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Unidos por la contienda más fraternal

Ante un nuevo enfrentamiento de sus equipos, los actores Gorka Otxoa y Lander Otaola, aficionados de la Real Sociedad y del Athletic Club, respectivamente, descubren en el videopódcast de LALIGA VS por qué el ELDERBI VASCO es un partido singular

Si se hiciera una película de ELDERBI VASCO tendrían que protagonizarla ellos: Gorka Otxoa (San Sebastián, 1979) ataviado con el brazalete de capitán txuri urdin; Lander Otaola (Baracaldo, Bizkaia, 1989) en el papel de delantero athleticzale. “Cómo molan nuestros derbis, ¿no?”, asevera el donostiarra. “Hay buen rollo, hay fraternidad”, le contesta Otaola, que iba para futbolista y de niño militó en la cantera bilbaína.

De esa forma tan especial de entender la rivalidad trata la charla que los dos actores han protagonizado en este episodio de los videopódcast de LALIGA VS. Su conversación descubre a dos aficiones que comparten pintxos en la previa y asientos en la grada con el contrario sin problemas, que marchan juntas hacia el estadio en kalejiras —pasacalles musicales— y que se alegran también de las victorias del vecino, aunque siempre un poco menos que de las propias. Donde cabe el enfrentamiento deportivo, el pique sano, pero no el odio.

“Yo me acuerdo que mi padre me contaba que en Bilbao se celebraron las míticas ligas ganadas por la Real”, relata Otaola para ilustrar esa cercanía. “Es fascinante compartir la confraternidad de esos partidos”, afirma Otxoa, que se pregunta si en el mundo habrá muchos más casos de duelos de tan exigente grado de competencia en los que reine esa simpatía mutua y buen ambiente.

Otxoa y Otaola, de hecho, vieron juntos el último derbi en San Mamés, “la primera vez que, conmigo presente, perdió allí la Real”, confiesa con un fastidio apenas fingido Otxoa, mientras Otaola bromea con él: se le acabó la suerte como talismán realtzale. Es, dicen ambos, uno de esos “días bonitos del año”, de los que señalan en el calendario para tratar de organizarse con amigos en torno al fútbol: grupos de seguidores de uno y otro equipo mezclados.

ELDERBI VASCO es un ejemplo de cómo las aficiones del Athletic Club y la Real Sociedad disfrutan del fútbol en armonía

Una forma de convivencia que, indica Otaola, se traslada también a lo que sucede en el campo: “En San Mamés yo he visto ovacionar a leyendas de la Real”, cuenta. Existe un reconocimiento mutuo, más allá del resultado. Una realidad que creen que se sustenta en el sentimiento de pertenencia que generan ambos clubes, algo que se refleja en sus valores y filosofía, muy comprometida con la cantera. “Aquí no hay segundo equipo, o eres del Athletic o eres de la Real, y punto”, explicas Otxoa.

Lander Otaola estuvo cerca de convertirse en jugador del Athletic. Jugaba de delantero en un equipo modesto, destacó en la selección vasca y recaló en Lezama, donde coincidió durante cuatro temporadas con chicos que luego fueron estrellas, como Ander Iturraspe, Óscar de Marcos o Mikel San José : “Fueron años muy bonitos, de mucha disciplina. Me levantaba a las siete y volvía a la diez a mi casa”. Un día, cuenta, un entrenador preguntó que “quién no quería ser futbolista de primera”: “Yo, que nunca he tenido muchas luces, levanté la mano”, dice Otaola, que por entonces ya sabía que quería dedicarse a la interpretación y sospechaba que ambos oficios no serían compatibles. “Esa fortaleza mental que tengo como actor: tolerar la frustración, saber que el 95% de las veces te dirán ‘no’ en un casting, como futbolista no la tenía. No creo que hubiese llegado a la élite”, confiesa.

A Otxoa, aunque también jugó a fútbol, lo que de verdad se le daban bien de niño eran las danzas vascas, con las que participó en festivales de toda Europa. “Pero desde crío tengo fotos con la camiseta de la Real. Lo mío viene de lejos”, relata.

La conversación, indudablemente, transita también por la enorme visibilidad que el fútbol vasco comienza a alcanzar fuera de sus fronteras, gracias a algunos de sus jugadores más internacionales: “En Japón, la gente me decía, ¿San Sebastián? ¡Real Sociedad, Take Kubo!”. Un fútbol que, sin embargo, en su momento más brillante, en pleno crecimiento, no se olvida de seguir encarnando los mejores valores del deporte: la cuadrilla de amigos junta, la celebración que no aparta o menosprecia al rival.

Por eso, antes de despedirse, Otxoa y Otaola expresan un deseo: “Que sigamos viajando por Europa con nuestros equipos y viendo derbis juntos”.

Un proyecto contra el odio

ELDERBI VASCO se hizo viral con una imagen: un aficionado del Athletic riendo entre un batallón de camisetas txuri urdines que, de espaldas, celebra el gol de su equipo. Esa fotografía condensa aquello que el fútbol es y que la iniciativa de esta serie de videopódcast de LALIGA VS quiere propulsar. Mediante conversaciones entre personas relevantes del fútbol y de la sociedad, LALIGA, de la mano de los clubes, persiguen contribuir a erradicar el odio dentro y fuera de los estadios.

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