Toni Kroos: “Lo mejor es irte en lo más alto”
El mediocentro alemán marcó el juego del Real Madrid en una década llena de títulos. El 21 de mayo de 2024, en el mejor momento de su carrera, anunció su retirada. Ahora explica las razones


Cómo es el fútbol. Y no digamos en España, donde sigue retumbando en las atribuladas neuronas de los aficionados —para mal en el caso de los seguidores del Real Madrid, para menos mal en el de los no madridistas y para bien en el de los antimadridistas— el impacto provocado por la retirada de Toni Kroos (Greifswald, Alemania, 35 años). El adiós de uno de los mejores mediocentros que ha dado el fútbol mundial en los últimos tiempos, quizá cuando se encontraba en el mejor momento de su carrera y con toda la pinta de tener aún uno o dos años de buen nivel competitivo por delante, también abrió otro melón en la conversación no ya de los futboleros, sino de la ciudadanía en general: ¿por qué alguien decide retirarse estando en la cima? ¿Cómo una estrella del deporte de élite es capaz, de la noche a la mañana, de pasar de las supuestas delicias de la celebridad y aparcar definitivamente la gloria profesional, el amor del hincha y el peloteo de la prensa deportiva en su versión más empalagosa?
Perdón… ¿de la noche a la mañana?
Eso sería no conocer a Toni Kroos, que el 25 de mayo de 2024, y tras madurar su decisión durante meses y meses, jugó su último partido en el estadio Santiago Bernabéu, un anodino 0-0 contra el Betis después del cual fue convenientemente manteado por sus compañeros y ovacionado por sus seguidores.

—Me pasé varios meses pensando en esto, o sea, no me levanté una mañana de la cama y me dije de repente a mí mismo: “¡Te tienes que retirar!”. No, lo maduré mucho, mucho. Ya el año anterior había pensado en retirarme, pero al final decidí renovar un año más con el Real Madrid, que había insistido mucho. Pero eso no cambió mi idea, que fue siempre retirarme así, y por suerte lo he conseguido.
—Así, ¿cómo? ¿En lo más alto, quiere decir?
—Claro, en un nivel muy alto. Creo que es difícil hacerlo mejor de lo que lo hice en mi última temporada con el Real Madrid. Me fui tras ganar la Liga y la Champions. Adiós.
—Mejor dejarlo en lo alto que en la decadencia, ¿no?
—Mucho mejor, claro, lo mejor es dejarlo en lo más alto. Te vas con una sensación magnífica porque eres tú quien ha tomado la decisión. Y antes de que alguien me mandara al banquillo porque ya no era tan bueno o porque no era tan importante para el equipo, como lo fui hasta el final… pues prefería dejarlo yo. Quería evitar todo eso. Ni mi entrenador, ni mi familia, ni mi cuerpo me iban a decir a mí cuándo retirarme.
—Con 34 años hizo una temporada increíble. Seguro que le quedaban dos o tres años de fútbol.
—Pero no puedes aguantar hasta los 40. Hay que dejarlo antes de que el cuerpo te pida parar.
—Pero fácil no habrá sido para usted.
—Por supuesto que no es fácil, dejé algo que estaba haciendo desde que era un niño, desde que tenía seis años. Todo lo que he hecho en mi vida ha dependido del fútbol: cuándo y cómo comía, a qué hora tenía que levantarme, qué tiempo tenía o no tenía con mi familia, los viajes… todo. Así que es un cambio radical. Y si lo hubiera dejado dentro de dos o tres años, habría sido lo mismo, pero mi idea era terminar lo más alto posible. ¿Tenía la sensación de que podía seguir jugando al fútbol dos o tres años más? Sí. ¿Pensaba que tenía que hacerlo? No.
Ni mi entrenador, ni mi familia, ni mi cuerpo me iban a decir a mí cuándo retirarme.
Desde fuera uno siempre tiene la sensación de que —más allá de la evidencia de una vida de privilegios— el ritmo de entrenamientos, partidos, sesiones de recuperación, competiciones nacionales e internacionales, viajes, comparecencias ante la prensa y eventos promocionales es, en el caso de una estrella del fútbol moderno, directamente insostenible. Y que ese vertiginoso día a día debe de impedir a esta gente sacar tiempo para pensar en nada que no sea… el fútbol. Y eso sería, una vez más, no conocer a Toni Kroos, que parece hecho de una pasta distinta, de una pasta hecha precisamente para pensar mientras se hace. O, mejor, antes de hacer. “Bueno, eso depende mucho de la personalidad de uno, pero es cierto, yo siempre he pensado mucho, siempre he tenido tiempo para pensar, por muy altos que fueran el ritmo y la presión. Y, sobre todo, siempre he disfrutado del fútbol. He disfrutado del día a día, siempre. He conseguido mantener hasta el final la idea que tenía con seis años del fútbol como un juego, y sobre todo he mantenido la idea de que el fútbol es solo fútbol, y eso me ha ayudado mucho cuando los resultados han sido malos. ¿Jugar en el Real Madrid suponía una presión muy alta? Claro que sí, pero yo conseguí mantener siempre esa idea de un juego y me ayudó. Y además me lo he pasado muy bien. Eso es importante”.

Debido a la lucidez de tales palabras aquí debería, posiblemente, acabar este artículo sobre esta entrevista en Madrid con el ya exjugador del Bayern de Múnich, del Bayer Leverkusen, del Real Madrid y de la selección alemana. Si no fuera porque el tipo alto, fino, rubio, de ojos azulísimos, tatuado, peinado con escuadra y cartabón, educado hasta la extenuación y de buen discurso que hay delante tiene algunas cosas más que contar. Entre ellas, alguna relativa al derrumbe del Madrid durante el año siguiente a su retirada. Sin su diapasón alemán de alta precisión (2.242 pases acertados de un total de 2.368 en su última temporada, la 2023-2024), el equipo blanco vivió, pese a la evidente sobreabundancia de hombres gol incluido su último fichaje estrella, Kylian Mbappé, un triste año de sequía tanto en juego como en resultados. Para un equipo así, resultados no quiere decir otra cosa que títulos. Hasta ese momento, con Toni Kroos, que pasó 10 años en Chamartín, el Real Madrid había ganado 23 (cinco títulos Champions, cuatro ligas, una Copa del Rey, cuatro Supercopas de España, cuatro Supercopas de Europa y cinco mundiales de clubes). De repente, la sequía y, consecuentemente, el perenne rictus de fastidio de Florentino Pérez, agravado si cabe tras la paliza sufrida a manos del Paris Saint-Germain en el reciente Mundial de Clubes (4-0).
A veces la prensa nos pone tan arriba... que no es real. Haces tres partidos buenos y ya eres el mejor del mundo. Y al revés. Y eso no es así, y si sabes aceptarlo, mejor para ti
“Hay una cosa clara, y es que la posición de mediocentro es fundamental en el fútbol moderno, eso no ofrece dudas”, explica Toni Kroos relajadamente recostado en un sillón de este hotelazo de la Castellana, “fíjate en lo que le pasó al Manchester City después de que se lesionara un jugador como Rodri. Lo que ocurre es que a un buen mediocentro o a un pivote defensivo se le echa de menos… cuando no está. Cuando está es algo que se da por hecho, es como que no se nota, como que todo está en orden y entonces los delanteros ya pueden resolver los partidos con tranquilidad. Mira, yo, desde que me retiré, me convertí en un seguidor del Real Madrid, es algo normal, después de 10 años aquí. Y he visto, como todos los demás seguidores del equipo, que no ha sido una temporada fácil. Y la gente decía: ‘¡Aaah, es porque no está Toni Kroos!’. Y yo lo único que deseaba era que la cosa funcionara bien y que dejaran de decir eso”.


No hace mucho, en una entrevista concedida a esta revista, Rodrigo Hernández, Rodri, mediocentro de la selección española y del Manchester City además de último jugador en ganar el Balón de Oro, lamentaba el nivel de la presión que los medios deportivos y las redes sociales ejercen sobre los jugadores de fútbol en España, y aseguraba que no tenía comparación con lo que ocurre en otros países. Preguntado sobre esta cuestión y sobre si eso tuvo algo que ver en su decisión de decir adiós, Toni Kroos se explica así en lo relativo al impacto que esa presión puede llegar a tener en el estado mental del deportista de élite: “Está claro que en España hay mucha pasión y mucha presión sobre los futbolistas por parte de los periodistas y de los aficionados. Eso forma parte de este deporte, y esa presión mediática puede que en España sea un poco mayor, pero en Alemania también existe, y supongo que en otros países también. ¿Son injustas las críticas? A veces, sí, y si no estás fuerte mentalmente puede influir negativamente. Pero a veces también pasa lo contrario, que la prensa nos pone tan arriba, tan arriba, que tampoco es real. Haces tres partidos buenos y de repente eres el mejor del mundo. Y al revés. Y eso no es así, y si sabes aceptarlo, mejor para ti, vives más tranquilo. Hay futbolistas que leen o escuchan esas cosas y se ríen, y otros, en cambio, le conceden mucha importancia por temas de su imagen, etcétera. En definitiva, hay futbolistas buenos y malos y hay periodistas buenos y malos. Lo que un jugador de élite tiene que entender es que nunca es un tema personal, que los periodistas hacen el trabajo que les piden sus jefes y que lo que les preocupa es vender”. Negro sobre blanco.
Así pues, el exnúmero 8 del Real Madrid ha parado en lo que respecta a toda una vida de fútbol. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que haya parado. De hecho, Toni Kroos parece más ocupado que nunca. Tras su retirada decidió quedarse a vivir en el norte de Madrid con su familia (su esposa, Jessica Farber, a quien conoció durante unas vacaciones en Fuerteventura siendo apenas unos veinteañeros, y sus tres hijos, Amelie, Fin y Leon, que lloró a mares cuando papá le dijo: “Me retiro”, aunque “ya lo ha aceptado”, explica papá). Hace deporte todos los días, sobre todo tenis, disciplina que le apasiona; protagoniza junto a su hermano Felix Kroos, también exfutbolista en Alemania, el pódcast de fútbol Einfach mal Luppen; tiene una academia de fútbol para niños y adolescentes en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, la Toni Kroos Academy, que también cuenta con versión online en la que el propio Kroos imparte lecciones particulares no solo de fútbol, sino también de valores a través del deporte.
Además, y sobre todo, en Alemania preside desde 2015 la Toni Kroos Stiftung, una fundación gestionada por Jessica Farber, y cuya razón social es ayudar a niños enfermos de familias sin recursos mediante la financiación de terapias y tratamientos, obteniendo fondos a través de la celebración de diferentes galas y eventos. “Ayudamos a niños que están muy enfermos y a sus familias, intentando cumplir deseos que esos niños puedan tener… en algunos casos, por desgracia, últimos deseos”, cuenta Kroos. “Tratamos de ayudar económicamente a familias que tienen verdaderos problemas para poder comprar medicamentos, o les ayudamos en el día a día con los niños en casa; llevamos ya 10 años con esto y estoy muy feliz y muy orgulloso, la verdad, de haber podido ayudar a muchas familias con cosas que a nosotros pueden parecernos pequeñas y simples, pero que para ellas son importantes”.
Al margen de la vertiente solidaria y humanitaria, su trabajo al frente de la fundación le ha aportado una lección particular de alto valor, según explica con gesto serio: “Todo eso me ha ayudado, en mi carrera, a entender que la vida que tengo no es la vida real. Los deportistas de élite vivimos en un mundo diferente, prácticamente en una burbuja. Y ayudar a todas esas personas… digamos que me ha ayudado a aterrizar las cosas a la realidad. Creo que es bueno que gente que tenemos influencia y poder de ayudar, como los futbolistas famosos, lo hagamos. Tenemos una responsabilidad”.
A todo eso se suma su actividad en el ámbito de los negocios y las marcas. Kroos tiene una participación en la agencia de representación Sports 360, y en 2021 creó la sociedad limitada Kroos Properties XXI de negocios inmobiliarios, que tiene su sede en Pozuelo de Alarcón (Madrid). En cuanto a las marcas de ropa, el futbolista que ganó con Alemania el Mundial de 2014 en Brasil ha trabajado durante muchos años con Adidas (durante prácticamente toda su época madridista ha lucido el mismo diseño de botas de fútbol, las Adidas Adipure11 Pro 2), y en la actualidad, además, lo hace con Marc O’Polo, una firma sueca de ropa casual de alta calidad. Toni Kroos, que hoy viste camiseta negra sin logos, pantalón negro y deportivas blancas, admite que su interés por la moda y la ropa de marca tardó en aparecer en su vida: “Estas cosas creo que llegan un poco con la edad, ¿no?, cuando tienes 15 o 16 años todo eso te da igual [aquí, Kroos parece obviar la actual fiebre adolescente por las marcas de ropa, deportiva o no, auténtica o falsa], al menos en mi época nos daba igual, pero te haces mayor y le vas dando más importancia a tu aspecto. Siempre me ha gustado la ropa casual y el estilo de esta marca tiene bastante que ver conmigo. Yo ya la llevaba antes de trabajar con ellos, así que cuando me contactaron, pues genial, tenemos la misma idea del estilo, o sea, que no me tuve que cambiar de ropa porque iba a trabajar con ellos”. La modelo brasileña Gisele Bündchen es el otro rostro de la marca sueca.
Pero volvamos al fútbol para poner punto final a la conversación. A la pregunta de si Toni Kroos ha jugado como ha sido, de si el futbolista y la persona han transitado o no por caminos paralelos, su primera reacción es una risa entre sorprendida y nerviosa. Y la segunda es directamente una sincera admisión de hechos: “Puede ser, puede ser… sí, creo que sí, que ha habido cosas similares en mi personalidad dentro y fuera del campo. Me gustaba tener la misma estructura mental fuerte fuera y dentro para que todo estuviera en orden. El fútbol es un deporte lleno de locura, de aciertos, de fallos… y para mantener el orden es muy importante confiar en ciertas cosas, salgan las cosas bien o mal, y confiar en ti. Puedes tener un día bueno o malo, pero si tienes ese orden, ayuda mucho, te da seguridad, y no solo a ti mismo, sino a los demás, porque yo siempre tuve claro que desde la posición en la que jugaba tenía que dar seguridad a quienes jugaban a mi lado. Y en la vida personal, lo mismo, claro, porque no solo era futbolista; sobre todo era marido y padre. De hecho, siempre tuve más emociones fuera del campo que dentro”.
Ahora puede disfrutarlas a tope. Y, de vez en cuando, sentarse a ver a su Madrid. Pero sin él en el campo, porque ya se sabe, lo mejor es dejarlo en lo más alto.
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