Debate de invesidura

Observo descorazonado el último debate parlamentario. Ni una sola frase conciliadora, en beneficio de los ciudadanos, sale de la boca de sus señorías. El consenso y la conciliación brillan por su ausencia en la Cámara. Por el contrario, abundan los reproches reiterados hasta el hastío. Arrecian las críticas de unos contra otros para justificar odios y aversiones, y se lanzan acusaciones banales para adornar sus discursos vacíos de fundamentos sensatos. En definitiva, se está instaurando en el Congreso un ambiente oscuro cargado de reproches que nos aleja de cualquier esperanza de conciliación, y cada vez nos acercamos más al fracaso político, social y económico de todo un país y de sus sufridos ciudadanos.— Joaquín Fernández Sánchez.Pozorrubio de Santiago (Cuenca).

Después de que el Congreso haya dicho “no” a Mariano Rajoy como candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez no nos lleva a unas terceras elecciones, sino que, de nuevo, se abre un periodo de consultas y negociaciones de dos meses. En mi opinión, lo que tiene que hacer el PSOE es permitir con seis abstenciones que gobierne el PP en minoría. Pero siempre que Rajoy, símbolo de la corrupción y de los grandes recortes, se vaya a su casa. O se va Rajoy, o terceras elecciones. Así se acaba la presión hacia el PSOE y se traslada al PP la última palabra.— Jesús Bermejo Bermejo. Madrid.

Alguien debería explicarle al PSOE que nunca volverá a gobernar con mayoría absoluta, sin apoyos externos. Seguro que podrá elegir entre derechas e izquierdas, pero también podrá elegir a quién apoyar para que gobiernen las derechas o las izquierdas. Su deriva ideológica le lleva a ser un partido residual. Y se lo han ganado a pulso.— Rafael Martínez Buenaventura. La Vansa i Fornóls (Lleida).