La vida es un poliedro

“Que no entre aquí quien no sepa Geometría”, rezaba la frase inscrita en el friso de la Academia de Platón. El mismo lema podría colgar en la entrada de la nueva exposición de la Fundación Cartier en París, Geometrías sur (hasta el 24 de febrero), que se dedica a indagar en la presencia de círculos, triángulos, trapecios y poliedros en el arte y la arquitectura procedentes de Latinoamérica. Porque, si la geometría no se inventó entre México y Tierra del Fuego, poco le faltó.

La muestra recorre 12 países, 70 artistas y 250 obras, y abarca desde pinturas y esculturas hasta tatuajes y máscaras prehispánicas. Empieza en el año 3.500 a.C. con las cenefas inspiradas en el mundo natural que los pueblos indígenas utilizaron en su artesanía, y termina en nuestro siglo, con los lienzos del brasileño Luiz Zerbini, el único pintor figurativo de la muestra, quien rememora en su obra la lucha con los colonos españoles, y los fascinantes edificios del arquitecto Freddy Mamani Silvestre. Este boliviano de origen aymara triunfa en su país con su estilo neoandino de fachadas coloristas, a medio camino de lo kitsch y lo sublime. Resulta que los incas y la Bauhaus tenían más en común de lo que creíamos.