Lo que veía desde atrás Ringo Starr
Durante décadas, el ‘beatle’ aprovechó todo el tiempo libre que deja ser el batería de la mejor banda para practicar la fotografía. Estas imágenes lo demuestran

Cuenta Annie Leibovitz (premio Príncipe de Asturias) que una de las razones por las que se hizo fotógrafa fue porque aprendió a mirar la vida por la ventanilla del coche de sus padres. Los constantes traslados que ella y su familia sufrían a causa del trabajo de su progenitor, que era militar, la obligaron a pasar mucho tiempo encuadrando el paisaje sobre cuatro ruedas.
Algo similar les sucede a los músicos. Los viajes en furgoneta les han forzado a contemplar el mundo a través de un cristal; o lo que es lo mismo: de una lente. Si a esta circunstancia le añadimos que al batería de una banda sus compañeros no hacen más que darle la espalda durante los conciertos, no es de extrañar que Ringo Starr (Liverpool, 1940) se aficionara a la fotografía para observar de frente a quienes generalmente sólo veía por detrás.
En el libro Photograph (Ed. Genesis), Starr desvela su faceta como testimonio gráfico de su vida íntima. En estas fotos de su archivo personal retrata los ratos muertos, el tiempo libre y los viajes que hizo por todo el mundo con Lennon, McCartney y Harrison. También hay documentos, como una nota en la que Brian Epstein, manager de los Beatles, recomendaba al grupo que se vistiera impoluto y que no bebiera ni fumara durante sus actuaciones. Esta suerte de penúltimo (o enésimo) testamento beatle, que abarca los primeros 49 años de la vida de Ringo Starr, se extiende a lo largo de 300 páginas y 14 capítulos, números que parecen casi una menudencia cuando se trata del grupo que se hizo “más famoso que Jesucristo”.







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