Un país ‘marca blanca’

En marzo de este año su periódico publicaba un artículo sobre Mercadona en el que, entre otras buenas noticias para la empresa, se comentaba que un empleado en cuatro años puede alcanzar un salario neto de 1.400 euros mensuales. Es para pensárselo, porque en este momento ese salario parece hasta alto, teniendo en cuenta que nos tocará desde colocar productos en lineales hasta confirmar que pita el lector de códigos de barras, pasando por la limpieza de suelos y decir amablemente al cliente que teclee su pin en el lector de tarjetas; y para acceder al puesto solo te piden la ESO y “valoran” estudios universitarios. Me alegro, dicho totalmente sin ironía, por estos trabajadores. Evidentemente el “enemigo” no es Mercadona.

Es para pensárselo, porque, por ejemplo, si eres ayudante doctor en una universidad española vas a estar cobrando eso durante 5 años con un contrato renovable (o no) año a año. Pero tus funciones serán: formar a las personas que en tu país tendrán una alta cualificación y que, supuestamente, tendrán más posibilidades de crear riqueza, investigar sobre cuestiones que hacen avanzar a nuestro país técnica y humanamente, y que son la base de presentes y futuros desarrollos, gestionar, en parte, administrativamente sus proyectos, formar otros doctores si consigues un proyecto, etcétera.

Para acceder a este puesto, no solo tienes que tener la ESO y unos muy valorados estudios universitarios, si no también, entre otras, un título de doctor; y se te valora la experiencia docente, estancias en otras universidades nacionales o extranjeras, publicaciones científicas relevantes… Ah, y haber pasado un concurso de méritos frente a otros candidatos.

Un país en el que no se invierte para el desarrollo presente y futuro, seguirá siendo como el nuestro un país marca blanca.— José Luis Postigo Sierra.