mensaje potente de rechazo a las decisiones del presidente de EEUU, y cada movimiento lo deja un poco más claro, ahora además con una reacción directa de un miembro del Gobierno estadounidense contra los acercamientos de España a China.
Desde su primera intervención pública en Hanói, capital de Vietnam, en una reunión con el primer ministro de este país, Pham Minh Chinh, en un mensaje que después repitió varias veces, Sánchez fue muy claro: “Nadie gana con las guerras comerciales, todos los países perdemos y sobre todo quienes pierden son los trabajadores y la clase media de nuestros países”. “Vietnam y España comparten compromiso con el multilateralismo para hacer frente a la emergencia climática o los objetivos del desarrollo sostenible. Somos defensores del libre comercio para lograr desarrollo de nuestros pueblos”, ha insistido el presidente español. El líder vietnamita también ha lanzado un mensaje similar: “Vietnam y España se deben apoyar en este contexto lleno de retos y dificultades. Hay muchos desafíos, los dos valoramos el multilateralismo y llamamos a la unidad internacional, y dentro de ella está España”.
El mensaje político del viaje es así muy claro: los dos países, como sucederá también en China, están radicalmente en contra de los aranceles planteados por Trump y se alían para enfrentarse a ellos buscando alternativas comerciales y presionando a EE UU para que reconsidere su decisión. Sin embargo, cada país tiene una estrategia diferente, y mientras China ha optado por un enfrentamiento directo con aranceles de respuesta, que están escalando la guerra comercial entre ambos países, Vietnam de momento está optando por la negociación con Trump porque su economía es muy dependiente de este país, con el que mantuvo una larga guerra de la que ahora se cumplen 50 años. Trump ha puesto aranceles a Vietnam del 46% y de momento el Estado asiático ha decidido no contestar con otros.
Sánchez ya ha tenido respuesta del Gobierno de Trump. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha criticado este miércoles que el Gobierno haya dicho que tal vez España deba acercarse a China ante el proteccionismo comercial de la Administración de Donald Trump: “Sería como cortarte tu propia garganta”, aseguró en un evento con banqueros. Desde Ciudad Ho Chi Minh, el ministro de Agricultura, Luis Planas, evitó el choque directo y restó importancia a estas palabras, pero fue muy claro: Sánchez va a seguir con su viaje a Pekín -aterrizará allí este jueves con agenda política el viernes- y también va a apostar por “ampliar” sus relaciones con China. Planas defendió el acercamiento al gigante asiático: “el Gobierno de España defiende los intereses de España en el marco de la UE. Tenemos unas excelentes relaciones comerciales con China, que evidentemente pretendemos no solo continuar sino ampliar. Ampliar relaciones comerciales con socio tan importante como China no va en detrimento de nadie, pero cada uno tiene que sacar sus lecciones de este tema”. El ministro recordó que la propia presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, “ha apelado al diálogo con China”. Sánchez, por tanto, va a Pekín como enviado de alguna manera de la Unión Europea, como primer líder que visita a Xi tras la entrada en vigor de los aranceles, y asume el posible coste que eso pueda tener en su relación con EEUU.
Mientras, el primer ministro vietnamita, un país aún dirigido por el Partido Comunista que ganó aquella guerra contra los vietnamitas del sur apoyados por EE UU, ha recordado ese enfrentamiento que dividió al país y ha lanzado un mensaje claro a Washington, que después de muchos años de colaboración ahora amenaza la economía de este país. “Cumplimos el 80º aniversario de fundación de nuestro país y el 50º de la reunificación. Nosotros nos enfrentamos al fascismo y al nuevo imperialismo. Logramos reunificar el país, pero siempre sentimos la consecuencia de aquella guerra. Después nos enfrentamos también a los crímenes de la humanidad en Camboya. Tuvimos más de 40 años de lucha. Ahora también nos enfrentamos a muchas dificultades”, admitió Min Chinh. Sánchez visitó después el mausoleo de Ho Chi Minh, donde está la momia del histórico fundador del comunismo vietnamita y héroe nacional del país, en el que su busto y su imagen es omnipresente. El presidente español hizo una ofrenda floral en el mausoleo, algo habitual en todos los líderes extranjeros que visitan Hanoi. Sánchez también se reunión además con el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, clave en el reparto del poder de este país, y con el presidente de la República Socialista de Vietnam, Luong Cuong, con los que se deshizo en elogios por el desarrollo de su país, que en su opinión lo colocará en 2050 entre los de rentas altas en el mundo.

Sánchez también recordó ese 50° aniversario de la reunificación, y por tanto del fin de la guerra de Vietnam, en la que EE UU, que dejó aquí más de 58.000 muertos, fue derrotado. Las cosas han cambiado mucho desde entonces en este país con símbolos comunistas por todas partes e incluso un gran parque Lenin con su estatua del gran ideólogo del comunismo soviético en el centro de Hanói, pero a la vez volcado en el comercio y la gran producción industrial capitalista de grandes multinacionales de EE UU como Nike y centrada en la exportación. Ahora Vietnam, en un modelo relativamente similar al chino, tiene un crecimiento imparable -el 6% anual de forma constante, recordó Sánchez, algo “impresionante”, según sus palabras- del que muchas empresas españolas que acompañan a Sánchez en el viaje quieren participar.
Sánchez insistió en mensajes positivos hacia el país para buscar oportunidades comerciales e industriales, además de grandes contratos de obra pública para empresas españolas. “España valora los avances en desarrollo de Vietnam, y desea acompañarlos. España y Vietnam se encuentran entre las economías más dinámicas del mundo. Venimos a firmar acuerdo para caminar hacia una relaciónestratégica integral. Queremos fortalecer nuestra colaboración en sectores tan importantes como la agricultura y la pesca”, explicó Sánchez, que viaja también acompañado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. El mensaje frente a Trump y a favor del multilateralismo que está poniendo en cuestión el presidente de Estados Unidos es, pues, muy claro, y forma parte del eje central de este viaje que llega en plena tormenta arancelaria y que tendrá su momento cumbre con el encuentro en el Palacio del Pueblo con Xi Jinping.

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