Fortalecer el proyecto europeo

Ahora que celebramos el 60º aniversario del proyecto europeo es justo recordar que en la mayoría de países hemos vivido sin guerras el mayor número de décadas desde hace siglos. Una parte importante de la población ha nacido y vivido en paz y no lo valora. El proyecto europeo es en parte la liquidación del nacionalismo de los Estados basado en la etnia, la identidad cultural, la tradición y la lengua que tanta barbarie nos ha traído. El legado más brillante de Europa empezó con la Ilustración y sus dos ideas de libertad y ciencia. Ahora esperamos quizás vanamente que el legado se consolide con la construcción de una EU que supere el nacionalismo étnico y ofrezca a pueblos muy diversos una forma política de vivir en común.

Pero la construcción europea no puede solo basarse en esos pilares de la Ilustración sin más (ciencia y libertad individual). La crisis económica es en gran parte consecuencia de una ausencia de valores morales, de una carencia absoluta de ética en todas las facetas de la vida política y económica. La política y la economía se han regido por conceptos científicos que no atienden a valores morales (el poder, la eficiencia). La gente que sufre ha dejado de confiar en las instituciones políticas y económicas provocando un apoyo preocupante a los totalitarismos. Por eso deberíamos consolidar el proyecto europeo como el más noble ejemplo de cosmopolitismo y superación de los nacionalismos y, por ende, síntesis de la Ilustración y el humanismo.— Pablo Martínez Casas. Madrid.