Me confieso moroso

Debo 1.300 euros de IRPF de 2015 porque mi pequeño negocio lleva demasiado tiempo aguantando la crisis y el último año no dio para más. He solicitado a Hacienda la posibilidad de fraccionar la deuda, pagando un poco al mes con los intereses correspondientes. Me contestan que la deuda es inaplazable y envían a mis clientes un escrito obligándoles a pagar directamente a la oficina tributaria cualquier factura que yo les presente, poniendo en juego mi honor y mi forma de vida.

No soy Messi, y no puedo pagar de golpe; tampoco estoy en la lista de los que deben millones —a los que les proponen tratos y quitas de deuda—. Por favor, ¿es que no hay una solución para mí que no pase por ponerme como un quinqui delante de todos mis clientes por una deuda de 1.300 euros desde hace cinco meses? ¿Este es el Estado de derecho en el que sale mejor deber 10 millones que 1.000 euros? En breve, el señor Montoro cerrará un pequeño negocio más, de los millones que ya ha cerrado.— Manuel Celis García. Sevilla.