Restaurar el servicio militar no es volver a la ‘mili’
Un periodo de servicio obligatorio a la sociedad no es ningún disparate


Como nos hemos convertido en una sociedad de ofendidos con mecha corta —en realidad nunca dejamos de serlo, basta echar un vistazo a lo que cuenta la literatura del Siglo de Oro—, vaya por delante que quien aquí escribe defendió desde este mismo espacio a los millennials hace unos meses. Dicho esto, la idea de recuperar el servicio militar —o al menos un servicio obligatorio a la sociedad— no les vendría nada mal ni a ellos, ni a los que vengan después, ni al resto de nosotros.
Sucede que el presidente de Francia ha lanzado la idea de recuperar el servicio militar, aunque —fiel a su olfato popular y para dulcificar— Emmanuel Macron lo ha denominado “cívico-militar”. Antes de Francia, suecos y alemanes ya tomaron el mismo camino que nunca abandonaron daneses, finlandeses y griegos. Noruega, desde hace cinco años, también ha incorporado a las mujeres al que fue durante décadas el sorteo anual más temido de los españoles. De ellos.
Las reticencias son absolutamente lógicas y no solo las de quienes esgrimen razones ideológicas o económicas. El servicio militar fue siempre una experiencia intensa que comenzaba mucho antes de vestir el uniforme y no acaba de terminar por mucho tiempo que pase, que cantarían Los Nikis. Todos tenemos en la familia, o alrededores, alguien a quien no se debe mencionar bajo ningún concepto la palabra “mili”, so pena de abrir una compuerta de historias y anécdotas sin ningún interés real más que para quien las cuenta. A veces, esa persona es uno mismo y debe ser consciente siempre del peligro que lleva dentro. Lograr llegar a la mitad de una columna sobre la mili sin contar una anécdota ya constituye un logro. Lo curioso es que se trata de un fenómeno universal: ante un italiano es mejor no decir naia, ni mencionar a un argentino la colimba.
Pero ese es precisamente el problema. Pensar en el servicio militar obligatorio mirando al pasado y sus historias infumables de imaginarias, furrieles, chusqueros, abuelos y blanca pa mí. Eso no debe volver jamás. Pero tampoco podemos vivir en una sociedad donde el servicio —de cualquier tipo— a la comunidad se deje en manos de almas generosas mientras para los demás la solidaridad sea sinónimo de algunos likes en Facebook y, si acaso, una firma en change.org. En términos sociales no es ningún disparate que los ciudadanos —y ciudadanas— de una democracia empleen algún tiempo en convivir con personas con quienes no se cruzarían jamás, que comprendan que la libertad hay que defenderla y que no todo es hacer lo que uno quiere cuando le apetece. Nadie imagina lo que pica el trasero hasta que te prohíben que te lo rasques.
La UME es un buen ejemplo. No son “chicos y chicas” como algunos se han empeñado en repetir. Son militares a los que sacaron de casa una noche de Reyes para ayudar a personas en apuros. Pudieron hacerlo porque han aprendido a actuar disciplinadamente y con efectividad. Un servicio obligatorio a la sociedad bien planteado sirve para cohesionar grupos y centrar individuos. Y de ambas cosas andamos necesitados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
El jefe de la misión de rescate de María Corina Machado: “Fue una de las operaciones de mayor riesgo en las que he participado”
Andreu Buenafuente y Silvia Abril no presentarán las campanadas en TVE por la baja médica del cómico
El INE confirma la primera caída de la inflación en seis meses por el abaratamiento de la electricidad
El dato definitivo de la inflación en noviembre confirma que las pensiones subirán al menos un 2,7% en 2026
Lo más visto
- Lituania declara el estado de emergencia para hacer frente a la oleada de globos procedentes de Bielorrusia
- Nemo devuelve el trofeo que ganó en Eurovisión por el apoyo de la UER a Israel: “No creo que deba estar en mi estantería”
- El Congreso estudia una proposición de ley para unificar a todos los funcionarios de categoría A en un único grupo
- La asociación de fiscales progresistas ve en la sentencia del Supremo “un giro constitucionalmente letal”
- Jornada política del 11 de diciembre de 2025 | El PSOE convoca este viernes a las responsables de Igualdad de sus federaciones por el ‘caso Salazar’




























































